domingo, 30 de agosto de 2020

La monarquía española vista desde afuera / Irene Prüfer Leske *

Hace tiempo que me interesa este tema observando con estupor al Rey Juan Carlos I y todo lo que se discute en este momento respecto a la monarquía.

No soy votante del partido Podemos ni simpatizante.

Siendo de origen alemán vivo desde la muerte de Franco en España y soy española de adopción desde 1983. Trabajé en España desde que vine en 1975 y voto cuando debo dar mi voto y pienso que tengo derecho a opinar.

La única, primera y última vez que pude votar en Alemania voté a Willy Brandt y lo admiré cuando él renunció salpicado por el “Affaire Guillaume”. Luego he vivido varias dictaduras militares en Argentina y el régimen de terror de López Rega y Isabelita hasta el 1975.

He sido educada en los colegios de la República Federal de Alemania con enseñanza en Educación democrática y he participado en el movimiento estudiantil del 68/69 en la Universidad de Heidelberg intentando sacar a viejos nazis que permanecían como profesores en las Universidades.

Cuando hubo el intento del golpe de 28F del 81 se difundió la imagen de Juan Carlos I “defendiendo” la democracia que hoy día se le atribuye como el mayor mérito. Yo pensaba entonces y sigo pensando “¿Qué otra cosa se podía haber defendido? ¿Un régimen militar? En aquel momento España dentro de una Europa llena de democracias muy consolidadas desde hacía décadas, España con aspiraciones a ingresar en la UE? ¿Que otra cosa podía defender?

Hasta hoy día me ha parecido ridículo atribuir a Juan Carlos el solo hecho de haber “defendido la democracia”. Teniendo en cuenta la elasticidad total de este término. “Democráticos” se llaman hoy día cualquier nuevo y antiguo estado dictatorial de África o Asia, incluso existía en aquel momento la República Democrática de Alemania bajo el régimen comunista más atroz y sangriento. 
 
Así que la palabra “democrático” es en muchos casos un decir. Y Juan Carlos ha demostrado cual era su inclinación verdadera: la amistad con los Estados Árabes que no defienden precisamente los valores de una verdadera democracia.

Lejos de estar con los valores democráticos, Juan Carlos lo ha demostrado en su vida privada, un machista a la vieja usanza que se permite cualquier libertad en su matrimonio bajo el manto de la mentira fingiendo tener una familia ejemplar e intacta. Con el visto bueno de una mujer totalmente sumisa sin aparente opinión propia.

Se dice que “se defiende en este momento la monarquía en este país” y “no se juzga o se critica a la institución sino a una persona”. Ahora bien, la monarquía como institución se basa exclusivamente en lazos familiares y por lo tanto en personas. No es una institución como el gobierno o instituciones benéficas o jurídicas que se deben basar en ideas democráticas, convicciones y programas. Como tal votamos al gobierno según las ideas y los programas que exponen en cada fase electoral y observamos su cumplimiento. Como ente abstracto no entiendo qué tengo que ver yo como ciudadana con la monarquía. Si defiendo a la monarquía tengo que defender en este momento a Felipe y su “ejemplaridad”. En esto tengo que creer. 
 
Sin embargo, me parece que también Felipe ha sabido desde siempre de las andanzas de su padre y de su cuñado y de otros de la familia real. No en vano Letizia se ha distanciado de su cuñado y de Juan Carlos I. Y si no fuese por Letizia, ¿Felipe actuaría de la manera que actúa? ¿Qué programa tiene Felipe? 
 
Según mis observaciones, su máximo interés es la permanencia de la Corona en España y la promoción de la Infanta Leonor para ser la futura reina? Tal se ha visto poniendo en primer lugar a su hija en la última entrega de los galardones “Princesa de Asturias” anteponiendo su figura ante todos los galardonados. ¿Tengo que apoyar esto? Si no es así, ¿Qué razones y argumentos entonces me atraen de la monarquía?

En Alemania el homólogo al rey es el Bundespräsident cuyo cargo es elegible y renovable cada 5 años. El Bundespräsident tiene obligaciones representativas y debe ser una persona respetada y de prestigio y de trayectoria intachable. En el año 2010 fue elegido Christian Wilhelm Walter Wulff como el presidente más joven de la RFA. Pero fue investigado en 2012 por supuestos casos de corrupción y de tráfico de influencias. 
 
Dimitió en seguida y fue absuelto en 2014 de todos los cargos como p.ej. invitaciones por parte de personas influyentes, crédito favorable para su mujer etc. También es conocido el caso del ministro de Defensa Karl-Theodor Zu Guttenberg, que renunció después de haber sido investigado por el plagio en su tesis doctoral.

La cultura del suicidio, de la renuncia y dimisión en caso de cometer errores o en relación con personas de su entorno como hemos visto en el caso de Willy Brandt, es inherente en la cultura alemana igual que la autocrítica y la autoinculpación.

Mucha gente se pregunta ¿Por qué no renunció Juan Carlos antes, por qué no devuelve el dinero transferido a testaferros y paraísos fiscales? Por qué no se divorció de la Reina Sofía y se fue a vivir con una de sus múltiples amantes? ¿Y por qué no renuncia Felipe? De cierta manera protege a su padre y lo ha protegido siempre. Se ve que el asunto de la monarquía es puramente personal.

Se dice que la Monarquía da estabilidad al actual gobierno y a España en general. Me parece que el contrario sería el caso: si tuviéramos un gobierno sin esta familia llena de mentiras, corrupciones y escándalos tendríamos una democracia y un país más consolidado y más serio y más moderno ante todas las miradas de Europa y del mundo.

Únicamente Hola se vería mermada de lectoras que son “todas las mujeres de España”, según mi hija. Y para terminar: Lo único que me gustó de Juan Carlos I fue su “¿Por qué no te callas?” espetado a Hugo Chávez en su día. 
 
 
(*)  Lingüista y traductora española de origen alemán. Enseña e investiga como profesora en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Alicante en el campo de la traducción e interpretación.