El 65ª
encuentro anual del Ski Club International of Journalist (SCIJ) en
Pamporovo, en Bulgaria, dio pie a un interesante análisis por parte
de Rosen Plevneliev, que fue presidente del país entre 2012 y 2017, en
un momento en que Bulgaria ocupa por primera vez la presidencia
semestral de la Unión Europea, con el objetivo de impulsar las
relaciones con los países balcánicos aspirantes al ingreso:
Serbia, Macedonia, Montenegro y Albania.
Sin
olvidar la importancia de este país –que representa el equivalente a un
20% del territorio español, y con sólo una población de 7,2 millones de
habitantes – como cruce de caminos hacia Asia Menor, y en especial con
la vecina Turquía.
“Bulgaria es un cruce de caminos”, dijo el ex presidente Plevneliev,
al comentar le situación geopolítica de un país que figura entre los
últimos de la EU en renta per cápita, con unos 7.000 euros anuales, pero
entre los primeros en crecimiento del PIB – en contra de lo que siempre
predica el presidente Mariano Rajoy – con el 3,6% el pasado año y
previsión de aumentarlo hasta el 4,4% para el año en curso.
Además del área industrial de Sofía, la capital, la segunda ciudad
del país, Plovdiv – que será Capital Cultural Europea en 2019 y cuenta
con un gran patrimonio de la época romana– ha desarrollado una serie de
zonas industriales con gran presencia de multinacionales alemanas.
Principal productor en la UE de cobre y zinc, Bulgaria cuenta además con
un creciente sector agroindustrial, donde destaca la cosmética en el
principal país del mundo en producción de aceite de rosas que es el más
caro para el sector de perfumería.
Rosen Plevneliev comentó que los Balcanes son prioritarios para el
futuro de la UE, “porque cuando los Balcanes se desestabilizan, Europa
acaba en llamas”. De ahí que durante la presidencia búlgara se impulse
una Cumbre en Sofía, la capital de Bulgaria, para tratar las demandas de
adhesión de Serbia y Montenegro, que esperan ingresar en los próximos
cinco años, sin olvidar el futuro de las relaciones con Albania,
Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Montenegro y Kosovo, país este último no
reconocido por España.
“Mi sueño es que un día la UE integre a Turquía” añadió Plevneliev,
firme partidario de la importancia geoestratégica turca, cuyo polémico
presidente Recep Tayyip Erdogan –a quién la Asamblea General del SCIJ
pidió la libertad para los periodistas turcos encarcelados– participará
en una de las Cumbres de la UE, en Sofía.
Critico las veladas injerencias de Rusia en la zona, Bulgaria
incluida, y sobre todo la existencia de la fuerte presencia militar rusa
en Montenegro, estado bisagra entre Croacia, que ya es miembro de la UE
e ingresó en el euro, y Macedonia. “Una factor que puede contribuir a
desestabilizar la zona”, dijo Plevneliev, aludiendo que no estamos en
Guerra Fría, pero si en un tiempo de Paz Fría “muy bien utilizada por el
desestabilizador Putin”. Citó a Rusia como un ejemplo de
desestabilización para la Unión Europea, en especial en esa zona de los
Balcanes.
Preguntado por la aureola de corrupción entre la clase política
búlgara, Rosen Plevneliev, ironizó que en Italia y España tampoco se
quedan cortos.
Las inversiones españoles en Bulgaria son escasas con
presencia en los sectores de infraestructuras (Acciona), logística
(Eurofrío), equipos para la construcción (Roca), energía (Eólica de
Navarra) y, entre otras, hostelería (Sol Melia y Barceló), en un país
muy atractivo para el turismo, tanto en sus playas del mar Negro como en
las montañas de la Tracia, donde destacan varias estaciones de esquí,
incluida la singular Pamporovo de espectacular belleza con sus pistas
entre tupidos bosque de abetos.
(*) Periodista español
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