PARÍS.- El
partido ultraderechista francés Frente Nacional (FN) anunció hoy, al
término de una reunión interna de dos días, que aunque mantiene su
defensa de la soberanía nacional consultará con sus militantes sus
grandes orientaciones y el calendario de su aplicación. La
formación liderada por Marine Le Pen indicó en un comunicado que toma
esa medida teniendo en cuenta el mensaje expresado por los franceses, y,
"principalmente, las preocupaciones transmitidas por una parte de ellos
sobre la cuestión del euro".
En
septiembre, según avanzó, llevará a cabo una "gran consulta" en la que
entregará a sus simpatizantes un cuestionario completo tanto sobre el
proyecto del partido como sobre su estrategia y organización.
El
FN dijo que propondrá "nuevas modalidades y un nuevo calendario para
encontrar, de forma sucesiva y a lo largo de un quinquenio, las
diferentes soberanías, empezando de forma prioritaria por la territorial
y por tanto por el control de las fronteras migratorias y comerciales".
La soberanía monetaria, detalló, se abordará al final de ese eventual quinquenio.
El
encuentro, celebrado a puerta cerrada, examinó "todos los aspectos de
la vida" de ese movimiento político, lanzado en 1972 por Jean-Marie Le
Pen, padre de la actual presidenta.
Este
foro sirvió para perfilar la estrategia de futuro tras el fracaso de
Marine Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales de mayo, donde
perdió con el 33,1 % de los votos ante el socioliberal Emmanuel Macron.
La
cita contó con miembros de su junta política y con responsables de las
campañas electorales recientes para analizar tanto el funcionamiento y
la gestión de la agrupación hasta el rol de sus cargos locales y el
balance de los últimos comicios.
El
ambiente, según la nota, fue "constructivo", y aunque las decisiones
tomadas no se detallarán hasta más adelante, los congregados recordaron
"firmemente su oposición a la Unión Europea y su intención de que emerja
una Europa de naciones".
El
partido se encuentra actualmente dividido entre quienes privilegian las
cuestiones de identidad e inmigración, y la de los férreos defensores
de que Francia salga cuanto antes de la moneda comunitaria.
La
nota de balance de este encuentro no se pronunció sobre la pertinencia
de cambiar de nombre para ampliar su base electoral, ni sobre el
presidente de honor y fundador, excluido desde 2015 como militante por
sus exabruptos.