domingo, 9 de septiembre de 2018

Los nuevos pobres de Grecia


ATENAS.- Kyriakos Sirikos, de 49 años, y Sultana Stefanidu, de 48, sólo han podido salvar una cosa de la ruina en que la crisis ha convertido sus vidas: su matrimonio. Con el candor y la inocencia de unos novios antiguos, la pareja relata los pesares que inundaron su casa al abatirse, como un castigo bíblico, la gran tormenta económica global sobre Grecia en 2010, fecha del primer rescate de la troika, relata El País, de Madrid

"Hasta esta primavera llevábamos 65 meses en paro los dos. No cobrábamos nada, no hemos tenido ninguna cobertura social ni tampoco podíamos pagar un seguro médico privado. Pero lo peor es el desgaste psicológico, todo el día dándole vueltas a la situación. Menos mal que los hijos nos hacen reaccionar... Ellos tiran de nosotros, como nosotros tiramos de los abuelos para sobrevivir".
Kyriakos y Sultana son un ejemplo prototípico de víctimas de la recesión, en Grecia y por doquier: esas clases medias laminadas por la austeridad que se han convertido en los nuevos pobres del mundo; de promedio, los hogares griegos han visto reducidos en un 40% sus ingresos en la última década. 
Un paseo por su barrio, Keratsini —antaño cinturón obrero y rojo de Atenas, hoy vivero de votos ultras a causa del desempleo que coadyuvó la crisis—, permite comprobar los estragos de una década de recesión: abandono del mobiliario urbano, ausencia de servicios; una caries diseminada por las fachadas que hace que, en comparación con la capital —a sólo una docena de kilómetros— la geografía de Keratsini parezca más oriental, africana incluso, que europea.
Dueños de un pequeño bar en El Pireo que los comió a deudas, sin estudios ni capacitación profesional para intentar alternativas, Sirikos y Stefanidu tuvieron que recurrir para sobrevivir al padre de él, antiguo obrero metalúrgico que en ocho años ha visto mermada su pensión varias veces: de 1.100 euros a 850, hasta los actuales 620, único ingreso para mantenerse él, su esposa, y sus dos hijos, con sus respectivas familias. 
Tras la subida en 2015 del tramo máximo del IVA al 23%, que eliminó de la dieta griega innumerables productos de alimentación, hacer la compra implica pedir fiado. "Y nada del ir al súper, los precios son imposibles. Compramos fruta y verdura en el mercadillo semanal, y sólo comemos carne y pescado cuando algún vecino o familiar nos lo trae de su pueblo", explica Stefanidu. 
El recurso a los mercados populares ha revitalizado los cultivos de proximidad y propiciado un consumo más responsable, intensificando la relación directa entre productores y consumidores, con movimientos cívicos organizados por todo el país. Es una de las pocas consecuencias amables de la crisis, pero un alivio pírrico al fin y al cabo.
Entre 2008 y 2014, el PIB de Grecia cayó un 29%. El desempleo ronda hoy el 20% (aunque el juvenil supera el 40%) frente al pico máximo del 30% (y el 60% para los jóvenes) en los peores años de la crisis. 
En 2015, según Eurostat, el 41% de los griegos sufrían algún tipo de privación material; es decir, dificultades para afrontar necesidades básicas como alimentación, calefacción y pago de alquiler o hipoteca; del total, en el 22% de los casos la privación era severa. La mitad de los niños vivían en hogares con carencias. 
Para los desempleados o aquellos que no podían pagarse un seguro, la cobertura sanitaria expiraba tras un máximo de dos años. Alrededor de 2,5 millones de griegos se quedaron sin seguridad social durante la crisis, aunque una ley adoptada en 2016 introdujo la sanidad universal para todos, griegos e inmigrantes.
"Dios ha querido darnos buena salud para afrontar el calvario, al menos no hemos tenido que gastar dinero en médicos estos años", bromea Sirikos, sentado junto a su esposa en una triste aula de una academia del barrio, donde han seguido un curso de fomento de empleo para parados de larga duración financiado por la UE. 
Su decoro —pulcros y perfumados ambos— contrasta con el abandono de las instalaciones. "Tras el cursillo, nos contrataron en mayo como bedeles en dos colegios del barrio, con un sueldo de 495 euros por cabeza, pero al terminar el curso escolar hemos vuelto a quedarnos en paro y ahora sólo cobramos una ayuda de 214 euros. Las escuelas son las que son y sólo cabe esperar que nos vuelvan a contratar, si hay suerte. Pero incluso esta breve experiencia ha sido enorme: "¡Al fin nos sentíamos útiles!", cuenta Sirikos. 
La pareja exhibe una fortaleza interior y una serenidad envidiables, eso que algún moderno llamaría resiliencia, en medio de la sensación de derrumbe circundante.
Se han salvado de otra plaga, la de los desahucios, pues viven en la modesta casa que el padre construyó en los años sesenta y a la que añadió sendos pisos para los hijos. El Gobierno de Syriza había blindado por ley durante cinco años la primera residencia (hasta un valor de 300.000 euros) pero ulteriores exigencias de la troika le obligaron en julio a recortar la moratoria, de la que sólo se salvarán los propietarios de viviendas con ingresos más bajos (el 25% de la cartera de hipotecas morosas).
Porque, como en el caso de las ejecuciones hipotecarias, o la interminable reforma de las pensiones —con nuevos ajustes previstos en 2019—, las imposiciones de la troika van mucho más allá del tercer rescate. 
Pese a la anhelada conclusión del programa de ayuda —empañada por el catastrófico incendio que a finales de julio dejó más de 90 muertos—, existen pertinentes dudas sobre los factores de desarrollo necesarios para mantener al país en la senda impuesta por los acreedores: esa obligación de conseguir un superávit primario del 3,5% hasta 2022, y el 2% hasta 2060. 
Un crecimiento sostenido difícil de lograr incluso para países productores de petróleo, según algunos expertos. Por mucho que quieran —o puedan— trabajar los hijos de Kyriakos y Sultana (la mayor, universitaria; el segundo bachiller y el pequeño en el colegio), que en ese lapso se harán mayores, tendrán sus propios vástagos y, todos juntos, seguirán devolviendo la deuda (180% del PIB) hasta entonces. Ese es el plazo: 2060, una nueva odisea para Grecia.

Rusia y Turquía, ¿capaces de librarse del dólar de una vez por todas?

ANKARA.- Rusia y Turquía comentan la posibilidad de establecer relaciones comerciales en sus divisas nacionales para reducir la dependencia del dólar.

El líder del país otomano, Recep Tayyip Erdogan, llamó a acabar con el dominio de la moneda estadounidense en el comercio internacional al intervenir en un foro de empresarios kirguises y turcos en Kirguistán.
Al mismo tiempo, las autoridades de Irán e Irak decidieron rechazar el uso del dólar en su comercio bilateral y realizar transacciones en euros, riales iraníes y dinares iraquíes.
No obstante, algunos se muestran escépticos ante el rechazo del dólar. 
Opinan que el comercio ruso-turco en divisas nacionales, difícilmente pueda otorgar beneficios, ya que los precios seguirán dependiendo de la moneda de EEUU.
El columnista del medio turco Karar, Hakan Albayrak, opina que si banqueros rusos y turcos se acostumbran al comercio en rublos y liras, esto ya aportará un beneficio, puesto que ayudará a cruzar el umbral psicológico.
Además, el columnista reconoció que el rechazo a la moneda estadounidense debería tener un impacto negativo en su valor.

Ningún responsable de la crisis de 2008 respondió a la Justicia

NUEVA YORK.- Phil Angelides apunta con el dedo a muchos de los hombres más poderosos del mundo. Señala a ejecutivos que hicieron colapsar a la economía mundial, dejaron desesperados a millones de personas y generaron traumas que aún pesan en la política de Estados Unidos.

La ira de Angelides se dirige al ex secretario del Tesoro de Estados unidos, al principal directivo de Citigroup, a ejecutivos de la centenaria firma de inversiones Merril Lynch y a los del gigante mundial de seguros AIG.
Todos ellos, según una comisión que indagó a fondo la crisis de 2008 y que presidió Angelides, debieron haber sido investigados. Hubo evidencias que sugieren que engañaron a inversores al exponerlos a inversiones tóxicas que estuvieron en el centro del desastre de Wall Street.
"Nadie que incurrió en esa conducta, que condonó esa conducta, que supervisó esa conducta, fue perseguido penal o civilmente", dijo Angelides.
Después de 10 años y cientos de miles de millones en multas a bancos, quizás el mayor legado de la crisis es que nadie fue juzgado o enviado a la cárcel.
Fue como si los bancos "hubieran incurrido en masivas fechorías pero sin que aparentemente ningún banquero estuviera involucrado", dijo. "Creo que no hay dudas de que la falta de responsabilidades por la crisis financiera ha corroído la política del país", afirmó.
Un informe de 2016 del diario The Wall Street Journal, señaló que de 156 casos penales y civiles iniciados tras la crisis contra 10 de los mayores bancos de Wall Street, solo en el 19% se identificó a responsables y de ellos apenas uno en 47 era miembro de la dirección.
Las investigadores identificaron al ex secretario del tesoro Robert Rubin, que durante 10 años fue ejecutivo de Citigroup, actuando brevemente como presidente en funciones. Pero un representante de Rubin dijo que nadie del departamento de Justicia lo contactó.
"Rubin se comportó apropiadamente siempre. Cualquier señalamiento en contrario es falso", dijo el vocero.
Los ex altos ejecutivos de AIG Martin Sullivan y Steven Bensinger, así como los de Merrill Lynch Stanley O'Neal y Jeffrey Edwards no respondieron a pedidos de comentarios.
Angelides dijo que se encontraron "claras evidencias" sobre funcionarios identificados en millones de páginas de documentos y cientos de entrevistas. Pero la comisión no tomó posición sobre si realmente esas personas eran culpables.
"El departamento de Justicia investigó y los halló responsables de fraude financiero", dijo un vocero en una declaración.
Encuestadores dicen que el desastre de 2008, el rescate de entidades y la falta juicios contra responsables, dejaron una marca en la psiquis nacional erosionando la confianza en el gobierno y dejando a los votantes polarizados y furiosos.
Washington movilizó billones de dólares para salvar a cada sector que generó la crisis. Pero fuera de Wall Street, el resto de Estados Unidos sufrió dramáticas penurias.
Los suicidios se dispararon mientras deudores perdían sus casas en todo el país. Unos 10 millones de estadounidenses quedaron sin trabajo.
En las recientes campañas electorales, candidatos de derecha e izquierda se acusaban mutuamente de vínculos con bancos de inversión, especialmente con Goldman Sachs.
A menudo con lenguaje racista y xenófobo, el presidente Donald Trump capitalizó electoralmente en la campaña de 2016 esa furia con promesas de alejar del poder a las élites del partido Demócrata y de recuperar empleos.
"La opinión pública estadounidense simplemente no confía en absoluto en la clase dirigente", dijo Chris Jackson, de la encuestadora Ipsos.
Dos tercios de los estadounidenses piensan que se precisa "un líder fuerte" para "sacarle el país a los ricos y poderosos", dijo Jackson.

Las ciudades españolas comienzan a regular ante la irrupción del patinete eléctrico

MADRID.- Diferentes ciudades españolas han aprobado recientemente o están elaborando ordenanzas municipales para regular de forma específica el uso en calzadas y aceras de los patinetes eléctricos, vehículos que se han popularizado en los últimos años y cuya proliferación ha obligado a intervenir a los municipios.

Los patinetes eléctricos están dentro de la tipología de los vehículos de movilidad personal (VMP), un formato híbrido que a ojos de la Dirección General de Tráfico (DGT) no puede considerarse ni peatón ni vehículo, y que deben regular los municipios.
Debido a esta condición híbrida, en una instrucción, la 16/V-124, Tráfico establece que los usuarios de VMP podrán emplear la acera o la calzada de acuerdo a lo que decida cada autoridad municipal.
Esta instrucción marca que los VMP podrán ubicarse físicamente en la calzada en vías "expresamente autorizadas" por la autoridad local, que también podrá autorizar su tránsito por aceras, zonas peatonales, parques o habilitar carriles especiales "con las prohibiciones y limitaciones que considere necesarias" -masa, velocidad y servicio al que se destinan- para garantizar la seguridad de los usuarios de la vía.
Debido a la capacidad de cada ciudad para decidir sobre este tipo de vehículos, las actuales regulaciones difieren en gran medida en los diferentes municipios, que en algún caso ya han preparado regulaciones específicas sobre los patinetes o se encuentran en pleno proceso para establecer su propia norma.

Fondos y deuda, preocupaciones tras una década de la caída de 'Lehman Brothers'

NUEVA YORK.- Este 15 de septiembre se cumplirán 10 años de la caída de Lehman Brothers, el que fuese cuarto banco de inversiones de EEUU y símbolo del inicio de la mayor crisis desde 1929, un tsunami que los economistas esperan que no se reproduzca pese a temer al bajo control de los fondos y al alto endeudamiento.

La caída de Lehman Brothers fue la gota que colmó el vaso en una práctica que asumieron determinadas entidades financieras con las "subprimes" o créditos hipotecarios de alto riesgo, en un sistema financiero poco transparente que demostró la necesidad de una mayor regulación y controles.
El 2 de octubre de 2018, EEUU aprobó un rescate de los activos tóxicos de su banca por 700.000 millones de dólares y cuatro meses más tarde activó un plan de estímulo por 790.000 millones.
En abril de 2019, el G20 acordó impulsar la regulación del sistema financiero internacional, y es que había que mejorar los estándares de calidad. El tsunami había llegado y la economía mundial se contrajo un 2,1 % por primera vez desde la segunda guerra mundial, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Y es que tras el colapso registrado en el número 725 de la Séptima Avenida de Nueva York, cayó el 20 % del comercio mundial, un 80 % de los países entró en recesión -las economías emergentes aguantaron- y se puso en cuestión la zona euro, con países con graves dificultades, como Grecia, Portugal o España, lo que llevó al Banco Central Europeo (BCE) a un plan de recompra de deuda pública y a ajustes presupuestario que afectaron los servicios públicos.
"Lehman Brothers es un símbolo, porque todo empezó mucho antes", apunta Nicolas Veron, experto en regulación financiera y profesor en el Peterson Institute for International Economics.
Para el autor de "La gran depresión. Crónicas del capitalismo financiero", antes del colapso de Lehman Brothers hay que recordar por ejemplo el rescate en 2007 por parte de la Reserva Federal de Bears Stearns, que acabó engullido por JP Morgan tras su mala praxis con las hipotecas basura.
El mismo día en que quebró Lehman Brothers, Bank of America y Merrill Lynch se fusionaron y poco después Goldman Sachs y Morgan Stanley se convirtieron en un "holding".
Las firmas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac y la aseguradora AIG fueron rescatadas por el Estado y luego aún vendría otra megafusión entre los bancos Wells Fargo y Wachovia.
"Ya en aquel momento había una gran incertidumbre y no se sabía quién tenía realmente garantías de seguridad", apunta Veron, que recuerda que la crisis demostró "la falta de supervisión del sistema financiero en Estados Unidos" y la "debilidad bancaria en Europa".
Los economistas ven dos riesgos principales en el sector financiero, el poder de los fondos de inversión y el sobre-endeudamiento público y corporativo, mientras hay un tercero, la concentración bancaria, que relativizan diez años después.
Los analistas también están expectantes para ver hasta qué punto el presidente estadounidense, Donald Trump, tensionará la economía con su política comercial proteccionista y arancelaria, sobre todo con China.
Para Edmund Fitzerald, catedrático en Finanzas Internacionales de la Universidad de Oxford, la concentración bancaria derivada de la crisis debe compensarse con una mayor "segmentación" que sirva de "cortafuegos" y contemplar cada vez más la banca como un servicio público, con una "supervisión aún más activa".
"La regulación bancaria tiene que ser aún más internacional", recomienda Fitzerald quien cree que hay que acabar con el "agujero negro" que representan los paraísos fiscales.
"El problema no es la banca, sino los fondos -añade- porque el riesgo siempre es el colapso, que afecte a las personas que no han invertido en ellos. Si hay gente pudiente que quiere invertir en eso pues muy bien, pero deben asumir que pueden perder su dinero sin que afecte a los demás", explica Fitzerald.
El otro asunto que le preocupa es el sobre-endeudamiento, algo siempre subjetivo porque dependen de la capacidad de pago y cuya novedad radica tras diez años en que ahora afecta "al norte": "la otra crisis no llegó más lejos gracias a la capacidad de los gobiernos de emitir deuda, pero el problema es que se ha reducido el margen de maniobra ante una posible nueva crisis".
Fitzerald es miembro de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Internacional de las Empresas, una plataforma de economistas reunida recientemente en Nueva York bajo la batuta del premio Nobel Joseph Stiglitz.
El presidente de esta entidad, José Antonio Ocampo, catedrático en la Universidad de Columbia, cree que "los tiempos son diferentes a hace diez años", ya que "dependemos más del mercado de bonos que del mercado bancario" y porque "estamos mucho más sobre-endeudados".
Ocampo, a favor de poner aún más regulaciones y controles, es de los más optimistas porque, a su juicio, la crisis del euro (2011-2012), la reversión de la política monetaria expansiva de EEUU (2013) o la salida masiva de capitales de China (2015-2016) demostraron que fueron situaciones que se pudieron acotar.
"Yo soy de los que piensan que no vamos a volver a un proceso generalizado de crisis", concluye.

Diez años después de caer 'Lehman Brothers' el sector inmobiliario vuelve a preocupar

FRÁNCFORT.- Diez años después de la quiebra de Lehman Brothers, algunos países de la zona del euro siguen muy endeudados y se avecina una nueva crisis del mercado inmobiliario en algunas economías, pero la supervisión bancaria ha mejorado y se ha avanzado en la unión bancaria.

La quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008, intensificó una crisis del mercado financiero que había comenzado en verano de 2007.
"¿Qué podría causar la próxima crisis? No sé, pero sospecho que podría ser el mercado inmobiliario", ha dicho esta semana la presidenta del consejo de supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Daniel Nouy.
Hasta el verano de 2007, el euro había aportado estabilidad de precios y bajos tipos de interés a todos los países del área.
La crisis financiera internacional desde verano de 2007 y su agravamiento a partir 2010 en la crisis de endeudamiento soberano europeo, por las dudas sobre las finanzas de Grecia, evidenciaba los débiles cimientos sobre los que se sustentaba el euro, la posibilidad de que desapareciera o de que algunos países salieran del área, países que fueron rescatados.
La presión del mercado ponía en jaque la solvencia de los países del Sur de Europa, muy endeudados y con una pérdida de competitividad.
Grecia, Portugal, Irlanda y Chipre fueron rescatados completamente y España recibió ayuda para el sistema financiero, en total un desembolso de casi 500.000 millones de euros.
A cambio han tenido que aplicar políticas de austeridad y reformas en el mercado laboral y en las pensiones, reduciendo el gasto en educación, sanidad, pensiones, las ayudas sociales y creando descontento en la población.
La crisis llevó a crear en 2013 un organismo de gestión de crisis permanente y a intensificar la unión bancaria europea mediante una supervisión unificada a cargo del BCE, y un mecanismo de resolución de bancos para evitar que sea el contribuyente el que pague el rescate de los bancos.
Todavía se trabaja en intentar lograr una garantía de depósitos común.
Además, se exige a los bancos más capital para cubrir sus riesgos.
Las turbulencias de los mercados en agosto de 2007 se originaron por los impagos de los préstamos hipotecarios estadounidenses de alto riesgo, "las subprime" o "hipotecas basura", que representaban el 13 % de los créditos hipotecarios de EEUU.
Su efecto se extendió por todo el mundo con gran rapidez porque los bancos habían titulizado esos préstamos, es decir, los habían transformado en un valor negociable y vendido por todo el mundo a otros grandes bancos y aseguradoras.
Al no haber información sobre quién tenía esos activos y riesgos, se generó una fuerte desconfianza y los bancos dejaron de prestarse entre ellos, por lo que se dispararon los tipos de interés a corto plazo y las empresas y hogares no obtenían créditos.
Desde agosto de 2007 y tras la quiebra de Lehman, los bancos centrales redujeron los tipos de interés y garantizaron liquidez, cooperando entre ellos, algo que no ocurrió tras la crisis financiera de 1929 a la que siguió la Gran Depresión.
Al no tener crédito muchas empresas tuvieron que recortar empleos y muchos países entraron en recesión.
Los gobiernos apoyaron a los bancos mediante inyecciones de capital público, la adquisición de activos deteriorados o avales.
El rescates de bancos en las principales economía avanzadas hasta 2010 supuso el desembolso de 1,5 billones de dólares.
En Europa, los países con más recapitalizaciones bancarias entre 2008 y 2015 fueron Grecia, Irlanda y Chipre, por valor entre el 20 y el 26,5 % de su producto interior bruto (PIB).
Las recapitalizaciones en España fueron de un 5,8 % del PIB y en Alemania, Francia e Italia supusieron un 2,1 %, un 1,1 % y un 0,7 %, respectivamente, según la Comisión Europea (CE).
En un primer momento, como resultado de las medidas de apoyo y estímulo de los gobiernos, las economías se recuperaban en 2009, pero después empeoraron por la crisis de endeudamiento soberano.
Ante la gravedad de la situación, se llegó a poner en duda la propia supervivencia del euro.
A finales de julio de 2012, el presidente del BCE, Mario Draghi, garantizaba que el BCE intervendría y haría todo lo necesario para salvar al euro.
El BCE ha bajado el precio del dinero hasta el 0 %, ha dado cantidades ingentes de liquidez a los bancos y ha comprado deuda, sobre todo deuda soberana, por 2,5 billones de euros.

Un centenar de personas se manifiesta en Bruselas por la república catalana


BRUSELAS.- Un centenar de personas se concentró hoy junto al Atomium de Bruselas para pedir la independencia de Cataluña y exigir la libertad de los políticos independentistas encarcelados, dos días antes de la Diada del 11 de septiembre.

Entre los asistentes se encontraban los exconsejeros Toni Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret; el rapero Valtònyc y el miembro de los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) Adrià Carrasco, todos ellos residentes en Bélgica tras huir de la Justicia española.
"Debemos tener claro que ante juicios ilegítimos e injustos de nuestros líderes políticos y civiles, la mejor defensa será no renunciar a nuestros objetivos. Solo haciendo efectiva la república catalana, garantizaremos que nuestros derechos civiles y políticos nunca más sean violados", reza el manifiesto de la convocatoria, leído este domingo en catalán y en una versión reducida en inglés.
"Tenemos la mayoría parlamentaria para hacer efectiva la república catalana", recalca el escrito, en el que también se destaca el "éxito" del referendo ilegal de independencia celebrado el 1 de octubre del año pasado, prohibido por el Tribunal Constitucional.
Por su parte, el exconsejero de Sanidad, Toni Comín, preguntó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, si está dispuesto a dialogar y pactar la celebración de un referendo o "si va a optar por la represión como hizo el señor Rajoy" ante la "movilización" del independentismo.
El exconsejero de Cultura, Lluis Puig, señaló que ni el 27 de octubre de 2017 con la declaración unilateral de independencia, ni el 1 de octubre con la convocatoria del referendo ni el 6 de septiembre de ese mismo año con la aprobación en el Parlamento catalán de las leyes del referéndum y de transitoriedad se cometieron delitos.

Tsipras convencido de que los ciudadanos premiarán sus reformas en las urnas

ATENAS.- El primer ministro griego, Alexis Tsipras, se reafirmó hoy en su intención de agotar la legislatura y se mostró hoy convencido de que Syriza ganará las elecciones "en octubre de 2019", porque su Gobierno "ha sido capaz" de hacer las reformas que no hicieron los anteriores y de mantener "la cohesión social".

"Las reformas son como una bicicleta, cuando dejas de pedalear te caes. Solo nosotros podíamos hacer estas reformas. Los anteriores Gobiernos no avanzaron porque tenían interdependencias", dijo Tsipras durante la conferencia de prensa que celebra anualmente con motivo de la Feria internacional de Salónica.
A pesar de que las encuestas dan una clara ventaja a la oposición conservadora, Tsipras se mostró convencido de que cuando llegue el momento los ciudadanos apostarán por mirar hacia el futuro y no por regresar al pasado, que es lo que, a su juicio, representa la oposición.
El primer ministro, que ayer presentó desde el mismo foro una serie de medidas fiscales y sociales para impulsar la economía, recalcó que la economía va por buen camino y que los inversores están mostrando un gran interés por Grecia.
Entre las medidas anunciadas figura la reducción escalonada del impuesto de sociedades, a partir de 2019, desde el 29 % al 24 %; del de bienes inmuebles en hasta un 50 %, así como de la cuota de autónomos.
Además anunció a partir de 2021 un recorte del impuesto sobre el valor añadido del 24 % al 22 %.
Tsipras no dejó lugar a dudas de que su coalición con los nacionalistas Griegos Independientes aguantará, a pesar de que su líder, el ministro de Defensa, Panos Kammenos, ha asegurado que no respaldará el acuerdo con Skopje sobre el futuro nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM).
"Puedo asegurar que Panos Kammenos no arriesgará la recuperación de la economía y la estabilidad política del país", subrayó en alusión a la votación en el Parlamento sobre el citado acuerdo, que se celebrará previsiblemente a comienzos del próximo año, si hasta entonces logra ser ratificado en Skopje.
El próximo día 30 se celebrará en ARYM un referendo sobre este acuerdo, que contempla que el nombre definitivo de esta exrepública yugoslava pase a ser República de Macedonia del Norte, una cuestión que ha levantado muchas ampollas en ambos países.
De quedar ratificado el acuerdo, la República de Macedonia del Norte podría abrir negociaciones para ingresar en la OTAN y en la Unión Europea.
Ayer en Salónica grupos ultranacionalistas que marcharon por la ciudad para protestar contra este compromiso se libraron una batalla con la Policía, que se saldó con cerca de 60 heridos, 15 de ellos agentes.

El partido mauritano en el poder logra un claro triunfo en las legislativas

NUAKCHOT.- El partido mauritano en el poder ha logrado un contundente triunfo en la primera vuelta de las elecciones legislativas del pasado 1 de septiembre, cuyos resultados acaba de anunciar hoy la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) en Nuakchot.

De los 131 escaños ya atribuidos (del total de 157 que tiene la Asamblea Nacional), la Unión por la República (UPR) ha obtenido 67, una cifra que podría revisarse al alza ya que el partido está en liza en otras 23 circunscripciones donde se disputará sendos escaños en la segunda vuelta electoral, prevista el 15 de septiembre.
En segundo lugar y muy por detrás ha quedado el partido islamista Tawasul, con 13 diputados, que le permiten conservar al menos la posición de primera fuerza opositora en el país.
Los demás partidos opositores han tenido resultados decepcionantes, particularmente el Reagrupamiento de Fuerzas Democráticas (RFD, izquierdista), del histórico Ahmed uld Dadah, que solo ha logrado 3 escaños en esta cita que representaba su regreso electoral tras varios años de boicot a la política oficial.
El polémico líder anti esclavista Birah uld Dah ha conseguido un escaño pese a estar encarcelado desde hace varias semanas por un delito de "incitación al odio".
La tasa de participación fue de 73,44%, ha precisado el presidente de la CENI, Mohamed Vall uld Bellal, durante una rueda de prensa.
Las tendencias observadas en la composición de la asamblea legislativa se repiten más o menos del mismo modo en los consejos regionales y municipales que también eran elegidos en esta triple cita electoral, y que explica de algún modo la tardanza en comunicar los resultados por la complejidad del escrutinio.
Los detractores del presidente mauritano, Mohamed uld Abdel Aziz, le acusan de pretender modificar la constitución (lo que él hasta ahora ha negado) para abrogar así la limitación de mandatos que le permitiría presentarse de nuevo a una reelección.
Para lograrlo, el presidente debería contar con una mayoría de dos tercios de escaños (105 escaños de los 157), algo que parece difícil en este momento pero que el partido presidencial UPR podría conseguir con nuevos escaños en la segunda vuelta más el apoyo de pequeños partidos que se sitúan en la llamada "mayoría presidencial".

Diez años de 'Lehman' y la casa por barrer / Primo González *

Hay estos días muchas reflexiones circulando sobre las enseñanzas de la crisis de Lehman Brothers, de la que este mes de septiembre se cumplen diez años, una crisis que desencadenó una avalancha de efectos avasalladores sobre amplios terrenos de la vida colectiva, desde  la tormentosa crisis del sistema bancario (unas 150 entidades han desaparecido del mapa en estos años, según el FMI, entre ellas la mitad de las que operaban en España) hasta el aumento de la desconfianza en los agentes económicos pasando por la puesta en marcha de nuevas fórmulas de actuación de los bancos centrales de todo el mundo y hasta la aparición de nuevos movimientos políticos, naturalmente con  fórmulas radicales para tratar de resolver los destrozos. 

El entorno económico y hasta político se ha enrarecido hasta extremos impensables.

Lo malo es que a estas alturas, cuando algunas cifras permitirían suponer que todo ha pasado ya y que estamos ya con el contador a cero, unos con más firmeza que otros, la realidad puede ser vista con mayor severidad. Hay base incluso para afirmar que en algunos aspectos estamos mucho peor que en el año 2008, lo que no quiere decir necesariamente que otra crisis como la de entonces es segura y hasta inminente. Nada más lejos. Pero tampoco nada más temerario que ignorar las secuelas que  estos años han dejado en las economías y en las vidas de los ciudadanos.

Una primera aproximación a lo que ahora se puede decir que está peor tiene que ver necesariamente con el volumen de deuda. La crisis parece estar superada  en el sentido de que los niveles de actividad económica han vuelto a cotas propias de hace una década. Pero ello ha sido posible gracias al uso e incluso al abuso de algunos mecanismos que se consideraban sacrosantos en el capitalismo tradicional.

La actuación de los bancos centrales da paso a la valoración de algunos comportamientos heréticos. Los bancos centrales han lanzado auténticas oleadas de dinero para activar la vida económica, han bajado los tipos de interés hasta límites insospechados, incluso los han colocado por debajo de cero (en donde, por cierto, permanecen tras cinco años de las primeras aproximaciones en ese sentido), han financiado a los Estados (lo que bastantes economistas ortodoxos o simplemente convencionales consideran cuando menos impropio) y han acumulado activos en proporciones dantescas, cuya vuelta atrás ni siquiera ha comenzado. ¿Se puede decir, en estas condiciones, que la crisis  puede darse por superada?

Cuando menos, la devolución de ese dinero debería empezar ya mismo.  La Reserva Federal americana ya ha iniciado el camino. El Banco Dentral Europeo (BCE) ha reducido su programa de compras mensuales de activos (públicos y privados) hasta los 15.000 millones de euros y en enero del año 2019 dejará de comprar. Pero ahora mismo tienen cerca de 2 billones de euros de activos en su balance (algo más de 250.000 millones, de procedencia española, en su mayoría Deuda Pública)  y nadie sabe cómo lo van a devolver a los circuitos económicos.

Una devolución que plantea serios interrogantes, el primero de los cuales es el del precio, ya que los tipos de interés empezarán a subir y los Estados tendrán que devolver esa deuda a costes sensiblemente superiores a los que han estado contemplando hasta ahora. ¿Cómo influirá esta devolución en los países? En España, por ejemplo, la crisis de Lehman nos pilló con una Deuda Pública que representaba el 34% del PIB y que nos costaba una media del 4% de interés. Ahora, la Deuda Pública supera ligeramente el 100% del PIB, tiene un coste mucho menor pero está a punto (si es que no lo ha hecho ya, a juzgar por las peticiones de rentabilidad que los inversores están planteando desde hace unas semanas) de iniciar una escalada alcista.

Si ya nos resulta casi imposible pagar la Deuda Pública a los irrisorios tipos actuales, ¿qué pasará  cuando empiecen a desaparecer los tipos negativos y cuando el coste medio suba uno o dos o tres puntos?


(*) Periodista y economista español