El barril de
crudo se cotiza a 80 dóolares en los mercados y un noruego
riquísimo y experimentado mercader de productos energéticos
pierde su apuesta: el precio del kilovatio alemán no se aproxima,
como había apostado, al de los países escandinavos. Un agujero de
100 millones de euros y el consiguiente reclamo (margin call) para
cubrirlo.
En
Noruega ha llovido copiosamente y la producción de energía hidráulica
ha cubierto gran parte de la oferta total. En Alemania el precio del
kilovatio acusa el alza del precio del barril.
El panel de previsiones de la economía española estima en septiembre
de 2018 un crecimiento del PIB para el corriente año del 2,6%, dos
décimas menos que la anterior estimación. El segundo trimestre del año
ya mostraba señales de desaceleración.
El principal motivo, y la sorpresa, proceden del sector exterior. Las
exportaciones en términos reales (valor en euros descontando el alza de
precios) sólo avanzaron un 0,1% en el primer semestre en tanto que las
importaciones, también en términos reales aumentaron un 2,4%.
Las perspectivas de crecimiento para los próximos trimestres apuntan a
una reiterada desaceleración, con una aportación nula del sector
exterior en el mejor de los casos. El barril de petróleo a 80$ y
sombrías perspectivas: sanciones a Irán, bajada anunciada de la
extracción de crudos procedentes del cracking en EEUU (840.000
barriles/día menos), efectos negativos de los huracanes que azotan el
este y sur de los EEUU y revisión a la baja sobre las reservas mundiales
de hidrocarburos.
Después de varios meses de liquidar posiciones a largo plazo, los
fondos de cobertura (hedge funds) apuestan ahora por una subida de
precios. Buenas noticias para los productores y malas para nuestras
cuentas con el exterior. En el primer semestre de 2018 el déficit de la
balanza energética fue un 9,1% superior al del mismo período de 2017 y
eso a pesar de que las cantidades importadas cayeron un 2,5%.
El viernes 14 de septiembre de 2008 se produjo la quiebra de Lehman
Brothers, diez años después el editorial del Financial Times aparece con
este título: “La caída de la cooperación agudiza los efectos de la
próxima crisis financiera”.
En efecto, el crecimiento se ha recuperado y el espíritu empresarial
en las economías avanzadas ha recuperado aliento, pero varias de las
profundas consecuencias de la gran recesión se están haciendo cada vez
más presentes: rechazo de las democracias liberales, así como del
mercado libre y la globalización, mientras crecen los populismos y
nacionalismos.
Amenazas, todas ellas que no estaban presentes en septiembre del
2008. Es cierto, sin embargo, que los bancos están hoy mejor
capitalizados que hace diez años, pero muchas de las instituciones
financieras “en la sombra” así como los bancos que las financian, han
aumentado desorbitadamente sus niveles de riesgo y cada vez hay más
bancos de esos “too big to fail”. La deuda actual de Europa, 250
billones de dólares supera hoy en un 75% a la de los años 2007-2008.
Una Europa cada vez más endeudada y un creciente desfase entre los
ciudadanos y los valores de la democracia, incluso partidos políticos
conservadores como el PP votan o se abstienen en el Parlamento Europeo
cuando se trata de condenar las conductas antidemocráticas del húngaro
Orban.
En la confianza de que la tormenta de los másteres se vaya alejando
se harán más patentes los riesgos de los nacionalismos europeos. Por lo
pronto nuestras ventas al Reino Unido en los seis primeros meses del año
se han estancado y han caído en un 3% al mercado italiano.
(*) Economista del Estado en España
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