NICOSIA.- Los líderes greco y turcochipriota, Nikos Anastasiadis y Mustafa Akinci,
respectivamente, viajan este domingo a Ginebra para retomar las negociaciones
de paz con la ambición de dar un impulso a la reunificación de la isla,
aunque con expectativas rebajadas respecto a que se pueda alcanzar una
solución definitiva.
“Creo que lograr una solución final en Ginebra
podría no ser posible”, reconoció Anastasiadis en una reciente
entrevista. “Pero creo que habrá una buena preparación que permitirá
continuar el diálogo”.
Los líderes de ambas comunidades, que tendrán
este domingo una primera reunión bilateral previa al comienzo oficial de
los contactos el lunes, tienen solamente tres días para cerrar
cuestiones pendientes en la negociación antes la cumbre internacional
del día 12 en la que participarán Grecia, Turquía y Reino Unido.
Dicha conferencia abordará el sexto y último capítulo de las negociaciones retomadas hace 19 meses por Anastasiadis y Akinci,
el que hace referencia al Tratado de Garantías de los Acuerdos de
Zúrich y Londres de 1960, según los cuales dichos países serían los
garantes de la independencia del nuevo país.
Anastasiadis recalcó la importancia de que Turquía realmente esté
dispuesta a apoyar una solución al conflicto de esta isla. “Turquía ha
estado apoyando este proceso”, declaró, por su parte, en la últimas
horas el ministro de exteriores turco, Mevlut Çavusoglu, quien opinó que
la negociación “no será fácil”.
Prueba de que el ambiente entre ambas comunidades todavía no está exento de fricciones
es la carta enviada por Akinci al secretario general de la ONU, Antonio
Guterres, en la que pide que Anastasiadis únicamente viaje en calidad
de líder grecochipriota y no como presidente de toda Chipre, la doble
función prevista por el Gobierno de Chipre.
A día de hoy y a pesar de que la ONU se esfuerza por una
representación a nivel máximo no se conoce la composición definitiva de
esta conferencia multilateral, aunque fuentes oficiales citadas por los
medios turcos apuntan a que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan,
no asistirá, sino que enviará a su primer ministro, Binali Yildirim.
También hay dudas, según la prensa grecochipriota, sobre la asistencia del primer ministro griego, Alexis Tsipras, lo que automáticamente pone en duda la de la primera ministra británica, Theresa May.
Sí habrá un representante de alto nivel de la Unión Europea, el
presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y de otros
países de la UE, además de 15 miembros del Consejo de Seguridad, que
acudirán como observadores.
Con respecto a las potencias garantes ambas partes tienen posturas enfrentadas. Los
grecochipriotas, apoyados por Grecia, sostienen que un país miembro de
la UE como lo es Chipre desde 2004 no necesita países tutelares,
y pide la retirada de los 30.000 soldados que Turquía tiene
estacionados en el norte de la isla, ocupado militarmente por Ankara en
1974.
La parte turcochipriota, recordando el periodo de 1963, cuando se produjeron los primeros choques violentos entre la dos comunidades, insiste en el derecho de Turquía como potencia garante, aunque deja una ventana abierta a su “modernización”.
Tampoco es sencilla la cuestión territorial, en la
que greco y turcochipriotas deben llegar a un acuerdo sobre qué parte de
la isla corresponde a cada una de las dos comunidades que formarán la
Chipre unificada, una federación bizonal y bicomunal con una única
soberanía, una sola ciudadanía y una sola personalidad internacional.
Tras la invasión y ocupación de la parte septentrional de Chipre en 1974,
el 36,2 % de territorio quedó en manos turcas, lo que generó que entre
140.000 y 160.000 grecochipriotas huyeran al sur de la isla, mientras
que 45.000 turcochipriotas que vivían en el sur tuvieran que marcharse
al norte.
Los expertos consideran que las compensaciones a estos desplazados
podrían hacer de este acuerdo algo costoso económicamente para ambas
comunidades.
Otro de los asuntos que negocian greco y turcochipriotas es el modelo presidencial,
ya que mientras la Constitución de 1960 contempla un presidente
grecochipriota y un vicepresidente turcochipriota -cada uno de ellos
elegido exclusivamente por su respectiva comunidad-, los turcochipriotas
piden con insistencia una presidencia rotatoria.
Los grecochipriotas lo consideran injusto dada la desproporción de
población, pues los turcochipriotas representan el 18 % de la población
mientras los grecochipriotas son el 80 %.
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