BRUSELAS.- La
Comisión Europea (CE) apuesta por una globalización regulada que no
solo beneficie a las grandes empresas, sino también a los ciudadanos, y
es contraria a las políticas proteccionistas y aislacionistas, según un
documento de reflexión publicado hoy, que pretende abrir el debate en la
Unión Europea.
Los
vicepresidentes comunitarios Frans Timmermans y Jyrki Katainen dijeron
en una rueda de prensa que Bruselas "no llega tarde" al plantear esta
reflexión e indicaron que el objetivo es que la Unión Europea (UE)
lidere un cambio de política a nivel global.
"Es
muy importante tener un debate ahora sobre cómo sacar partido a la
globalización porque todavía será un mayor reto en 2025", alertó
Timmermans, quien opinó que ese fenómeno global "tiene muchos
beneficios", pero eso "supone poco si no se comparten de manera
equitativa".
"No
hay protección en el proteccionismo", advirtió el vicepresidente
primero de la CE, quien señaló que quien opte por el aislamiento "se
quedará atrás y perderá oportunidades".
Katainen
dejó claro, por su parte, que la globalización no implica por sí misma
desigualdad, siempre que se pueda controlar, y que lo importante es
tomar medidas para hacerla "más justa".
El
documento abre el debate sobre la manera de responder a los retos y
oportunidades de la globalización "en el frente externo", es decir,
fuera de la UE, mediante la promoción de "un orden global sostenible
basado en normas compartidas y con una agenda común".
En
la práctica, la UE "podría impulsar nuevas reglas para crear un marco
de igualdad", haciendo frente a problemas como la evasión fiscal, los
subsidios gubernamentales o el dumping social, según la CE.
También
podría ayudar, considera Bruselas, contar con "instrumentos efectivos
de defensa comercial" y con un tribunal de inversión multilateral para
actuar contra los países o empresas que incurren en prácticas desleales.
En
el contexto de la Unión, el texto sugiere "herramientas para proteger y
dar más poder a los ciudadanos" a través de políticas sociales fuertes y
mediante un apoyo a nivel de educación y formación a lo largo de toda
la vida.
Bruselas
también cree que podrían contribuir a un reparto más justo de la
riqueza "unas políticas fiscales progresivas, la inversión en la
innovación y unas políticas de bienestar fuertes".
Cerca de un tercio de los ingresos nacionales en la UE procede de las relaciones comerciales con el resto del mundo.
Sin
embargo, a los europeos les preocupa que la globalización conduzca a la
desigualdad, pérdidas de empleo o rebaja de los estándares sanitarios,
personales o medioambientales, reconoce la CE.
"Estas
preocupaciones deben ser abordadas", según la CE, que insiste en la
necesidad de promover unos estándares y valores altos fuera de la UE y
de proteger a los europeos de prácticas injustas.
Este
nuevo debate se enmarca en el contexto de otro más amplio sobre el
futuro de Europa, presentado por el Ejecutivo comunitario el pasado 1 de
marzo, cuando Bruselas fijó los principales retos y oportunidades para
la UE en la próxima década.
A
este documento, que se publica tres días después de la victoria en las
elecciones presidenciales francesas del europeísta y proglobalización
Emmanuel Macron frente a la euroescéptica y proteccionista Marine Le
Pen, seguirán otros textos comunitarios para fomentar la reflexión sobre
cómo profundizar en la unión económica y monetaria y sobre el futuro de
la defensa y de las finanzas europeas.
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