JERUSALÉN.- Israel dijo el domingo que no retiraría los
detectores de metal cuya instalación en el exterior de una importante
mezquita de Jerusalén ha provocado los peores enfrentamientos con los
palestinos en años, pero que con el tiempo podría reducir su uso.
Avivando
los temores a una escalada de la violencia, el presidente palestino,
Mahmud Abas, dijo que suspendería las relaciones de seguridad con Israel
hasta que retire los tornos de acceso instalados en las entradas de la
plaza de la mezquita de Al Aqsa después de que dos policías murieran por
disparos el 14 de julio.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, iba a convocar a su gabinete de seguridad para sopesar las alternativas.
Sin
embargo, su gobierno derechista se muestra precavido y no quiere que
parezca que cede a la presión palestina sobre el sitio, que los judíos
veneran como vestigio de dos antiguos templos y que estuvo entre las
zonas de Jerusalén Este que Israel capturó en la guerra de los Seis Días
y se anexionó como su capital en un movimiento que no fue reconocido
internacionalmente.
"Se quedarán (los
detectores de metales). Los asesinos nunca nos dirán cómo buscar a los
asesinos", dijo Tzachi Hanegbi, ministro israelí de Desarrollo Regional,
a Radio Ejército.
"Si no quieren (los palestinos) entrar a la mezquita, entonces dejemos que no entren a la mezquita".
Indignados
por lo que perciben como una violación de los delicados accesos de
décadas de antigüedad en el tercer lugar más santo del Islam, muchos
palestinos se han negado a pasar a través de los detectores de metales,
celebrando oraciones en la calle y a menudo con protestas violentas.
Las
fuerzas de seguridad israelíes mataron de disparos a tres manifestantes
el viernes, dijeron médicos palestinos. La Policía dijo que estaba
investigando la acusación. Un cuarto palestino murió el sábado cuando el
explosivo que estaba fabricando estalló antes de tiempo, dijo el
Ejército israelí
En
un signo de que la violencia se estaba extendiendo, un palestino
apuñaló a tres israelíes el viernes en la ocupada Cisjordania después de
prometer en Facebook coger su cuchillo y atender la "llamada de Al
Aqsa". El domingo se lanzó un cohete hacia Israel desde la Franja de
Gaza pero impactó contra un área abierta, sin causar daños, dijo el
Ejército israelí.
Gilad Erdan, el ministro de
Seguridad Pública de Israel, advirtió de una potencial "volatilidad a
gran escala", una perspectiva que se hizo más probable en Cisjordania
por la ausencia de la ayuda de Abas.
"Si Israel
quiere que se reanude la coordinación en seguridad tienen que retirar
esas medidas", dijo Abas en un discurso el domingo, refiriéndose a los
detectores de metales. "Deberían saber que a la larga perderán, porque
hemos estado cumpliendo con nuestra solemne tarea de mantener la
seguridad en nuestro lado y en el suyo".
Erdan
dijo que con el tiempo podría retirar los detectores de metales para los
musulmanes que entran en la Explanada de las Mezquitas y usar arreglos
alternativos que están bajo revisión. Estos arreglos podrían incluir el
refuerzo de la policía israelí en las entradas y cámaras con tecnologías
de reconocimiento facial.
"Hay, después de
todo, muchos fieles a quienes la Policía conoce, habituales, y gente muy
anciana y así sucesivamente, y esto recomendó que evitemos pasarlos a
través de detectores de metal", dijo Erdan a Radio Ejército, sugiriendo
que sólo las personas potencialmente problemáticas serían objeto de
registros extra.
Aún no había ningún arreglo de sustitución preparado, agregó.
"Estamos
gestionando esto de una manera nivelada, determinada y responsable",
dijo Netanyahu en unas declaraciones televisadas antes de la reunión de
su gabinete el domingo.
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