LONDRES.- No se esperan grandes cambios de la reunión del
Banco Central Europeo el próximo jueves, pero sí podrían producirse
algunos ajustes.
Probablemente, los
responsables de política monetaria del BCE medirán su retórica a medida
que se encaminan a una normalización después de años de fuertes
estímulos posteriores a la crisis.
El banco
central podría hacer referencia a su disposición para incrementar el
volumen o duración del programa de recompra de activos antes de anunciar
en otoño cómo y cuándo comenzará a ir reduciendo las compras de bonos.
Pero tras la reacción al discurso pronunciado
en la localidad portuguesa de Sintra, abriendo la posibilidad de cambios
en el agresivo estímulo del BCE, su presidente Mario Draghi será más
cauteloso para no hacer saltar las alarmas sobre un repliegue de sus
políticas.
Las declaraciones de Draghi en
Sintra hicieron subir notablemente al euro y la rentabilidad de los
bonos, y provocaron cierta matización.
"Esperamos
que los ajustes graduales en la comunicación de Draghi continúen la
semana que viene", dijeron en un informe analistas de Nordea.
"Hasta
ahora, el BCE ha tenido un sesgo implícito hacia un incremento del
volumen del programa de compra de activos, pero esta postura podría
cambiar a una más neutral, ya que el BCE tratará de suavizar el camino
de comunicación hacia el próximo anuncio de retirada gradual de
estímulos en otoño", añadieron.
Mencionando el
nerviosismo producido por el discurso de Draghi en Sintra y los
recientes ajustes en la retórica de la Reserva Federal estadounidense,
estos expertos dijeron: "Será también interesante ver las reacciones del
mercado antes y después de la reunión... Draghi tendrá que allanar el
camino para una retirada de estímulos posterior sin asustar demasiado al
mercado de bonos".
La mitad de los analistas
consultados por Reuters esperan ahora que el BCE anuncie en septiembre
que va a reducir gradualmente la compra de activos, un proceso conocido
en inglés como "tapering" o retirada de estímulos monetarios, mientras
que una cuarta parte ve una reducción única y el resto no espera ningún
cambio.
La reunión del 7 de septiembre incluirá nuevas previsiones de inflación y crecimiento del personal del BCE.
Reuters
publicó el viernes que tres fuentes dijeron que el BCE es reacio a
fijar una fecha firme para dejar en cero las compras de activos a fin de
poder tener flexibilidad en caso de que las variables económicas,
particularmente el crecimiento de los salarios, no alcancen las
expectativas.
Hasta ahora, el BCE ha dicho
que sus compras seguirán ejecutándose al ritmo actual hasta diciembre de
2017 "o más allá, si fuese necesario", seguido de una fase de retirada
gradual.
Mientras
que el crecimiento de la zona euro está en su mejor momento desde el
inicio de la crisis financiera global hace una década y el desempleo
está cayendo más rápido de lo esperado, el anémico crecimiento de los
salarios sigue anclando la inflación muy por debajo de la meta del BCE
de cerca del 2 por ciento.
Las previsiones actuales indican que la inflación seguirá siendo débil al menos hasta finales de 2019.
También
se reúnen el miércoles y jueves los responsables monetarios del Banco
de Japón, que previsiblemente mantendrán su política monetaria ante un
repunte gradual de la actividad económica del país que probablemente
quedará reflejado en una actualización al alza de las perspectivas de
crecimiento del banco central.
En Reino Unido, donde los
responsables del Banco de Inglaterra están divididos entre subir los
tipos de interés y al menos uno aboga por un repliegue temprano del
programa de compra de activos de 435.000 millones de libras ($566.850
millones), se mirarán con lupa las cifras de inflación británicas que se
publican el martes.
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