CERNOBBIO.- El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, afirmó hoy
que la inmigración jugará "un papel determinante" en los comicios al
Parlamento Europeo de 2019 y criticó a los líderes que emplean un
discurso xenófobo para ganar rédito electoral.
"Europa se está dividiendo claramente (...) Está claro
que hay unas posiciones muy de Europa cerrada y otras que entienden que
necesitamos una parte de inmigración, de forma ordenada y regular, que
representan en este momento seguramente Francia y España", dijo Borrell.
El titular español de Exteriores participó este sábado
en el Foro de diálogo Ambrosetti, que se celebra hasta mañana en la
ciudad de Cernobbio (norte de Italia), e intervino en un debate sobre el
futuro de la Unión Europea (UE).
En este foro tuvo
como interlocutor al ultraderechista holandés Geert Wilders, líder del
Partido por la Libertad, con quien discrepó en cuestiones relacionadas
con la inmigración.
"Se trataba de ver por dónde van a
ir las próximas elecciones europeas, en las que los problemas de la
inmigración van a jugar un papel determinante. Tenía como interlocutor
al señor Wilders, de Holanda, que ya saben que tiene un discurso muy
xenófobo, muy cerrado, acusando a la UE de dejar que Europa se
islamice", resumió Borrell.
El titular de Exteriores
reconoció que las aportaciones de Wilders al debate dieron la sensación
de que "Holanda estuviera sufriendo una invasión masiva", por lo que
decidió preguntarle "el porcentaje de población de origen musulmán que
hay en Holanda", a lo que respondió que "un 7 %".
"Tampoco parece que sea una cifra que signifique la islamización de un
país. Se juega con las emociones frente a la inmigración y hay quien la
utiliza para tener un rédito electoral", lamentó Borrell.
Rechazó que en España se pueda hablar de un "flujo migratorio
excepcionalmente elevado", sino que se ha producido "un pico en el
verano", posiblemente como consecuencia del "cierre de las rutas desde
Libia", pero actualmente "las cifras han vuelto a caer a unos niveles
normales".
Defendió que la inmigración debe ser
regulada y descartó que la solución a la crisis migratoria sea aplicar
políticas duras como las que utiliza el ministro del Interior de Italia,
Matteo Salvini, que mantiene los puertos del país cerrados a los barcos
de las ONG que lleven a bordo a rescatados en el Mediterráneo.
"No tenemos los mismos puntos de vista ni practicamos las mismas políticas", sostuvo Borrell.
Recientemente Salvini criticó a España y dijo no comprender que se le
tilde de "racista, fascista e inhumano" por su estrategia contra la
inmigración, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez devolvió a Marruecos a
116 inmigrantes que saltaron la valla de Ceuta.
Preguntado al respecto, Borrell sostuvo que "las comparaciones son
siempre odiosas" y dejó claro que España es respetuosa "con las normas
que rigen los flujos migratorios".
"Otra cosa es que
los asaltos a la frontera de una manera violenta no pueden considerarse
como una forma normal de entrar en el país", comentó.
Admitió que "la UE tiene hoy nuevos riesgos" que no se habían
materializado hace unos años, como la inmigración, la salida de Reino
Unido de la Unión, la relación del bloque comunitario con Estados Unidos
y el ascenso de "nacionalismos y populismos de todo tipo".
Respecto a la salida de Reino Unido del club comunitario, expuso que
"España tiene el máximo interés de que el 'brexit', que no va a ser
bueno para nadie, sea lo menos malo posible para todos".
"No estamos en ninguna posición intransigente ni dura, al contrario,
queremos facilitar un acuerdo que, dentro de lo malo que es, nos permita
a todos salir con los menos daños posibles", reflexionó.
Consideró que "el 'brexit' más que una epidemia ha sido una vacuna"
para la UE, pues "la gente ha visto que esto de desconectar y separarse
era algo muy complicado, lleva mucho tiempo, mucho trabajo, cuesta mucho
dinero y conlleva mucho riesgo".
"No ha habido un
solo país que diga 'yo también'. Al contrario, ha habido una unidad del
resto de los países para decirles a los británicos 'ustedes no van a
quedar en mejor posición de lo que estaban dentro'", comentó.
Finalmente, opinó que otros países miembros no seguirán el ejemplo
británico, tampoco Italia, donde gobiernan el antisistema Movimiento
Cinco Estrellas y la ultraderechista Liga, dos fuerzas de corte
euroescéptico.
En este sentido, estimó que la
hipotética salida de Italia del euro "nunca ha estado en discusión, son
cosas que se dicen en campañas", pero con su elevada deuda pública
"sería algo muy complicado".
"No creo que el gobierno (italiano) lo haya tenido nunca en su agenda, desde luego ahora no lo tiene", zanjó.
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