ATENAS.- Grecia ha rechazado a casi 35.000 migrantes que intentaban cruzar a
su territorio ilegalmente desde que Turquía abrió su frontera hace casi
una semana, según dijeron el jueves fuentes del Gobierno, mientras se
prepara para deportar a cientos que lograron pasar.
Miles de
migrantes han salido hacia Grecia desde que Ankara dijera el 28 de
febrero que dejaría que los migrantes cruzaran sus fronteras hacia
Europa, renegando del compromiso de mantenerlos en su territorio en
virtud del acuerdo con la Unión Europea de 2016.
Cientos
de ellos han entrado en Grecia, muchos por mar, arribando a Lesbos y a
otras islas griegas. Ankara y Atenas se acusan mutuamente de utilizar
una fuerza excesiva en la zona fronteriza, donde los migrantes se han
enfrentado con las fuerzas de seguridad en los últimos días.
La
situación en el cruce fronterizo de Kastanies, donde la policía
antidisturbios griega y turca usaron gas lacrimógeno el miércoles,
estaba tranquila el jueves por la mañana. Los migrantes se hacinaban en
tiendas y campamentos improvisados en el lado turco de la frontera.
Los
guardias fronterizos griegos rechazaron casi 7.000 intentos de entrada
sólo en las últimas 24 horas, llevando el total desde el 29 de febrero a
34.778 y el número de arrestos de aquellos que pasaron a 244, dijeron
fuentes del Gobierno griego.
Los inmigrantes que llegaron a
Grecia ilegalmente después del 1 de marzo serán transferidos a la ciudad
norteña de Serres y deportados de vuelta a sus países, dijo el ministro
de Migración griego Notis Mitarachi a última hora del miércoles.
“Nuestro objetivo es devolverlos a sus países”, dijo a la Agencia de Noticias de Atenas (ANA).
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