ANKARA.- Turquía abrirá sus fronteras con Siria para que los desplazados en la
región de Idlib puedan viajar hacia Europa a menos que se ponga fin a la
ofensiva del régimen de Bashar al Assad sobre el que es el último
enclave controlado por los rebeldes en el país, ha advertido este jueves
el ministro del Interior turco, Suleyman Soylu. "En Idlib hay 3,5
millones de personas que se encuentran en la frontera con Turquía y
ahora mismo están en una situación difícil", ha subrayado Soylu.
“Las acciones inhumanas continuadas del régimen (sirio) allí
significarán que nuestros pasos fronterizos se abrirán”, ha indicado en
declaraciones a la prensa desde la ciudad de Edirne, en la frontera con
Grecia. “Entonces, en último término, todos se dirigirán hacia Europa“, ha augurado, insistiendo en que “esto no es una amenaza ni un chantaje”.
Por otra parte, Soylu ha anunciado el despliegue de 1.000 policías para evitar que las autoridades griegas devuelvan a inmigrantes y refugiados a Turquía, precisando que desde el 1 de marzo han sido devueltos más de 4.900.
De acuerdo con el ministro, citado por el diario ‘Daily Sabah’, desde
el viernes pasado, cuando Ankara anunció que no impediría la salida del
país de los 3,5 millones de refugiados sirios en su territorio tras la
muerte de más de una treintena de soldados turcos en un ataque de
Damasco en Idlib, casi 140.000 inmigrantes han cruzado la frontera de
Turquía hacia Europa.
El Ministerio de Defensa turco ha asegurado este jueves que en las últimas 24 horas las Fuerzas Armadas turcas han “neutralizado” a 184 militares del régimen de Al Assad en la región de Idlib, en el noroeste de Siria.
En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, el departamento que
dirige el general Hulusi Akar ha dicho que la operación ‘Escudo de
Primavera’ ha dejado un balance en las últimas 24 horas de “184 soldados
del régimen neutralizados”, sin aclarar si han sido abatidos, han
resultado heridos o han sido capturados.
Las Fuerzas Armadas turcas han destruido en ese mismo periodo “cuatro
carros de combate, cinco cañones y obuses, tres cañones antitanque,
ocho vehículos militares, dos vehículos blidados” y “dos vehículos
militares de carga”.
La operación de las Fuerzas Armadas turcas llega en plena
escalada de tensión entre las fuerzas de Turquía y las fuerzas del
régimen sirios, apoyadas por Rusia e Irán, en la región de
Idlib, en el noroeste de Siria, en la que se mantiene una zona de
distensión que no se está respetando y en la que permanece la mayoría de
grupos rebeldes sirios opuestos al régimen de Al Assad.
Este miércoles, el enviado especial de Naciones Unidas para
Siria, Geir Pedersen, hizo un llamamiento internacional para conseguir
“una solución diplomática inmediata” para poner fin a la crisis humanitaria en Idlib.
Pedersen recordó que “Idlib es un lugar en el que están refugiados
más de tres millones de civiles, incluidos aquellos que viven con miedo a
vivir bajo la autoridad del Gobierno”.
“Más de 900.000 personas se han visto desplazadas desde el 1
de diciembre. Las mujeres y los niños suponen el 81 por ciento de los
nuevos desplazados“, señaló, antes de denunciar que “la
infraestructura civil, incluidas instalaciones médicas y escuelas,
siguen sufriendo daños y siendo destruidas”.
Por otro lado, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha informado de que al menos 15 civiles murieron este jueves en un ataque de la aviación rusa, aliada de Damasco, contra un grupo de desplazados en Idlib.
Todo ello ocurre horas antes de una reunión decisiva entre Turquía y Rusia sobre el futuro de la región. Y es que, este jueves está previsto que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se reúna con su homólogo ruso, Vladímir Putin, para analizar la situación de Idlib ante la escalada de violencia de las últimas semanas.
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