ATENAS.- El
primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, defendió hoy la condición de
izquierdas de Syriza, y aseguró que en casi dos años en el poder y a
pesar de estar encorsetado por la austeridad del programa de rescate, su
Gobierno ha podido aplicar una serie de políticas sociales y de
crecimiento.
"Hemos puesto en marcha un programa para la gestión de la crisis humanitaria...un programa para hacer frente al desempleo con enfoque en el respeto de los derechos laborales...el acceso de los que no tienen seguro médico a los hospitales... defendimos el carácter público de la seguridad social", señaló Tsipras ante los ante los 2.800 delegados reunidos en el estadio de Tae Kwon Do de Atenas.
Si bien hizo un amplio repaso a
las mejoras que ha logrado su Gobierno, evitó mencionar todos los
recortes que también se han llevado a cabo.
Gracias
a las políticas activas y sociales, el desempleo en Grecia ha bajado en
cuatro puntos porcentuales durante el mandato de Syriza, recalcó.
El
líder de Syriza invitó a sus correligionarios a hacer durante los
próximos cuatro días un análisis sobre el camino a seguir y meditar si
la salida del euro, por ejemplo, hubiera sido una opción progresista y a
plantearse si el partido debería abrirse a otras fuerzas de la
socialdemocracia y de los verdes europeos.
Su
respuesta fue inequívoca en ambas cuestiones. Rechazó categóricamente
la salida del euro como una opción progresista y defendió una apertura a
nivel europeo.
"Debemos
intentar convergencias con la socialdemocracia europea y los verdes, sin
olvidar los límites de tales convergencias y los riesgos que incluyen",
señaló.
El planteamiento de abrirse hacia el centro es uno de los temas cardinales de este congreso.
Estará
además el análisis sobre la redefinición de un partido nacido como
formación minoritaria y convertido en fuerza en el poder, lo que en poco
tiempo le ha llevado a perder el 15 % de sus afiliados y a caer
estrepitosamente en las encuestas.
A
pesar de las decepciones internas y externas que ha causado la Syriza
en el poder, no parece probable que el congreso acabe en nuevos cismas.
Las
tres principales corrientes del partido han presentado a debate varios
documentos, que en líneas generales ponen de manifiesto que podrá haber
muchas voces, pero ninguna disidencia profunda tras la marcha el año
pasado del ala más izquierdista que formó su propio partido, la Unidad
Popular.
De los tres
movimientos el más "radical" es el denominado Grupo +53, en alusión al
número de diputados que lo componen y que supuestamente dirige el
ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, si bien no es algo que se
haya publicado oficialmente.
En
su texto para el congreso, este grupo reclama nuevamente un programa
más visible para contrarrestar las consecuencias del rescate y no se da
por satisfecho con las medidas sociales anunciadas hasta ahora.
El
grupo incluso dice que si continúan las "extorsiones" de los acreedores
es preferible caer "heroicamente" en la resistencia contra la troika
que de forma "humillante" por la propia sociedad.
Se
trata de una posición que no es nueva y suena más amenazante de lo que
ha demostrado la práctica política, pues Tsakalotos es al fin y al cabo
el interlocutor principal de los acreedores y por tanto máximo ejecutor
del programa de ajustes.
Entre
las corrientes hay también diferencias respecto a si el partido debe o
no abrirse más a posiciones de centroizquierda, y nuevamente este grupo
defiende las tesis menos conciliadoras.
A
su juicio, la socialdemocracia europea no puede ser un aliado de la
izquierda por tener una "gran responsabilidad" en las consecuencias de
la crisis "sobre la vida de la gente" y en varios países tiene
posiciones que coinciden con la derecha, como por ejemplo en la misma
Grecia o en Austria, donde han asumido un "protagonismo negativo en la
crisis refugiados".
La mayoría
de los delegados esperan sobre todo que del
congreso salga una clara señal de que el partido mantiene su autonomía
frente al Ejecutivo y "no se vea reducido al mero papel de ser una
herramienta de apoyo de la acción gubernamental", como señala Ronia, una
empresaria turística.
Muchos
reconocen no estar satisfechos con la labor desempeñada hasta por el
Gobierno -opinión que, según una reciente encuesta comparte el 85 % de
la sociedad- pero al mismo tiempo no quieren estar en la oposición, sino
un partido más cercano al pueblo.
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