MOSCÚ.- El presidente sirio, Bashar al Asad, considera que la guerra que vive su país es el resultado del diferente enfoque de Rusia y Estados Unidos hacia el problema del terrorismo y alerta de que la confrontación entre los dos países está propiciando otra especie de “guerra fría” y el temor a una Tercera Guerra Mundial.
En una entrevista que publica este viernes Komsomólskaya Pravda, Asad
desvela además que Arabia Saudí le ofreció su ayuda a cambio de que
rompiera sus relaciones con Irán y carga de nuevo contra su vecino
turco.
Al Asad ha recalcado durante la entrevista que el principal problema
que atraviesa el país es el “terrorismo”, pidiendo distinguir entre las
potencias que apoyan a Damasco en esta lucha y las que han intervenido
en el país para apoyar a “extremistas”.
“No se trata de cuántos países interfieren ahora. Rusia, Irán, (el
partido-milicia chií libanés) Hezbolá, son nuestros aliados, vinieron
legalmente, nos apoyan contra los terroristas”, ha argumentado.
Preguntado sobre si cree que el mundo está cerca de una Tercera
Guerra Mundial, el mandatario sirio ha sostenido que “recientemente, en
las últimas semanas o meses, se vive algo que es más que una guerra fría, pero menos que una guerra total”.
“No sé cómo llamarlo, pero no es algo que haya existido
recientemente, porque no creo que Occidente, y especialmente Estados
Unidos, haya puesto fin a la guerra fría, incluso después del colapso de
la Unión Soviética”, ha explicado.
En este sentido, ha subrayado que “el olor a (una tercera) guerra (mundial) se siente en el aire, aunque de momento no haya una confrontación militar directa”.
Al Asad ha aprovechado la entrevista para expresar su satisfacción con el apoyo ruso a Damasco, explicando que “Rusia
quería combatir el terrorismo por distintos motivos, no sólo por Siria o
Rusia, sino por la región, Europa y el resto del mundo”, mientras que para EEUU, en cambio, “el terrorismo es una careta que guarda en la manga y la saca cuando hace falta”.
Asimismo, ha dicho que Moscú “ayudó antes, quizá no directamente con
sus Fuerzas Aéreas, pero enviaron apoyo logístico necesario para la
guerra”.
“Hay expertos militares (rusos) que viven en Siria desde hace cuatro
décadas. En 2014 vieron que el equilibrio sobre el terreno cambiaba a
favor de los terroristas por el apoyo de Occidente y países como Arabia
Saudí, Turquía y Qatar”, ha relatado.
Por ello, ha valorado que “antes de la intervención (rusa), la llamada ‘alianza’ liderada por Estados Unidos no hizo nada,
Estado Islámico se expandía”.
“Tras la intervención rusa, esos mismos
territorios bajo control terrorista han disminuido”, ha zanjado.
Acusa a Turquía de “crear” el EI
Por otra parte, ha cargado contra Turquía, tildando de “invasión” la
entrada de sus tropas en el norte del país y asegurando que ha llevado a
cabo operaciones contra el grupo yihadista Estado Islámico “para
limpiar su imagen”.
“Crearon Estado Islámico, apoyaron a Estado Islámico, le dieron apoyo logístico y le permitieron vender petróleo a través de su territorio“, ha señalado, apuntando a las autoridades turcas.
Así, ha dicho que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, “quiere
tener un papel en la solución en Siria, y no le importa cuál”.
“Se
sintió aislado durante el último año por culpa de (su apoyo a) Estado
Islámico”, ha zanjado.
Pese a ello, ha aplaudido la normalización de las relaciones entre Turquía y Rusia, arguyendo que Damasco “espera que Moscú pueda lograr algunos cambios en la política turca”.
“Espero que puedan convencerles de que dejen de apoyar a los
terroristas, de que dejen de permitir la entrada de dinero y
combatientes para estos grupos a través de sus fronteras”, ha
manifestado.
Al Asad ha desvelado que Arabia Saudí le ofreció su apoyo a cambio de que cortara sus relaciones con Irán, agregando que la propuesta fue formulada después del inicio de la crisis política en el país.
“Arabia Saudí dijo que nos ayudaría si nos alejábamos de Irán y
anunciábamos el final de todas nuestras relaciones con el país”, ha
dicho, y ha sostenido que Riad “quería que Siria se alejara de Irán sin motivo, sólo porque odia a Teherán“, recordando que en ese momento se negociaba el acuerdo nuclear entre el Grupo 5+1 e Irán.
“Siria tiene buenas relaciones con Irán, y Arabia Saudí quería
destruir Irán completamente, quizá de forma política, quizá de forma
material, por lo que querían que Siria fuera contra Irán”, ha dicho.
Al Asad ha tenido más palabras duras para las autoridades saudíes, a
las que ha acusado de promover la ideología que mueve a grupos como
Estado Islámico y alertando de que la misma “se ha infiltrado en
Europa”.
“No se puede acabar con el extremismo en el Islam con una ideología que no sea el Islam moderado”, ha dicho, afirmando que para acabar con los yihadistas “hay que combatir su ideología”.
“Hay que trabajar para ahogar el dinero que paga el Gobierno de
Arabia Saudí y las ONGs saudíes para promover la ideología wahabí en todo
el mundo”, ha recalcado.
Así, ha dicho que “esto está pasando en Europa, donde la tercera o
cuarta generación envía terroristas a Siria”.
“Nunca vivieron en la
región, no hablan árabe, y quizá no han leído el Corán, pero son
extremistas porque se ha permitido que la ideología wahabí se infiltre
en Europa”, ha argumentado.
Dispuesto a dialogar
En otro orden de cosas, Al Asad se ha mostrado dispuesto a hablar con
los grupos opositores, si bien ha dicho que “la pregunta principal es
quién influirá sobre los terroristas”.
“No se trata de con quién puedo negociar, la pregunta es quién es
influyente, quién puede cambiar la situación”, ha afirmado, resaltando
que “hay nuevos partidos (opositores con los que negociar), aunque no
todos tienen escaños en el Parlamento”.
“Imaginemos que me siento con ellos, opositores de dentro y fuera de
Siria, ya sean patriotas o relacionados con otros países, y acordamos
que algo es bueno para Siria. ¿Quién influirá sobre los terroristas?“, se ha preguntado.
Por otra parte, ha destacado la importancia de la ofensiva militar contra Alepo,
afirmando que, como segunda ciudad más importante del país, tiene un
papel clave en el futuro del conflicto. “Tiene papel político,
estratégico y nacional. Desde el punto de vista estratégico, será la
plataforma para avanzar a otras zonas y liberar otras áreas de los
terroristas”, ha remachado.
Alepo, la segunda ciudad más importante del país, se encuentra
dividida en sectores controlados por las fuerzas gubernamentales y por
diversos grupos rebeldes.
Los intensos bombardeos que se han sucedido desde el fin de la tregua a mediados de septiembre han dejado unos 500 muertos desde entonces, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El Ejército de Siria advirtió la semana pasada a los rebeldes y sus
familias que abandonen el este de la localidad de Alepo, advirtiendo de
que, los que no lo hagan harán frente a “un destino inevitable”.
Unas 275.000 personas estarían atrapadas en el este de Alepo,
rodeadas por las fuerzas gubernamentales y con serios problemas de
abastecimiento tanto de alimentos como de medicamentos.
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