viernes, 14 de octubre de 2016

El gobierno luso apuesta por recuperar rentas pero sube impuestos indirectos

LISBOA.- El Gobierno luso presentó hoy el borrador de los Presupuestos de 2017, en el que apuesta por la recuperación de rentas, con una menor carga fiscal y un aumento de las pensiones pero, al mismo tiempo, aumenta los impuestos indirectos, con una tasa a las grandes fortunas inmobiliarias como medida estrella.

El ministro luso de Finanzas, Mario Centeno, desglosó en rueda de prensa las principales medidas del documento, que fue entregado hoy en el Parlamento.
El Gobierno tiene "grandes expectativas", dijo el ministro, de que las nuevas cuentas reciban el visto bueno del Ejecutivo comunitario, del que también esperan una "evaluación positiva" de los esfuerzos realizados para alcanzar las metas presupuestarias.
Centeno defendió que el proyecto se basa en tres pilares: la "recuperación de rentas", con una reducción de la carga fiscal; la "capitalización de las empresas" para que puedan crear empleo, y la "estabilización del sistema bancario".
De esta forma, el proyecto incluye una supresión gradual de la "sobretasa", un impuesto especial sobre la renta que el Gobierno se comprometió a abolir el próximo año y que será eliminado por fases entre abril y noviembre de 2017, en función del salario.
En un principio, esta tasa debía desaparecer el próximo 1 de enero, pero el ministro de Finanzas señaló que optaron por una supresión gradual para poder "eliminarla de forma sostenible".
También se procederá a la actualización de todas las pensiones hasta 838 euros en línea con la inflación y un aumento extra de 10 euros a partir de agosto para las que no superen los 628 euros.
Según Centeno, con esta medida se pretende realizar "un aumento extraordinario en los subsidios de los pensionistas que en los últimos años vieron sus pensiones congeladas".
Del lado contrario, el Ejecutivo apostó por la creación de una tasa del 0,3 % a las fortunas inmobiliarias superiores a los 600.000 euros, de la que escapan el sector turístico y la actividad industrial y con el que espera recaudar unos 160 millones en 2017, reveló Centeno.
Los ingresos recaudados con este nuevo tributo se dedicarán a reforzar la Seguridad Social, tal y como ya había desvelado previamente el primer ministro portugués, António Costa.
El Ejecutivo luso implementará además una subida de los impuestos indirectos, entre los que destaca la nueva tasa sobre bebidas azucaradas que varía entre los 8 y 16 céntimos por litro, en función del nivel de azúcar del producto, y del que quedan exentos los zumos, entre otros.
También se fija un aumento del 3 % del tributo que se aplica a la cerveza, las bebidas espirituosas y los vinos licorosos; una subida del precio del tabaco de 5 céntimos por paquete; un alza del Impuesto sobre Vehículos en todos los escalones; y una nueva tasa sobre las municiones de armas.
En cuanto a los funcionarios, que este año ya recuperaron rendimientos y el horario semanal de 35 horas, se beneficiarán de un aumento del subsidio de alimentación y recibirán la mitad de la paga extra de Navidad en noviembre y el resto dividido en los doce meses del año (hasta ahora se dividía toda la prima en 12 meses).
No obstante, se mantienen congelados los aumentos salariales y las progresiones en la carrera.
Otras medidas recogidas en el proyecto son la actualización de los escalones del IRS (impuesto sobre la renta) en un 0,8 %, en línea con la tasa de inflación prevista para este año, y la autorización para contratar personal a las instituciones de enseñanza superior.
El documento actualiza además las previsiones económicas para 2017 y empeoran las estimaciones de crecimiento de la economía, que pasa del 1,8 % al 1,5 %, y del déficit público, que será del 1,6 %, frente al 1,4 % anterior.
Por contra, las nuevas previsiones son más optimistas en cuanto al mercado de trabajo y apuntan a que la tasa de paro retroceda hasta el 10,3 %, frente al 10,9 % previsto anteriormente.
El Gobierno socialista no cuenta con la mayoría necesaria en el Parlamento para aprobar el texto y necesita el apoyo del marxista Bloque de Izquierda y del Partido Comunista Portugués, formaciones con las que alcanzó una inédita alianza en 2015 para gobernar.
Está previsto que el documento sea debatido y votado en el Parlamento en su generalidad los días 3 y 4 de noviembre, pero la votación final no se realizará hasta el 29 de noviembre, después de pasar por las diferentes comisiones parlamentarias.

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