La guerra de
nervios entre Bruselas y Londres, entre la Unión Europea y el Reino
Unido, acaba de librar una nueva. Una batalla surrealista y hasta
patética batalla en las últimas horas. Por la mañana, el presidente del
BCE Mario Draghi pidió al Gobierno de la primera ministra Theresa May
que revelara de una vez sus planes respecto a cómo abordar el Brexit.
Nobleza obliga, por la tarde se produjo un extraño suceso que pareció
fortuito en principio pero que era toda una respuesta.
Draghi
también había dejado claro que en caso de un ‘Brexit duro’, el Reino
Unido sufriría mucho más que la UE. Lo dicen todos los días los
empresarios británicos, los think tanks, los expertos y no pocos
políticos a uno y otro lado del Canal de la Mancha. Pues bien, lo que
ocurrió por la tarde también dio cumplida respuesta a esa
amenazante previsión.
¿Qué es lo que pasó? Que una
funcionaria llamada Julia Dockerill, jefa de Gabinete del
parlamentario conservador Mark Field, perdió los papeles. No
literalmente, pero sí en cuanto al secreto y confidencialidad
que se supone merecen los documentos delicados. Acababa de salir
del número 9 de la calle Downing Street, donde se había celebrado una
reunión en el llamado Departamento para la Salida de la Unión Europea,
bajo la dirección del ministro nombrado al efecto, David Davis.
Después
de esa reunión iba a celebrarse otra en el número 10 de la misma
calle, una de las direcciones más famosas del mundo como
residencia de la primera ministra británica. Sólo había que
cruzar. Y Dockerill lo hizo como suelen hacer los asistentes de los
políticos, con un montón de papales en la mano. Pasó ante los
periodistas que están allí siempre a ver qué pescan.
Y allí
estaba, entre esos periodistas, fotógrafos y cámaras de TV, Steve
Back. En un prodigio de aprovechamiento al utilizar una de las
maravillas de la tecnología con muchos píxeles para que la
nitidez fuera máxima, Back enfocó el objetivo a esos papeles y
aplicó el zoom. ¡Oh casualidad!, el documento exterior,
perfectamente visible, era un cuaderno abierto, tamaño DIN-A4.
Estaba escrito a mano. Y se podía leer todo, excepto lo que tapaba el
antebrazo y la mano de Julia Dockerill.
Toda la prensa
británica ha amanecido este martes con las fotos de Steve Back, de
la agencia Barcroft Images, perteneciente al Grupo mediático del
mismo nombre. La frase que más ha llamado la atención en todos los
medios y que presuntamente resume el plan verdadero de Theresa
May es la siguiente: ‘¿What’s the model? Have your cake and eat it’.
La
traducción literal de este refrán inglés, pero modificado, no
da mucha luz, porque tener el pastel y comerlo puede parecer una
obviedad. La idea básica entronca con otros refranes y proverbios
españoles, como ‘querer el oro y el moro’, ‘no se puede estar en
misa y repicando’, ‘no se puede dormir y guardar la era’ y otros. En
efecto, el modismo inglés es negativo (no se puede comer el pastel y
tenerlo al mismo tiempo), porque no se puede hacer una cosa y la
contraria.
Pero al ponerlo en positivo, el autor del papel
que fotografió Steve Back quiso expresar la ambición del Gobierno
de May: el objetivo de las negociaciones del Brexit es conseguir
todo lo posible y ceder lo mínimo necesario. Dicho de otro modo,
como destaca la prensa, Londres quiere quedarse en el mercado único
pero sin aceptar de ninguna manera la libre circulación de
trabajadores. Es la postura maximalista del ministro de
Esteriores, Boris Johnson.
Es decir, que ya sea por accidente o
por un truquillo, se ha transmitido la idea de que Londres va al
encontronazo, va a por todas. Así titula a todo meter The Daily
Telegraph: ‘Un memorándum sobre el Brexit sugiere que Reino Unido lo
quiere todo’. Y The Times: ‘Los ministros son reacios al
compromiso, sugiere un memorándum’.
También The Guardian:
‘¿Es este el plan conservador para el Brexit? Es improbable que el
Reino Unido permanezca en el mercado único, dice la nota de la
asistente; fotografiado un documento en manos de una funcionaria
en las afueras del 10 de Downing Street’. Y The Independent: ’Un
memorándum secreto sobre el Brexit revela los objetivos’. Y
Financial Times: ’Un memorándum ofrece una panorámica de cómo se
piensa sobre el Brexit en la trastienda’.
¿De verdad? Algunos
como el Daily Mail, lo ponen en duda, aunque con todo tipo de cuidado
para no pillarse los dedos: ‘¡Jopé! ¿Ha dejado una ayudante de un
miembro del Parlamento que se divulguen los secretos del Brexit?’.
The Guardian va un poco más lejos al recordar que como se ha
publicado, justo detrás de la puerta del Departamento para la Salida
de la Unión Europea hay pegada una advertencia, para que la vean
todos los que vayan a salir. Esa advertencia reza así: ‘¡Alto! Están
sus documento a la vista?’. Con esa advertencia, ¿es posible que
Julia Dockerill fuera tan olvidadiza?
Aunque las frases y las
ideas son fragmentarias, los medios han copiado todo lo que se ve y
lo que se puede leer. Algunas ideas son cortas, precisas,
rotundas. Otras permiten completarse por su sentido. Y algunas
otras quedan en el aire. Pero el mensaje no deja lugar a dudas: Gran
Bretaña es ‘reacia a un periodo transitorio’ que evite el
alunizaje duro. Y durante las negociaciones, ‘los franceses
probablemente van a ser los más difíciles’.
Las notas
manuscritas hablan de toda las posibilidades, de ‘por qué no el
modelo noruego’, que no pertenece a la UE pero como si sí: Londres
no puede aceptar lo que ha aceptado Oslo, la libre circulación y la
jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia. También se menciona
la posibilidad de un acuerdo como el ‘Canadá mejorado’. Y otras
palabras entrecortadas que a estas alturas se siguen tratando de
reconstruir en frases completas, pese a que el Gobierno ha dicho
que se trataba de ‘un documento no oficial’.
Todo esto ha
ocurrido después de la confesión de Theresa May en una entrevista
en Sunday Times que ‘no hay mucho tiempo para dormir con el Brexit’.
Claro que ella ha salido inmediatamente a decir lo que suelen decir
los políticos en estos casos: las interpretaciones sobre su
insomnio son ‘muy exageradas’.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario