lunes, 28 de noviembre de 2016

Más de 40 países se reúnen en Túnez para salvar la única "primavera árabe"

TÚNEZ.- Túnez recibe mañana a empresarios y políticos de más de cuarenta países en un intento por atraer miles de millones de euros en inversión extranjera que permitan salvar la única transición que sigue viva de las ahora marchitas "primaveras árabes".

En el palco de honor se situarán el emir de Qatar, Sheij Tamim bin Hamad al Thani, y el primer ministro francés, Manuel Valls, dirigentes de dos de los países que más interés han mostrado en alentar la inversión en este pequeño país mediterráneo.
"Tenemos la obligación de resucitar la esperanza en nuestros jóvenes", subrayó en rueda de prensa el primer ministro tunecino, Yusef Chahid, elegido el pasado mes de agosto por el Parlamento con el mandato de relanzar la maltrecha economía local.
Víctima de la inflación, el paro y la corrupción -endémica en el país desde tiempos de la dictadura-, la economía tunecina afronta una aguda parálisis que amenaza con hacer descarrilar su exitoso proceso de transición política.
Una situación que empeoró en 2015 a causa de los tres cruentos atentados yihadistas que sufrió el país y que afectaron de lleno a la industria del turismo, uno de los pilares de un sistema económico y judicial necesitado de profundas reformas estructurales.
Ante esta situación, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial concedieron este año a Túnez un préstamo de 2.200 millones de euros a cambio de unas reformas que exigen austeridad, recortes y despidos en la Administración pública.
Exigencias que se han topado con una fuerte oposición de sindicatos y otros agentes sociales, que han convocado una huelga general para el próximo 8 de diciembre.
En este ambiente de crisis y fractura social, Túnez pretende que empresarios y gobiernos de todo el mundo se impliquen en proyectos de desarrollo por valor de 30.000 millones de dólares y recuperen la confianza en un país que en apenas cinco años ha visto salir a más de 500 compañías extranjeras.
Uno de los principales socios en volver ha sido Baréin, país que este domingo relanzó un ambicioso proyecto inmobiliario en el extrarradio de la capital abandonado tras estallar la revolución en 2011 y que según el primer ministro tunecino supondrá una inversión de 3.000 millones de dólares y dará empleo a un millar de personas.
"El principal objetivo de Túnez 2020 es presentar a la comunidad internacional el "Plan de Desarrollo Nacional 2016-2020" y movilizar los fondos necesarios para el desarrollo de los grandes proyectos, en especial de infraestructuras, por medio de un partenariado público y privado", explican los organizadores.
La conferencia será inaugurada el martes por el jeque de Qatar y el presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, quien insistirá en que "el relanzamiento de la economía es un imperativo necesario para la consagración del proceso democrático".
En los paneles posteriores, se buscarán proyectos conjuntos en sectores como el textil, la salud, la industria farmacéutica, la electricidad, las energías renovables, la agricultura y las actividades portuarias.

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