Si, como anuncian los sondeos -que últimamente se equivocan por todo
el mundo-, los italianos dicen ‘no’ a la reforma constitucional que
propone el fin de la función legislativa del Senado para facilitar la
gobernabilidad del país, el presidente del gobierno, Matteo Renzi,
dimitirá como ha prometido y la nación entrará en crisis hacia nuevas
elecciones, donde los tres primeros partidos de la oposición defenderán
la salida de Italia del euro si se ponen de acuerdo.
En su último mitin del viernes Renzi dijo a los italianos: ‘si gana
el ‘sí’, Italia será el país más fuerte y estable de Europa’. Exagera
Renzi pero cierto es que en estos tiempos revueltos en el seno de la UE
la estabilidad política es un activo muy importante y distintivo del
resto de naciones sometidas a los vaivenes de la incertidumbre política y
económica que amenaza seriamente a toda la UE.
Sobre todo cuando los países más importantes de la Unión Europea
parecen estar saliendo de la crisis que asoló el continente tras el
estallido de Lehman Brothers en septiembre de 2008. Y ahí incluida
Italia, que en este momento vive tensiones financieras en el corazón de
su sistema bancario.
El discurso de Renzi es similar al que hace Rajoy cuando le dice al
PSOE que necesita aprobar los presupuestos para garantizar la
estabilidad del país. Y el PSOE lo sabe, como conoce los riesgos que
correrá este partido si el PP, en ausencia de los Presupuestos, decide
convocar elecciones a partir del mes de junio.
De ahí el paralelismo entre las situaciones de España e Italia,
cuando la UE se acerca al ‘peligro’ comercial y diplomático de un Donald
Trump que acaba de abrir una crisis en las relaciones de USA con China
tras conversar con la presidenta de Taiwán. Si a ello añadimos la
proximidad del ‘brexit’ inglés y el ascenso de populismo nacionalista de
extrema derecha en Francia, Holanda, Alemania y Austria (hoy en
elecciones presidenciales) y del populismo de la nueva izquierda
nacionalista en Grecia e Italia veremos que la estabilidad de la
política es en estos momentos fundamental para las naciones europeístas.
Y en lo que a Italia se refiere, con mayor motivo por el ascenso
creciente del populismo del Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo,
por el regreso de Silvio Berlusconi en la derecha y la amenaza
separatista de la Liga del Norte. Los tres partidos que integran la
oposición y que se declaran contrarios a la permanencia de Italia en el
euro, lo que constituye una nueva amenaza para la UE.
Y de paso una advertencia para España, porque si aumenta la crisis
europea por culpa de Italia y España se sumerge en la inestabilidad
política el terremoto económico y social que ahora amenaza a Europa
también podría causar estragos en nuestro país. Sobre todo ahora que
estamos saliendo de la crisis con dificultades y en medio de un complejo
y delicado proceso que se podría revertir.
(*) Periodista español
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