BRUSELAS.- La integración de los refugiados en
el mercado laboral es "clave" para evitar "el fenómeno de las
generaciones perdidas, que tiene consecuencias en el presupuesto
público", afirmó hoy la comisaria comunitaria de Empleo, Marianne
Thyssen.
Al hilo de la publicación de un informe
sobre Empleo y los Desarrollos Sociales en Europa (EDSE), que repasa las
estadísticas del año, la CE ha analizado, entre otros temas, la
integración de los refugiados en el mercado laboral en los Estados
miembros.
"Hemos seguido muy de cerca a los refugiados que
llegaron hace décadas y hemos visto que les tomaba entre 15 y 20 años
más que a los nativos integrarse en el mercado laboral. Revertir esta
tendencia es crucial para evitar el fenómeno de las generaciones
perdidas, que tiene costes monumentales en los presupuestos públicos",
subrayó Thyssen.
La tasa de empleo para los
refugiados depende de sus competencias y nivel educativo, explica la CE,
con una mayor integración (del 70 %) de los refugiados de 25 a 64 años
con alto nivel educativo frente a los que tienen bajas competencias (45
%).
"Aprender la lengua es crucial, pero también hay
que invertir en su educación y en que el reconocimiento de sus
competencias se agilice", añadió la comisaria.
Los
Veintiocho recibieron 2,2 millones de solicitudes de asilo en los
Estados miembros entre 2015 y los nueve primeros meses de 2016, recuerda
la CE.
"Vamos a lanzar una herramienta para mejorar
las competencias de los ciudadanos de países terceros para mejorar su
adaptación en el mercado de trabajo en el primer semestre de 2017",
anunció Thyssen.
El análisis de la CE recoge que el
empleo alcanzó una cifra récord en 2016, con 232 millones de
trabajadores, por encima del valor de 2008, y con una tasa del 71,1 % en
el conjunto de los Veintiocho -62 % en España-, aunque el desempleo
afecta aún a unos 20 millones de personas en la UE.
Un 8,6 % de los europeos sigue desempleado, y el informe revela "lo
difícil que ha sido volver al empleo en los años posteriores a la crisis
(2008-2013)".
"Solo uno de ocho desempleados ha logrado encontrar empleo permanente y en jornada completa en tres años", admite la CE.
Las tasas de desempleo varían mucho entre Estados miembros, siendo la
más baja en Alemania, con un 4,1 %, y la más alta en Grecia, 23,1 %.
"Los mercados de trabajo y las sociedades deben adaptarse a nuevas formas de trabajo", recalca el Ejecutivo comunitario.
El desempleo de larga duración también se ha reducido desde principios
de 2014, aunque es aún "dos veces más alto" que en 2008, lo que
representa uno de los retos "más importantes" para la UE, con una "gran
disparidad" entre Estados miembros.
Si el paro de
larga duración está en el 1,3 % de la población activa en Dinamarca,
Suecia y Reino Unido, alcanza el 16,7% en Grecia.
Diferencias que también se perciben en las tasas de empleo, que abarcan desde un 81,5 % en Suecia a un 56,6 % en Grecia.
El paro juvenil, aún por encima del 20 % en el conjunto de la Unión, sigue siendo "la mayor preocupación", subraya el informe.
En cuanto al impacto de las nuevas tecnologías en el mercado laboral,
la CE estima que estas han tenido un impacto positivo en el mercado
laboral con creación de 1 millón de empleos en los tres últimos años.
Sin embargo, "cerca de un 40 % de las empresas tiene dificultades para
fichar a especialistas en el campo de la tecnología y la comunicación",
informó la comisaria.
"Tenemos que dotar a las personas de calificaciones adecuadas para adaptarse a nuestras economías", subrayó.
Thyssen afirmó que "la clave" para mejorar la situación del empleo es
"garantizar condiciones de trabajo equitativas en un mundo de trabajo en
mutación".
"Que la gente encuentre un empleo es la
primera prioridad en la lucha contra la pobreza", concluyó la comisaria,
quien citó la caída de la población en riesgo de exclusión social, con
una tasa del 23,7 % en la UE, la más baja en cinco años.
En cuanto a la cifra española, esta supera la media europea, con un 28,6 % de población en riesgo de pobreza.
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