La desigualdad económica, la polarización social y los riesgos
ligados al medio ambiente son los tres principales problemas que han
detectado los expertos consultados por el Foro Económico Mundial de
Davos en un informe que acaba de ser presentado en vísperas de la
celebración del famoso encuentro anual, que cumple 47 años de vida.
La
localidad montañosa de Davos, en Suiza, famosa por haber sido el
escenario de la espléndida novela de Thomas Mann, La Montaña Mágica,
celebra esta vez su reunión anual casi coincidiendo con el relevo en la
Casa Blanca y la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados
Unidos, aunque la estrella de esta edición será el primer ministro de
China, encargado de pronunciar el discurso inicial. Puede ser todo un
síntoma de los nuevos tiempos, con nuevos protagonistas planetarios.
China acudirá a Davos con la mayor delegación del centenar de países
asistentes.
El diagnóstico que acaban de realizar los autores del informe y de la
encuesta publicados este jueves por los organizadores del Foro
Económico no es precisamente optimista sobre el futuro del mundo, en
particular sobre la economía mundial, que se ve amenazada tres
situaciones que se han ido gestando a lo largo de los últimos años al
calor de la globalización creciente de la economía.
Uno de los diagnósticos que ha formulado el fundador del Foro, Klaus
Schwab, señala que el proceso de cambio se ha acelerado vertiginosamente
en el mundo, provocando un estado de ansiedad y de incertidumbre que
domina a muchas personas, generando estados de inseguridad. La base de
los movimientos populistas quizás resida en buena medida en esta
velocidad sin precedentes en la que está viviendo la sociedad actual, en
donde el cambio tecnológico se ha convertido en una gran oportunidad
para hacer cosas nuevas, mejores y más rápidas, pero también para
generar mayores diferencias entre las personas y entre los grupos
sociales.
La revolución tecnológica requiere un proceso de asimilación más
equilibrado y con una velocidad más asequible para el conjunto de la
sociedad, algo bastante difícil de gestionar, entre otras cosas porque
no parece existir una conciencia muy clara de este problema entre los
Gobiernos y entre los líderes mundiales. Y porque los motivos de estas
diferencias generadas por la tecnología están en la base de los sistemas
educativos, entre los cuales existen diferencias a veces abismales.
Este año que acaba de iniciarse va a ofrecer además un abanico
potencialmente muy amplio de soluciones políticas a los problemas del
momento, desde las manifestaciones proteccionistas del nuevo presidente
de Estados Unidos, que tendrá que desplegar sus estrategias de Gobierno
en los próximos meses ante la expectación universal, hasta el avance de
los partidos populistas en algunos países europeos y la proliferación de
los focos anti sistema, con posibilidades reales de acceso al poder, o
al menos el aumento de las cuotas de poder político, por parte de
algunos partidos políticos de extrema derecha en Francia y en Alemania,
dos países que viven vísperas electorales (en el caso de Alemania, en
octubre de este año, Francia esta primavera), aunque la lista podría ser
bastante más amplia.
Todo ello ofrece un panorama bastante incierto para el año 2017,
susceptible de aflorar de forma poco controlada y con alto potencial de
afectar al desarrollo de la vida económica y, por supuesto, de los
mercados.
(*) Periodista y economista español
http://www.republica.com/retablos-financieros/2017/01/12/el-debate-de-davos/
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