ATENAS.- Los contribuyentes griegos afrontan a
partir de hoy, día 1 de enero, una nueva avalancha de impuestos, que previsiblemente
golpeará aun más una economía ya asfixiada y que, según los analistas,
pone en peligro el objetivo de crecimiento del 2,7 % para 2017.
El objetivo del Gobierno es aumentar los ingresos del Estado en 2.447
millones de euros mediante un coctel compuesto por incrementos de
impuestos ya existentes y la introducción de nuevos.
Con ello, el Ejecutivo espera poder alcanzar un
superávit primario superior al 1,75 % del producto interior bruto (PIB)
en 2017 y del 3,5 % en 2018, objetivos previstos en el tercer paquete de
rescate de Grecia.
Según los expertos, el incremento
de la imposición ya extremadamente alta puede afectar negativamente a
las previsiones para el crecimiento de la economía en 2017, fijado por
el Gobierno en un 2,7 % del PIB.
La Asociación de
Empresas y de Industria (SEV), que representa a todas las grandes
empresas del país, calificó en un comunicado reciente la política de
impuestos de "irracional" y estimó que incrementará las quiebras de
empresas, el contrabando, la evasión fiscal y el impago de cotizaciones
sociales.
La agencia de calificación Moody's, por su
parte, estimó que el crecimiento de Grecia en 2017 será del 1,8 % del
PIB, bastante inferior de lo previsto en los Presupuestos del Estado.
Los asalariados y los pensionistas se verán afectados por la reducción
del ingreso mínimo exento de impuestos de los 9.545 euros anuales a los
8.636 euros.
Los que ingresen mas de 20.000 euros al
año deberán afrontar un incremento de los tipos impositivos de entre
tres y siete puntos porcentuales.
Asimismo, aumentará
el impuesto sobre la renta de alquileres, que pasará del 11 % al 15 %
para ingresos anuales inferiores a los 12.000 euros y que podrán
alcanzar el 45 %, en el caso de rentas inmobiliarias elevadas.
Los impuestos sobre la gasolina, el diésel y el gas para coches
aumentarán entre 3 y 10 céntimos por litro, lo que afectará al coste de
los transportes y previsiblemente encarecerá todos los bienes, incluso
los de primera necesidad.
Además, habrá una serie de
aumentos de impuestos indirectos, como, por ejemplo, sobre la telefonía,
o el tabaco, lo que, según los expertos, podrá conducir a un nuevo
aumento del ya floreciente contrabando de cigarrillos.
A partir del 1 de enero se aplican asimismo tres impuestos indirectos
nuevos: sobre el consumo de café, el líquido de los cigarrillos
electrónicos y la televisión por cable.
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