sábado, 11 de febrero de 2017

Una antigua rebelión campesina calienta cada año los ánimos croatas

DONJA STUBICA.- La reconstrucción de una antigua rebelión de los campesinos de Croacia y Eslovenia, y en especial su batalla final contra los patricios feudales en 1573, atrajo hoy, como cada año, a miles de espectadores a Donja Stubica, al norte de Zagreb.

"¡El campesino está más oprimido que un esclavo! ¡No soportaremos ya vuestra tiranía! No tenemos ya nada que perder", grita el famoso líder de los campesinos croatas, Matija Gubec, al pronunciar un discurso a favor de la libertad.
Sus palabras y valiente personalidad, así como la entera rebelión, han inspirado durante siglos leyendas locales, numerosas obras literarias y hasta una ópera rock.
Gubec, cuyo nombre es el más frecuente de las calles y escuelas en Croacia, encabezó una gran rebelión en el norte de Croacia y este de Eslovenia contra la explotación y las injusticias a las que fueron sometidos los campesinos por los patricios, y especialmente uno de ellos, Ferenc Tahy, es recordado como el peor.
En esta celebración, las dos bandas se preparan para el ataque; se gritan mutuamente amenazas e insultos, y luchan luego con armas improvisadas y primitivas, como horcas, palos, flechas y lanzas, mientras que los soldados de Tahy vienen bien acorazados, con armas de fuego y cañones.
Entre los campesinos destaca el juglar croata más conocido, Petrica Kerempuh, que desencadena la risa del público al vocear sus versos graciosos contra los aristócratas.
La simulada batalla se libra en un valle de Donja Stubica, a unos 25 kilómetros al norte de Zagreb.
Al principio se desarrolla a favor de los campesinos, pero éstos al final caen derrotados en un baño de sangre perpetrado por los mercenarios.
En la contienda histórica, que duró unas cuatro horas, perecieron más de 3.000 rebeldes, de los cerca de 10.000 que participaron.
Muchos otros fueron capturados y mutilados. Gubec fue capturado, llevado a Zagreb y torturado brutal y públicamente.
En la reconstrucción de la batalla participan unas 300 personas disfrazadas de campesinos, soldados, patricios y otros personajes de la época, entre miles de espectadores.

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