LA VALETTA.- Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han expresado
este viernes su compromiso de redoblar esfuerzos para contener el paso
irregular de migrantes por el Mediterráneo central, principalmente desde
Libia hacia Italia; al tiempo que han avisado que revisarán la política
migratoria para hacerla "más resistente" ante futuras crisis, por
ejemplo reforzándola en materia de devoluciones.
"Habrá fondos europeos adicionales para poner en práctica estas
acciones prioridades", ha asegurado el presidente del Consejo europeo,
Donald Tusk, al término de la cumbre celebrada en La Valeta (Malta), en
la que los líderes han respaldado el paquete de medidas para frenar la
ruta abierta desde Libia.
También han expresado su respaldo al acuerdo bilateral que Italia
firmó el jueves con las autoridades libias para darles apoyo logístico y
económico en la crisis migratoria. El primer ministro de Malta y
presidente de turno de la UE, Joseph Muscat, ha tratado de restar
importancia a las fuertes críticas que varias ONG han lanzado contra los
28 por negociar una solución en Libia, pese a la inestabilidad en este
país. "Todos los acuerdos son criticables", ha dicho el maltés, "sabemos
que la situación es particular, pero no es razón para no
comprometerse".
La Unión Europea asume así el compromiso de reforzar el apoyo a este
país para ayudarle a gestionar el flujo migratorio, pero también para
mejorar las condiciones de acogida de los miles de inmigrantes y
refugiados que ya se encuentran en su territorio.
El bloque apoyará el desarrollo de campamentos en Libia y también las
políticas de retorno para agilizar las deportaciones a países terceros
de los llegados de manera irregular a la UE. La Unión Europea cree que
es "más importante que nunca" lograr la estabilidad en Libia y contar
con un interlocutor fiable y capaz de controlar el paso de migrantes
desde su territorio, que no es tanto país de origen migratorio, como
principalmente de paso.
Sólo en 2016 llegaron unas 181.000 personas desde este país hasta
Italia de manera irregular, según las cifras que recoge la Declaración
de Malta adoptada este viernes por los 28 en una cumbre en La Valeta.
Por ello recogen en el documento una serie de compromisos anunciados en
el pasado enfocados a medidas que frenen el paso desde los lugares de
origen o tránsito, antes de que los inmigrantes irregulares -ahora en su
mayoría de carácter económico y sin derecho a protección internacional,
según la UE- lleguen a territorio europeo.
Entre las claves que han respaldado los líderes en su Declaración
destaca la voluntad de formar más y mejor a los cuerpos de guardacostas
en Libia y la intención de cooperar y ofrecer asistencia a las
comunidades locales y regionales, con mayor conocimiento del entorno y
de la situación.
También será prioritario el apoyo a las agencias internacionales que
operan en la zona, por lo que los 28 han tenido que recordar al inicio
del texto que todas sus actuaciones se harán "en pleno respeto de los
Derechos Humanos, el Derecho internacional y los valores europeos",
además de en coordinación con ACNUR y la OIM. Medidas para aliviar la
presión migratoria sobre la frontera libia desde otros países vecinos y
los esfuerzos para luchar contra las mafias que trafican con personas
son otras ideas expuestas por los líderes.
Menos obstáculos a los retornos
La Unión Europea, además, mantiene como otra de sus prioridades a
largo plazo mejorar su política migratoria en material de deportaciones,
ya que consideran que con ello se mitigará el 'efecto llamada' que
creen que tienen otras acciones de apoyo y acogida a los refugiados que
llegan a la UE. En este contexto, los líderes han anunciado en Malta que
van a "desarrollar más" su política exterior de migración de carar a
hacerla "más resistente" si se dan nuevas crisis migratorias.
"Vamos a identificar los posibles obstáculos, por ejemplo en relación
con las condiciones que deben cumplir los retornos, y reforzar los
recursos que tiene la Unión Europea para las devoluciones", explica la
declaración adoptada en La Valeta, en la que se advierte de que ello se
hará "respetando al mismo tiempo" el Derecho internacional.
Una primera versión del documento planteó que la Comisión Europea
revisara "cómo interpretar y aplicar" el principio de 'non refoulement'
-que prohíbe las devoluciones en caliente-, pero finalmente decayó.
Finalmente, el texto apunta que Bruselas preparará como primer paso a la
revisión de la estrategia un "plan de acción actualizado sobre el
retorno" y directrices para agilizar y mejorar las operaciones actuales
de devolución y readmisión.
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