MADRID.- La estabilidad del petróleo -con un
barril Brent entre 55 y 60 dólares en 2017- evitará grandes sobresaltos
en las previsiones de crecimiento españolas, en un entorno marcado por
la incertidumbre ante las políticas de Trump o las dudas sobre Europa,
según analistas.
Las previsiones
del Gobierno cifran el aumento del producto interior bruto (PIB) para
2017 en el 2,5 %, si bien el cuadro macro provisional presentado a
principios de diciembre se elaboró con el crudo en un precio medio de
50,2 dólares.
Los expertos estiman que la horquilla puede estar algo
por encima, apuntan a entre 55 y 60 dólares, aunque subrayan la
estabilidad de precios como uno de los elementos más previsibles de un
entorno global marcado por la incertidumbre.
En 2017
no se repetirán los precios de 2016 -con el petróleo en mínimos que no
se veían desde hace una década- pero tampoco la fuerte volatilidad que
terminó con un rally de subidas a raíz, fundamentalmente, del acuerdo de
la OPEP en noviembre, según los analistas.
Así, el
año pasado, el barril de Brent, de referencia en Europa, se revalorizó
más de un 52 %, con mínimos de 27,88 dólares y máximos de 56,82 dólares,
mientras que el petróleo estadounidense West Texas se encareció más de
un 45 %, y marcó su nivel más bajo del año en los 26,21 dólares y el más
alto en los 54,06 dólares.
"El precio del petróleo
se mantendrá estable durante 2017", apunta el último informe difundido
por Crédito y Caución, que señala que el dinamismo del sector petrolero
estadounidense actuará como límite para las subidas, mientras que los
compromisos de recortes de producción contendrán las bajadas.
El director de inversiones de Tressis Gestión, Daniel Lacalle, descarta
también "grandes shocks" para este año con el petróleo entre 50 y 55
dólares.
"Esos niveles parecen razonables", coincide
la gestora principal del fondo de renta variable española Mirabaud
Equities Spain, Gemma Hurtado.
También ve el Brent
entre los 55 y los 60 dólares el gestor de GVC Gaesco Gestión, Albert
Enguix, sin "shocks externos no previstos" e incluso con "una tendencia a
la baja".
Y con estas previsiones, difieren algo los
impactos en las previsiones económicas para un país fuertemente
dependiente de las importaciones energéticas.
Obviamente, señalan, es uno de los factores de desaceleración que ha
restado a las previsiones de los próximos años, frente a unos trimestres
con unas facturas energéticas excepcionalmente baratas.
Pero, coinciden, con el escenario de precios estables que se dibuja no debería impactar más de lo ya previsto.
Así, Lacalle considera que con el petróleo por debajo de los 60 dólares
"no tiene por qué haber un impacto" en el crecimiento de la economía
española, que está "preparada para el cambio" en el precio del crudo.
Frente a esto, BBVA -que sitúa el barril en 57 dólares para 2017 y en
58,7 dólares para 2018- advierte de que "el encarecimiento del petróleo
podría suponer, en promedio, dos o tres décimas menos de crecimiento
durante el bienio 2017-2018".
No obstante, el
servicio de estudios del banco ha elevado en su último informe dos
décimas su previsión de crecimiento del PIB para este año hasta el 2,7
%, cifra que mantiene para 2018.
Otro debate es el
impacto del crudo en la inflación, que en enero se disparó al 3 %, por
la luz y los carburantes y registró su tasa más alta desde finales de
2012, y, en consecuencia, las decisiones sobre los tipos de interés.
"La inflación no va a subir más por los precios del petróleo, sino por la demanda interna", apunta Enguix.
Un alza que también ha dirigido la atención hacia el Banco Central
Europeo (BCE), que tiene como objetivo alcanzar un nivel de inflación
del 2 % en Europa.
Daniel Lacalle afirma que la
institución que preside Mario Dragui "ya debería haber tomado acciones" y
le insta a ser "más agresivo", en tanto que Albert Enguix menciona las
declaraciones de Draghi en las que advierte de que el BCE no subirá
tipos hasta 2018.
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