PARÍS.- Con un partido creado hace apenas diez meses, Emmanuel Macron, el flamante nuevo presidente de Francia, ha
conseguido disipar la amenaza que suponía para la propia Francia y para
Europa una eventual victoria de la xenófoba, ultranacionalista y anti
europeísta Marine Le Pen.
El
joven político que ha sido ministro de Economía con François Hollande
durante los últimos años se ha aupado al puesto de mando de la segunda
potencia europea gracias a un conjunto de factores, con especial
relevancia del flanco económico. Su victoria ha sido acogida con alivio
por los Gobiernos europeos y por los mercados e inversores.
El triunfo
de su rival hubiera sido un golpe mortal para el euro, que ha superado
un periodo crítico en los últimos años, e incluso para la Unión Europea,
aún dolorida tras el portazo que supuso el Brexit.
Macrón,
el candidato con un discurso más europeísta, ha persuadido a muchos
franceses con un ideario económico de tinte liberal pero trufado de
matices y guiños al estado del bienestar de los países nórdicos.
Tras conocerse su victoria el euro se ha revalorizado frente al dólar.
La moneda única se ve ahora más sólida que antes y su compromiso con la
estabilidad presupuestaria y el control del déficit explican el
comportamiento de la divisa. Macron se ha comprometido a ahorrar 60.000 millones de euros en cinco años y recortar hasta 120.000 puestos de la administración pública.
Sus
medidas más polémicas son la reforma del mercado laboral para dar a las
empresas mayor flexibilidad para negociar la jornada laboral y la
retribución, a la vez que permitirá a empresarios y autónomos ser
candidatos a cobrar el subsidio de desempleo.
Sus prioridades de gasto público persiguen reactivar una renqueante economía. Su programa de inversiones públicas es de 50.000 millones, pero no “en autopistas o ferrocarriles”. 15.000 serán dedicados a la transformación ecológica, otros 15.000 a la formación de jóvenes y parados, 5.000 a Sanidad…
Su ideología transformadora queda patente al explicar las claves de su política inversora: “Estamos a mitad de camino en la transición de la economía de ayer
—cuantitativa, basada en la mecanización y destructora del medio
ambiente— y la de mañana —cualitativa, basada en la preparación y
ecológicamente sostenible”.
El
mantenimiento de las ventajas a las empresas aplicadas en esta
legislatura —menos impuestos y cargas sociales—, la bajada del impuesto
de sociedades —del 33% actual al 25%— y una ligera reducción de impuestos a las clases medias y bajas completan su programa.
La
victoria de Macron son vitaminas para una débil Europa, sin iniciativa
política, azotada por el populismo y que está en plena negociación a
cara de perro con el Reino Unido por el Brexit y que debe buscar un
discurso común ante unos Estados Unidos sometidos al populismo y
proteccionismo de Donald Trump.
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