MADRID.- El
30% de la madera que se comercializa en el mundo "es de origen ilegal",
un negocio que en 2016 movió entre 50.700 y 152.000 millones de
dólares, según ha denunciado Greenpeace un día antes del tercer
aniversario de la entrada en vigor del Reglamento europeo de la madera
(EUTR).
El
responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto,
ha explicado que España "importa desde Brasil madera ilegal
para suelos, exteriores, jardines, piscinas, entre otras actividades, lo
que significa un fraude" ya que no tiene el certificado de madera de
cultivo sostenible (IPS).
Pero
también se importa madera ilegal desde Camerún y República Democrática
del Congo, ha dicho Soto, la misma que entra por los puertos de
Valencia, Galicia o Algeciras, entre otros, y ha añadido que, sin
embargo, en las diferentes comunidades autónomas no hay control de ese
mercado.
Ha
habido un solo caso de política correctora, tomada por la Generalitat
de Cataluña, que ha "multado a una empresa por la importación de teka
ilegal desde Birmania".
Según
el informe publicado hoy por Greenpeace, en España "sale barato"
comerciar con madera sospechosa de origen ilegal ya que las
administraciones públicas españolas han mostrado "una absoluta desidia" a
la hora de aplicar el EUTR, lo que ha contribuido a que "la impunidad"
campe en el sector de los importadores de madera o de productos
forestales.
El
EUTR, aprobado en 2010 y cuya entrada en vigor fue el 3 de marzo de
2013, es una norma de obligado cumplimiento para todos los países
miembros de la Unión Europea, y contribuye a evitar amenazas a las
poblaciones indígenas que son desplazas de sus hábitats, la degradación
de los bosques, la pérdida de biodiversidad y el agravamiento del cambio
climático.
El
problema en España "es que a pesar de que existe la legislación al
respecto, muchas de las comunidades autónomas no han nombrado una
autoridad responsable" que controle la entrada de madera talada de forma
ilegal.
La
norma europea establece la obligación por parte de las empresas
comercializadoras de productos forestales de evitar la entrada de madera
procedente de talas ilegales.
Es
una situación "desmoralizante", según el responsable de Greenpeace, ya
que a pesar de la entrada del EUTR, en España, además, entra madera
ilegal de "forma transformada", es decir, por medio de muebles, objetos
de madera, productos que "provienen principalmente del mercado asiático"
y que llegan vía China.
Esos
productos se fabrican en territorios donde hay "falta de gobernanza,
impunidad y altas tasas de corrupción", ha aseverado Soto, en "países
como Congo, algunos latinoamericanos y del sureste asiático".
El
mercado ilegal de madera "es una realidad reconocida por organismos
internacionales como la ONU o el Banco Mundial", y que junto al "tráfico
de droga, de armas y de personas, generan mercados negros que no pagan
impuestos".
Además,
generan más pobreza, ya que los fondos para el "aprovechamiento a
futuro de la economía de esos países, se ven mermados" por ese mercado
ilegal.
Soto
ha asegurado que "el panorama es desolador" porque minimiza el
problema. Es una situación en la que si hubiese "control legal", se
haría "responsable a todo el mundo, tanto a los que compran en los
mercados ilegales como a los que consumen".
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