LISBOA.- El año escolar arranca este lunes en la mayoría de los centros
educativos de Portugal empañado por las tensiones entre el Gobierno
socialista y los sindicatos de profesores, que no se ponen de acuerdo
sobre cómo contabilizar el tiempo que los ascensos del colectivo
estuvieron congelados.
Mientras el Ejecutivo apela a la tranquilidad, los
sindicatos de docentes planean durante las próximas semanas varias
acciones que culminarán con cuatro días de huelga y una gran
manifestación a nivel nacional el día 5 de octubre, Día Mundial del
Profesor.
Los desacuerdos ya marcaron el año lectivo anterior y
las negociaciones de los últimos meses, con una reunión final el 7 de
septiembre, no consiguieron poner fin a la división.
El Gobierno socialista comenzó este año a descongelar los ascensos de
los funcionarios, que durante la crisis no pudieron progresar en sus
carreras y beneficiarse del correspondiente aumento salarial.
Los sindicatos de profesores exigen que se tengan en cuenta los 9 años
que las carreras de los docentes estuvieron congeladas -dos años y medio
son de una fase anterior a la crisis- para calcular la antigüedad de
los trabajadores y los ascensos que les corresponderían.
Sin embargo, el Ejecutivo alega que es imposible contabilizar todo ese
periodo por motivos presupuestarios y, tras la imposibilidad de llegar a
un acuerdo, va a avanzar de forma unilateral con un decreto que sólo
considerará dos años y nueve meses.
El último
encontronazo entre ambas partes se produjo el pasado martes durante una
visita del primer ministro, António Costa, a las obras en una escuela de
Paredes de Coura (norte), donde fue recibido por dos decenas de
profesores y por el líder del principal sindicato del sector, la
Federación Nacional de Profesores (Fenprof).
Costa y
el dirigente de Fenprof, Mário Nogueira, protagonizaron una tensa
conversación de varios minutos ante las cámaras durante la que
intercambiaron acusaciones.
"Con un dirigente
sindical tan intransigente con la propuesta que el Gobierno presentó, no
hay acuerdo posible", le espetó Costa a Nogueira, quien por su parte
acusó al Ejecutivo de no cumplir sus promesas.
Tanto
Gobierno como sindicatos parecen resignados a no alcanzar un acuerdo,
una hipótesis que también comparte el presidente de Portugal, Marcelo
Rebelo de Sousa.
El jefe del Estado señaló en
declaraciones a periodistas el miércoles que se mantiene a la espera de
la "decisión unilateral del Gobierno" y reiteró que continúa disponible
para recibir a los sindicatos de docentes.
Además de
la huelga de cuatro días y la manifestación del 5 de octubre, los
sindicatos pretenden llevar las concentraciones a las puertas de la
Asamblea de la República durante los días que se debatan y se voten los
Presupuestos del Estado de 2019.
Según datos de la
Dirección General de Estadísticas de la Educación y la Ciencia, Portugal
contaba en 2017 con unos 145.500 profesores en preescolar, enseñanza
básica y secundaria, 125.000 de ellos en centros públicos.
Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) publicado esta semana reveló que los profesores lusos
ganan de media más que otros trabajadores con formación superior, un
indicador en el que Portugal sólo es superado por Luxemburgo.
No obstante, el salario también va unido a la edad de los profesores, y
en ese caso Portugal cuenta con la clase docente más envejecida de
todos los países de la OCDE.
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