BERLÍN.- La población española está más envejecida que hace una década. En 2005, la población mayor de 65 años representaba el 16,6% mientras que diez años más tarde, ese porcentaje es del 18,5% lo que supone un incremento de dos puntos porcentuales y alcanzan los 8 millones de personas,
según el informe del Instituto de Estudios Económicos, a partir de los
datos de la Oficina Federal de Estadística de Alemania, a 1 de julio de
2016.
Pero este informe reciente sigue desmontando la “leyenda” sobre la inviabilidad de las pensiones,
sobre todo si se compara con lo que sucede en otros países de la Unión
Europea. Pese al porcentaje de la población española, los datos han
demostrado que hay menos mayores en España que en algunas de las principales economías de la zona euro. Así, ocupa el séptimo lugar con mayor población de más de 65 años, pero llega al decimoquinto en gasto de pensiones.
España, por tanto, se sitúa por debajo de la media de la Unión Europea (18,9%)
y a más de tres puntos de Italia y Alemania (21,7% y 21,1%,
respectivamente), que lideran la tabla. Por su parte, Irlanda (13%),
Eslovaquia (14%) y Luxemburgo (14,2%) son los países europeos con menor porcentaje de mayores de 65 años.
La falta de ingresos suficientes por la crisis ante la caída de los
sueldos y la precariedad laboral, supone un problema que deberá
solaparse con la salida del sistema de las pensiones no contributivas (viudedad y orfandad) y con aportaciones de la caja de impuestos del Estado,
y el impacto que tendrá la llegada a la edad de jubilación de los
nacidos durante el baby boom de los años 60. Pero, para eso se ha hecho
una nueva reforma cuyo mayor efecto en la reducción de gasto tendrá
lugar en 2019 con la irrupción del factor de sostenibilidad que reducirá la cuantía al contemplar la esperanza de vida.
En 2015, la Unión Europea contaba con unos 96 millones de ciudadanos mayores de 65 años,
casi el 19% de su población total. Hace una década, en 2005, la cifra
rondaba los 82 millones, lo que equivalía a un 16,6% de la población
total.
El cambio demográfico afecta con mayor intensidad a tres países de la UE:
Italia con un 21,7% de su población con edades superiores a los 65
años, Alemania con un 21% y Grecia con un 20,9%. Portugal, Bulgaria y
Finlandia se sitúan en el entorno del 20%, mientras Suecia registra un
19,6% y Letonia un 19,4%.
Los restantes veinte países de la UE se quedan por debajo del promedio de la UE. Estonia y Croacia están a una décima (18,8%), Dinamarca a dos (18,6%) y España comparte con Malta y Austria un 18,5%.
Francia registra un 18,4% y Bélgica un 18%. Los países más “jóvenes”
de la UE son Chipre, Luxemburgo y Eslovaquia con cifras en torno al 14%
y, sobre todo, Irlanda con un 13% de personas mayores.
Por otra parte, según datos de Eurostat, la duración media de la vida laboral y de cotización en España,
que ha aumentado en los últimos años en más de cuatro años, es similar a
la media europea (35 años). Francia, Italia, Bélgica, Irlanda o
Portugal llegan a la edad de jubilación con menos años trabajados y
cotizados. En cuanto a la edad real de jubilación, está en 64 años, casi dos años más, por ejemplo, que en Alemania.
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