PARÍS.- La segunda jornada de
evacuación del campamento de inmigrantes de Calais, el mayor de Francia,
comenzó de nuevo en calma y con largas colas en el centro de registro
de los refugiados.
Las
prisas de algunos de los inmigrantes provocaron en las primeras horas
algunos empujones en la fila de espera, que fueron enseguida controladas
por los voluntarios de asociaciones humanitarias presentes.
Las puertas del centro abrieron sobre las 8.00 horas (6.00 GMT) y en
apenas una hora partió el primer autobús hacia uno de los 450 centros de
acogida repartidos por todo el territorio francés.
Ayer, en la primera jornada de evacuación, en total partieron 45 autobuses que desalojaron de Calais algo menos de 2.400 inmigrantes, que según los cálculos oficiales cuenta con más de 6.000.
En la segunda jornada está previsto que salga un número similar de autobuses, aunque ayer se registró una bajada de la cadencia de llegada de inmigrantes a medida que avanzaba la jornada.
Según las asociaciones humanitarias, hay unos 2.000 inmigrantes que no quieren dejar el campamento, una cifra que el Gobierno considera "infundada".
Agentes oficiales y de asociaciones humanitarias vienen tratando de convencerles en los últimos días para que abandonen el campamento de Calais y se dirijan a uno de los que les proponen, donde podrán ser tratados de mejor manera.
Pero muchos de ellos quieren permanecer cerca de esa ciudad de la cual salen los trenes y los ferris hacia el Reino Unido, el destino al que quieren llegar.
Las autoridades comenzarán hoy el desmantelamiento de algunas de las tiendas que han configurado el campamento, aunque no está previsto que por ahora se recurra a las excavadoras.
En la segunda jornada está previsto que salga un número similar de autobuses, aunque ayer se registró una bajada de la cadencia de llegada de inmigrantes a medida que avanzaba la jornada.
Según las asociaciones humanitarias, hay unos 2.000 inmigrantes que no quieren dejar el campamento, una cifra que el Gobierno considera "infundada".
Agentes oficiales y de asociaciones humanitarias vienen tratando de convencerles en los últimos días para que abandonen el campamento de Calais y se dirijan a uno de los que les proponen, donde podrán ser tratados de mejor manera.
Pero muchos de ellos quieren permanecer cerca de esa ciudad de la cual salen los trenes y los ferris hacia el Reino Unido, el destino al que quieren llegar.
Las autoridades comenzarán hoy el desmantelamiento de algunas de las tiendas que han configurado el campamento, aunque no está previsto que por ahora se recurra a las excavadoras.
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