PARÍS.- François Fillon, el 'tercer hombre' con quien pocos contaban, será el candidato del centro-derecha francés en las elecciones presidenciales de 2017 gracias a un discurso a la vez rupturista y sumamente tradicional con el que promete reformar Francia.
Antes de que comenzaran las primarias, el ex primer ministro Fillon, de 62 años, partía a priori como el tercero en discordia tras Nicolas Sarkozy y Alain Juppé, pero finalmente logró que su enfoque ultraliberal en lo económico y conservador en lo social calase entre el electorado de derechas.
Padre de cinco hijos y defensor de un proyecto que él mismo califica de "radical", arrasó este domingo en la segunda vuelta de las primarias -según los primeros resultados conocidos- por delante del también ex primer ministro Juppé.Su buena actuación en los tres debates celebrados antes de la primera vuelta de las primarias, el pasado domingo, le colocó en una posición privilegiada para superar el frente dominado por los otros dos, que ha sabido mantener en la recta final.
El inesperado resultado en primera ronda dejó fuera de la carrera a Sarkozy, de quien Fillon se había distanciado visiblemente, aunque finalmente el expresidente pidió el voto para él al considerarlo más próximo ideológicamente.
Licenciado en Derecho, admite que llegó a la política por casualidad, como ayudante parlamentario del diputado Joël Le Theule en 1976, y defiende como una baza que esa falta de ambición inicial le ha permitido disfrutar sin frustraciones de cada etapa.
Antes, pasó un par de veranos como becario de la agencia de prensa francesa AFP, uno de los cuales le llevó a Madrid para cubrir, entre otras cosas, corridas de toros.
Ministro de Educación Superior (1993-1995) en el Ejecutivo de Édouard Balladur, titular de Tecnologías de la Información (mayo-noviembre 1995) y ministro delegado de Telecomunicaciones (1995-1997) en el de Alain Juppé, sus carteras incluyen también la de Asuntos Sociales (2002-2004) con Jean-Pierre Raffarin.
De nuevo al frente de Educación en 2004, para cuando llegó a la jefatura de Gobierno de la mano de Sarkozy atesoraba una amplia experiencia, en la que se sumó durante unos meses el liderazgo del Ministerio de Ecología tras la dimisión de su después contrincante en las primarias Nathalie Kosciusko-Morizet.
Fillon ha sido el único primer ministro que no cedió su puesto a lo largo de un mandato presidencial, de mayo de 2007 a mayo de 2012, y su etapa posgubernamental quedó marcada por la polémica elección interna del partido Unión por un Movimiento Popular (UMP), actual Los Republicanos, en la que él y el otro candidato, Jean-François Copé, se acusaron de fraude.
El político llegó a decir en 2007 que estaba "a la cabeza de un Estado en quiebra". De su trabajo en Matignon, sede del Gobierno, queda su apuesta por el rigor presupuestario o la reforma de las pensiones, en la que retrasó la edad mínima de jubilación de los 60 años a los 62.
Favorable a la reducción del número de funcionarios, ha hecho de esa idea una de las más comentadas de su programa, con la intención de suprimir 500.000 puestos compensados con un aumento del tiempo de trabajo en los empleos públicos.
Además, se ha propuesto eliminar una de las grandes medidas de la izquierda gala en las últimas décadas: la jornada laboral de 35 horas.
Hijo de un notario y de una historiadora, y originario de Le Mans (oeste de Francia), está casado con una galesa y tiene en la liberalización de la economía, la restauración de la autoridad del Estado y la afirmación de los valores sus ejes prioritarios.
Su campo de batalla incluye reservar la adopción plena y la procreación asistida a las parejas heterosexuales y prohibir la gestación subrogada (vientres de alquiler).
Prevé alcanzar un ahorro en el gasto público de 100.000 millones de euros en cinco años e incrementar en 12.000 millones el presupuesto de defensa y seguridad, en un proyecto que dice estar cerrado a cesiones y que aboga también por el uniforme en la escuela o la reducción de la inmigración al mínimo.
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