MADRID.- Repsol, que
no tiene flota propia, fleta al año decenas de buques con los que
realiza más de 1.500 transportes marítimos de crudo y otros productos
por todo el mundo. Para Repsol, la seguridad en el transporte marítimo es una
prioridad, y por ello, cuenta con un departamento de Vetting, que
analiza y evalúa cada barco para determinar si reúne las condiciones
necesarias para ser contratado.
Cualquier barco que transporte carga para la compañía, sea
contratado o atraque en uno de sus muelles, tiene primero que ser
aceptado por sus inspectores, según ha informado la energética en su
boletín de noticias.
Su departamento técnico encargado de la seguridad y
prevención de la contaminación, actividad conocida como Vetting, "tiene
unos requerimientos que, en algunos aspectos, son más exigentes que las
normas locales, nacionales o internacionales".
Entre estos requisitos destaca la exigencia de que todos los
buques que transportan crudo o productos pesados sean de doble casco,
con independencia de su tamaño y del país donde naveguen.
Repsol creó su propio departamento de Vetting en 1993, y sus
inspectores realizan evaluaciones de los buques que suelen durar de
seis a ocho horas.
Un equipo de inspectores formado por capitanes y jefes de
máquinas de la Marina Mercante realiza una evaluación barco a barco de
múltiples aspectos técnicos y de gestión para concluir si es aceptable
para ser contratado.
Factores como su historial de seguridad, la experiencia y
capacitación de los tripulantes, la edad del buque y su mantenimiento o
el sistema de gestión de la seguridad son determinantes para que el
departamento de Vetting dé su visto bueno.
En este sentido, la compañía ha explicado que la seguridad
"es una prioridad absoluta para Repsol", y por ello ha establecido "unos
procesos para identificar los riesgos de las distintas operaciones del
transporte marítimo y unos criterios de seguridad preventivos".
El objetivo es asegurar que "hacemos todo lo que está en
nuestro poder para que el embarque y el transporte de hidrocarburos o de
cualquier otra carga se haga de forma segura", ha indicado la gerente
de Vetting de la compañía, Idoia Ibáñez.
La supervisión no solo afecta a los grandes buques
petroleros, gaseros y de transporte de productos químicos, sino a
cualquier embarcación, de todo tipo y tamaño, desde remolcadores o
buques de suministro a embarcaciones fluviales.
El proceso para analizar la buena gestión y estado de los
buques incluye la posibilidad de que un inspector de Repsol suba a bordo
y revise a fondo el barco y su documentación, en un examen que suele
durar de ocho a diez horas.
Por último, Repsol, que mueve diariamente por mar 1,2
millones de barriles de crudo y productos, ha indicado que su
departamento de Vetting solo acepta buques con una póliza de Protección e
Indemnización para cubrir las responsabilidades frente a terceros en
diversos supuestos, como por ejemplo, un naufragio.
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