ROMA.- El presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, ha encargado
la formación de un nuevo Gobierno al ministro de Exteriores, Paolo
Gentiloni.
Según ha anunciado hoy el secretario general de la República
italiana, Ugo Zampetti, Mattarella "ha recibido esta mañana en el
Palacio del Quirinale a Paolo Gentiloni, al cual ha conferido el encargo
de formar el nuevo gobierno. Gentiloni se ha reservado el derecho de
aceptar", una fórmula que se utiliza habitualmente hasta el juramente
oficial del puesto, que en este caso aún no tiene fecha oficial.
El hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores ocupará el puesto de primer ministro, en sustitución de Mateo Renzi, quien presentó su dimisión tras el fracaso en el referéndum que celebró el pasado 4 de diciembre para tratar de llevar a cabo su reforma constitucional.
Gentiloni, de 62 años, un político considerado de perfil bajo y muy próximo a Renzi,
ya sonaba entre los favoritos para asumir la tarea de formar Gobierno
cuando fue convocado este domingo al Palacio del Quirinal, donde ha
recibido el encargo tras una breve reunión con el jefe del Estado.
En sus primeras declaraciones tras aceptar el encargo,
Gentiloni ha destacado que asume "con honor y responsabilidad" la tarea
de formar Gobierno, algo que tratará de hacer con "urgencia" y ha
subrayado asimismo la importancia de buscar el diálogo y el entendimiento de las fuerzas de la oposición para aprobar finalmente la "necesaria" reforma electoral.
Gentiloni ha mostrado además su "respeto" por la
"coherencia" que a su juicio ha mostrado Renzi al dimitir tras el
resultado del referéndum y ha adelantado que entre las prioridades
inmediatas de su eventual Goberino será la ayuda a los daminificados de
los terremotos que han asolado el país en los últimos meses.
"Soy consciente de la urgencia de dar a Italia un gobierno
en plenitud de sus poderes para afrontar con la máxima determinación los
compromisos internacionales, económicos y sociales, comenzando por la
reconstrucción de las zonas golpeadas por el terremoto", ha añadido
Gentiloni, que deberá ahora configurar su Gobierno para gestionar
algunos compromisos urgentes como la puesta en marcha de una ley electoral que permita celebrar elecciones
en el país. En Italia rigen dos leyes electorales distintas para la
Cámara de Diputados y para el Senado y, mientras que la que afecta a la
Cámara Alta fue declarada inconstitucional en 2013, el Tribunal
Constitucional prevé pronunciarse sobre la otra el próximo 24 de enero.
El nuevo Gobierno también deberá hacer frente a la situación delicada en la que se encuentra el banco toscano Monte dei Paschi di Siena
(MPS), ahogado en una amplia cartera de créditos morosos de los que
trata de deshacerse mientras está inmerso en una ampliación de capital
de 5.000 millones de euros (unos 5.270 millones de dólares).
El MPS se encuentra en un momento de reestructuración y
saneamiento de sus cuentas, después de que en julio pasado fuera la
única entidad que quedó por debajo de los valores mínimos exigidos a 51
bancos europeos evaluados por la Autoridad Bancaria Europea. Además,
tenía de plazo inicial hasta finales de diciembre para captar inversión
privada para su recapitalización, pero ha tenido que pedir una prórroga
al Banco Central Europeo (BCE) hasta el 20 de enero porque no ha logrado
conseguir ni la mitad de esos 5.000 millones de euros que necesita.
El pasado viernes, MPS se desplomó más de un 10% en la Bolsa
de Milán después de que informaciones no confirmadas aseguraran que el
BCE ha rechazado esta moratoria. La situación del MPS preocupa a Italia y
también a Europa, pues plantea dudas sobre el estado de solvencia del
entero sistema bancario del país.
El Partido Demócrata (PD) de Renzi había pedido días atrás
la conformación de un Ejecutivo que contase con la participación de la
mayoría de fuerzas políticas, pero grupos como el populista Movimiento
Cinco Estrellas (M5S) o la xenófoba y ultraderechista Liga Norte
rechazaron apoyarlo y pidieron comicios lo antes posible. "Por esto, no
por elección, sino por sentido de la responsabilidad, nos moveremos en
el cuadro del Gobierno dimisionario", explicó Gentiloni.
El nuevo Gobierno será el cuarto no elegido en las urnas en los últimos cinco años,
una anomalía política que han criticado con dureza partidos de la
oposición como la Liga Norte o M5S, que han considerado esencial que se
convoquen elecciones. De espíritu dialogante y sereno, con un carácter
de autocontrol y de "calma olímpica", tal y como lo describen los
medios, Gentiloni es sobre todo un conocedor profundo de los asuntos de
calado internacional.
Ahora toma el relevo en la jefatura del Gobierno italiano a
Renzi, que sigue al frente del PD y que, si bien deseó hoy a su
sustituto sus mejores deseos, también dejó claro que no tira la toalla.
"A los millones de italianos que quieren un futuro de ideas y esperanza
para nuestro país, les digo que no nos cansaremos de intentarlo",
escribió en su perfil de Facebook. Tras su nombramiento, Gentiloni se
reunió con los presidentes de la Cámara de los Diputados, Laura
Boldrini, y del Senado, Pietro Grasso.
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