ESTAMBUL.- Un total de 29 ex oficiales de policía turcos comenzaron a ser juzgados
este martes por su relación con el sangriento y frustrado golpe de
Estado de julio pasado, la primera vez que acusados por el alzamiento,
que dejó 270 muertos, se sientan en un tribunal en Estambul para
responder a los cargos.
El primer juicio en Estambul a presuntos
participantes en el fallido golpe de Estado del 15 de julio comenzó este
martes, con la comparecencia de 29 policías acusados de negarse a
defender al presidente Recep Tayyip Erdogan.
Se trata
del proceso más importante hasta la fecha desde el golpe, aunque ya se
hayan celebrado otros procesos en varias ciudades de Turquía, donde unas
41.000 personas han sido detenidas desde el 15 de julio.
Los
29 policías están siendo juzgados en la mayor sala de audiencias de
Turquía, en un edificio situado frente a la prisión de Silivri, en las
afueras de la metrópolis turca.
Se les acusa de haberse negado a obedecer las órdenes de defender al presidente Erdogan la noche del intento de golpe de Estado.
Las primeras audiencias, que durarán cuatro días, según
la agencia de prensa progubernamental Anadolu, comenzaron con la lectura
de la identidad de los comparecientes y los delitos de los que se les
acusa, antes de dar paso a los argumentos de la defensa.
"Vamos
a asegurarnos de que los culpables, en el marco del Estado de derecho,
reciban el mayor castigo posible", declaró Orhan Cagri Bekar, secretario
general de la Asociación del 15 de julio, creada para defender a las
víctimas del fallido golpe.
"Hoy esperamos respuestas y
también condenas. Que ningún crimen quede impune", añadió el abogado
ante la sala de audiencia, vigilada por agentes de las fuerzas
especiales.
Veinticuatro de los sospechosos están en
prisión preventiva, uno, en paradero desconocido y los demás, bajo
control judicial, según los medios turcos.
Algunos de
ellos son juzgados por haberse negado a proteger la residencia
presidencial de Estambul , otros por no haber obedecido la orden de
oponerse a los golpistas y haber tratado de desalentar cualquier
resistencia popular mediante mensajes publicados en las redes sociales.
Veintiún
acusados podrían ser condenados a hasta tres cadenas perpetuas, y los
ocho restantes, a penas de hasta 15 años de prisión.
Ankara
atribuye el intento de golpe de Estado, que causó cerca de 270 muertos y
2.000 heridos, al movimiento del predicador islamista Fethulah Gulen.
Pero este, que vive exiliado en Estados Unidos desde 1999, niega
cualquier implicación en la intentona golpista.
También este martes, fuerzas de seguridad turcas lanzaron una operación para detener a 45 miembros de las fuerzas navales por su presunta relación con el golpe de estado fallido, informaron medios locales, en medio de una fuerte purga con decenas de miles de detenidos y otros tantos despedidos de dependencias públicas.
El 15 de julio, en un intento por derrocar el gobierno, un grupo de oficiales militares sublevados y numerosos soldados atacaron el Parlamento y las sedes de otras importantes instituciones con tanques, aviones y helicópteros de guerra, pero fueron derrotados al día siguiente.
Turquía acusó a la red de seguidores del clérigo musulmán Fetullah Gülen de haber organizado el intento de golpe, pero los cargos fueron negados por el predicador, un ex aliado devenido rival del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que vive exiliado en Estados Unidos.
También este martes, fuerzas de seguridad turcas lanzaron una operación para detener a 45 miembros de las fuerzas navales por su presunta relación con el golpe de estado fallido, informaron medios locales, en medio de una fuerte purga con decenas de miles de detenidos y otros tantos despedidos de dependencias públicas.
El 15 de julio, en un intento por derrocar el gobierno, un grupo de oficiales militares sublevados y numerosos soldados atacaron el Parlamento y las sedes de otras importantes instituciones con tanques, aviones y helicópteros de guerra, pero fueron derrotados al día siguiente.
Turquía acusó a la red de seguidores del clérigo musulmán Fetullah Gülen de haber organizado el intento de golpe, pero los cargos fueron negados por el predicador, un ex aliado devenido rival del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que vive exiliado en Estados Unidos.
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