WASHINGTON/LONDRES/BERLÍN.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tuiteado desde su
cuenta personal justificando su veto a ciudadanos de siete países de
mayoría musulmana por el "horrible lío" que hay en Europa "y en el
mundo". Trump dice que Estados Unidos necesita "fronteras fuertes e
intenso control ahora" para evitar lo que sucede en otros lugares.
Miles de europeos podrían ver prohibida su entrada en
Estados Unidos ante el dislate legal de la orden firmada por Trump el
viernes noche. La prohibición afecta a la entrada de personas nacidas en
siete países de mayoría musulmana creando un caos jurídico y
diplomático cuyas consecuencias están transcendiendo según se aclara la
normativa. Primero se bloqueó el viaje a los ciudadanos de estos países – Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán–
durante el vuelo o según aterrizaban en aeropuertos estadounidenses en
un limbo jurídico sin precedentes.
Luego trascendió que el permiso de
residencia permanente –green card– no excluía la posibilidad de no
volver a entrar en el país. Y por último se ha especificado que tener la
nacionalidad de un país de la UE no exime a una persona nacida en uno
de estos siete países de tener su entrada prohibida. Solo los que tengan
nacionalidad americana, dentro de la doble nacionalidad, escaparán a la
prohibición.
Esto significa que miles de europeos
tendrían la entrada prohibida en EEUU, un conflicto internacional de
primer orden. Especialmente afectados estarían los británicos, uno de
los países europeos que ha dado más pasaportes a personas originarias de
estos países, pero afectaría a cualquier país, incluido España. De esta
forma, Alemania descubría con estupor esta mañana que diputados del
Bundestag nacidos en estos países no podrían entrar en territorio
estadounidense.
Es el caso de Omig Nouripour,
diputado atlantista del Bundestag de origen iraní. Según informa el
semanario "Der Spiegel", Nouripour, miembro del partido Los Verdes,
estará entre los miles de alemanes con doble nacionalidad que, de
acuerdo con ese decreto, no podrán viajar temporalmente a Estados
Unidos.
El diputado, nacido en Teherán, tiene desde
2002 la nacionalidad alemana, pero mantiene también el pasaporte de su
país de origen. El decreto de Trump ha desatado una ola de protestas e
indignación a escala internacional, así como de organizaciones
humanitarias y defensores de derechos humanos.
Precisamente, el anuncio del veto coincidió con la ronda de
conversaciones mantenida por el mandatario estadounidense con varios
líderes mundiales, entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel que
no hizo ningún comentario sobre este veto, aunque no está claro si Trump
siquiera despachó con ella el alcance de la prohibición durante la
conversación.
Pero al conocerse la verdadera
naturaleza de la prohibición el domingo a primera hora, Merkel, por boca
de su portavoz, ha criticado la orden ejecutiva por poner bajo sospecha
de forma generalizada a personas por su confesión.
Los diputados británicos urgen por las redes sociales a Theresa May que
también de un puñatazo sobre la mesa, al afectar la orden a miles de
británicos. May se ha convertido en el principal aliado internacional de
Donald Trump.
Sin embargo, para añadir más confusión
a la aplicación de la norma, el líder canadiense Justin Trudeau ha
asegurado en las redes sociales que los canadienses no estarían
afectados. La prensa americana publicó que también la doble nacionalidad
afecta al país vecino pero puede no ser así.
Por ahora, ni los dirigentes españoles ni los
mandatarios de la Unión Europea se han manifestado ante la orden
ejecutiva de Trump. La reacción ha surgido por parte de los países
afectados por la prohibición. Irán ya ha dicho que prohibirá la entrada
de nacionales estadounidenses e Irak estaría a punto de aprobar una
medida similar, lo que afectaría a cualquier ciudadano estadounidense
que estuviera trabajando en el país.
Según cifra The Guardian, hay al menos 781.235 residentes en Estados Unidos originarios de estos países.
Por su parte, entre el caos y la confusión que provoca esta nueva medida, la CNN ha asegurado que el
director de políticas de la Casa Blanca, Stephen Miller, junto con los
funcionarios de la administración de Trump, está barajando la
posibilidad de pedir a los visitantes extranjeros que hagan
públicos todos los sitios web y las redes sociales que visiten y que
compartan los contactos de sus teléfonos móviles. Si el visitante
extranjero se niega a compartir esa información, se le podría negar la
entrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario