MARSELLA.- Una explosión de la deuda, tasas de interés en niveles muy bajos y activos dudosos, son algunos de los elementos que varios expertos reunidos en un foro en Aix en Provenza, en Francia, señalaron como riesgos potenciales, diez años después de la crisis económica que sacudió el planeta.
"Va
a haber una nueva crisis, yo no sé cuando, pero estoy seguro que podría
ser algo dramático para nuestro estilo de vida, para la democracia y
los valores liberales", advirtió Paul Tucker, antiguo vicegobernador del
Banco de Inglaterra (BoE).
La
cuestión de si una nueva crisis se cierne sobre los mercados vuelve
periódicamente a la palestra, aunque la recuperación de la economía esté
en una buena senda.
El
pasado miércoles, el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó sobre
"los riesgos negativos" que pueden representar para el economía global
"la incertidumbre sobre las políticas de las economías avanzadas" pero
también "la vulnerabilidad del sector financiero y un endurecimiento
repentino de las condiciones financieras".
A
mediados de 2007, el colapso del sector inmobiliario en Estados Unidos,
específicamente de los préstamos inmobiliarios de alto riesgo,
conocidos como los "subprime", gestó una de las crisis económicas más
graves del siglo.
Diez
años después, "a parte del hecho que hay más regulación actualmente, la
situación es peor desde el punto de vista macroeconómico", afirmó
Alfonso Prat-Gay, exministro de Finanzas de Argentina.
"Los
precios inmobiliarios en Estados Unidos volvieron a niveles máximos",
agregó, citando que "los niveles de endeudamiento tanto del sector
público como del privado" también tocan las cotas más altas.
Entre
las otras nubes en el panorama los expertos citaron que la última
década "con tasas de interés casi en nulas ha llevado a tomas de riesgos
excesivas por parte de algunos actores, con una sobrevalorización de
algunos mercados bursátiles", comentó por su parte Catherine
Lubochinsky, perteneciente a la asociación académica Círculo de los
Economistas (Cercle des économistes), grupo de reflexión que organizó el
evento.
"Pero
paradójicamente, también podemos inquietarnos de la subida de las tasas
de interés y de su impacto" sobre la estabilidad económica y la
política de algunos países.
En
este panorama, los intentos por limitar los excesos del sector y
armarse frente a crisis futuras han permitido avances, recordó Bruno
Angles, presidente de Crédit Suisse para la zona de Francia y Bélgica.
"Las
exigencias de fondos propios para los bancos fueron reforzadas
considerablemente a instancias de los reguladores" y "los mecanismos de
resolución europeos, por ejemplo el Fondo Único europeo de Resolución,
permiten aportar elementos de respuesta a la problemática de
establecimientos 'too big too fail' (Demasiado grandes para entrar en
bancarrota), cuya caída podría desestabilizar a toda el sistema
financiero.
En
este contexto de incertidumbres, sólo el crecimiento y una dosis de
inflación son capaces de prevenir en el largo plazo futuras crisis,
señaló Yves Perrier, jefe de entidad de gestión de activos Amundi. "No
se reabsorbe el exceso de deuda tan grande que tenemos hoy en día sólo
con políticas de austeridad", advirtió.
Si
para algunos los prolegómenos de una nueva crisis ya aparecen en el
horizonte, otros expertos, como Jean-Michel Charpin, también
perteneciente al Círculo de los Economistas, están centrados en otras
fuentes de inestabilidad.
En caso que haya una crisis, "va a venir de fuera", aseguró el economista francés.
Según
el experto, "las fuentes de inestabilidad en el mundo son múltiples,
también en el plan geopolítico, con la tentación de cerrarse por parte
de algunas poblaciones" que pueden originar "tensiones considerables",
en un momento en que Europa, en particular, asiste a un auge del
populismo.
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