BRUSELAS.- El
presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este lunes
conversaciones con representantes de la Unión Europea, con quienes
mantiene una dura disputa por su intención de aumentar los aranceles a
los productos siderúrgicos y cuya comisaria de Comercio dijo no
amedrentarse ante los "matones" proteccionistas.
"Recientemente,
hemos visto cómo [el comercio] se usa como un arma para amenazarnos e
intimidarnos. Pero no tenemos miedo, nos defenderemos de los matones",
dijo en la mañana la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström,
sin citar explícitamente el nombre del inquilino de la Casa Blanca.
A
pesar de las advertencias de sus socios comerciales, Trump confirmó el
jueves su decisión de imponer pesados aranceles a las importaciones de
acero (25%) y de aluminio (10%). Ante su esperada entrada en vigor la
próxima semana, la UE intenta que Washington los exonere como hizo con
México y Canadá.
Malmström
se reunió el sábado con el representante estadounidense de Comercio,
Robert Lighthizer, en presencia del ministro de Economía japonés
Hiroshige Seko, para unas discusiones infructuosas. "Seguimos esperando
aclaraciones", reconoció este lunes la comisaria europea de origen
sueco.
Los
llamados europeos no parecen surtir efecto. El mandatario
estadounidense redobló su presión el sábado, llamando a la UE a
abandonar sus "horribles" derechos aduaneros sobre los productos
estadounidenses bajo pena de aumentar los gravámenes sobre los
automóviles, buque insignia de Alemania.
Y,
este lunes, anunció que su secretario de Comercio, Wilbur Ross,
discutirá con responsables de la UE, pero sobre "la eliminación de
importantes barreras aduaneras y aranceles que aplican contra Estados
Unidos". Fuentes de la Comisión indicaron a la AFP que por el momento no
recibieron ninguna invitación.
Alemania,
séptimo exportador de acero y aluminio a Estados Unidos, está de hecho
en el punto de mira de Trump desde su llegada al poder por su excedente
comercial -21.300 millones de euros en enero (26.245 millones de
dólares)- y a su insuficiente gasto militar, en su opinión, en el seno
de la OTAN.
El
ministro de Finanzas alemán, Peter Altmaier, llamó el lunes a "evitar
una guerra comercial", abogando en Bruselas por "un comercio mundial
libre y abierto". Estados Unidos y la UE "no pueden entrar de ninguna
forma en una escalada comercial", advirtió por su parte el ministro
español Román Escolano.
Washington
denuncia especialmente los derechos de aduana del 10% impuestos por la
UE a las importaciones de vehículos, máxime cuando los estadounidenses
se elevan al 2,5%. Pero un vocero del ejecutivo comunitario Enrico
Brivio apuntó este lunes que los aranceles entre ambos son de media un
3%.
"Estados
Unidos tiene derechos muy altos, del 25%, para camiones y camionetas",
explicó la comisaria europea de Comercio, recordando que las
negociaciones entre Washington y Bruselas sobre un acuerdo de libre
comercio conocido como TTIP, paralizadas tras la llegada de Trump,
buscaba eliminar esos aranceles.
La
UE, que exportó a Estados Unidos 5.300 millones de euros en acero y
1.100 millones de euros en aluminio en 2017, sigue abogando por el
"diálogo" para intentar quedar fuera de las medidas, pero de confirmarse
ya se preparó para responder al presidente estadounidense.
"El
riesgo más importante sería no correr ningún riesgo ni responder" a la
decisión de la administración Trump, ya que "podría dar la impresión que
somos débiles", dijo el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire,
en un acto de la industria europea Eurofer.
La
estrategia europea pasa por aumentar los aranceles a productos
emblemáticos estadounidenses como pantalones vaqueros (jeans) o
mantequilla de maní, así como por medidas de salvaguardia para proteger
la industria siderúrgica europea y por una eventual demanda ante la
Organización Mundial del Comercio.
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