BRUSELAS.- Los
diecinueve países de la moneda única europea encaran las negociaciones
para reforzar la eurozona divididos entre los partidarios aumentar la
integración y los que piden dar prioridad a las mejoras a nivel
nacional, pero confían en acordar algunas reformas en junio.
"Seguimos
comprometidos a presentar en la cumbre de junio un paquete de medidas
que persiga los objetivos de completar la unión bancaria, hacer nuestros
bancos más seguros y aumentar nuestra habilidad para responder ante
crisis", dijo el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, al término hoy
de la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona.
El
pasado diciembre, los líderes de la Unión Europea (UE) encomendaron a
los ministros que trabajasen de cara a presentar propuestas en su cumbre
de junio para completar la unión bancaria y dotar de mayores
capacidades al Mecanismo Europeo de Estabilidad, el fondo de rescate de
la eurozona.
Francia
y Alemania, por su parte, anunciaron que presentarían propuestas
conjuntas ya en la cumbre de líderes que se celebra en marzo.
El
ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, y su homólogo alemán,
Olaf Scholz, se reunirán el próximo viernes para trabajar en una "hoja
de ruta", en tanto que el presidente galo, Emmanuel Macron, recibirá
también a la canciller germana, Angela Merkel, el miércoles.
París
y Berlín rechazaron así las especulaciones de un retraso sobre el
calendario previsto, pese a que la aparición de un frente de ocho países
-Holanda, Irlanda, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Estonia, Letonia y
Lituania- escépticos con la reforma y las recientes elecciones en Italia
amagan con complicar la negociación.
El
titular de Economía español, Román Escolano, que participó hoy en su
primer Eurogrupo, admitió que la situación política "no ha sido
sencilla" por la falta de Gobierno en Alemania, lo que podría afectar al
calendario, y que la reforma "no será fácil", pero confió en que puedan
lograrse acuerdos.
El
ministro aseguró que España quiere un papel "protagonista" en la
negociación, en la que defenderá una visión "europeísta" y una unión
económica "importante".
Centeno
señaló que el Eurogrupo mantiene la "ambición" para junio y admitió que
"en algunas áreas hay opiniones convergentes, pero en otras se necesita
más trabajo".
Los
ministros, dijo, están de acuerdo en reforzar el papel del MEDE en los
futuros programas de rescate y en que este proporcione el cortafuegos
que necesita el Fondo Único de Resolución bancaria.
Sin
embargo, están divididos con respecto a la unión bancaria, donde la
prioridad es completar el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos y las
discusión se centra en cómo cuantificar el nivel de reducción del
riesgo bancario para determinar cuándo es suficiente para implementar
este sistema de mutualización del riesgo.
El
grupo de países encabezado por Holanda insiste en que la reducción debe
continuar, mientras que otras naciones y el Banco Central Europeo creen
que es posible pasar ya a la implementación.
En
este sentido, el director gerente del MEDE, Klaus Regling, defendió su
utilidad asegurando que los rescates financieros habrían sido "más
pequeños" si hubiese existido, puesto que el 40 % de su volumen se
destinó a la banca.
Por
otro lado, los ministros constataron que Grecia ha cumplido todas las
acciones pendientes dentro de la tercera revisión de su rescate, lo que
permitirá que este mes el MEDE autorice el desembolso de 5.700 de los
6.700 millones de euros de un nuevo tramo de ayuda.
Las
instituciones ya han comenzado la cuarta y última revisión, que exigirá
88 reformas a Atenas, y en paralelo se ha iniciado la discusión sobre
un mecanismo que ligará la devolución de la deuda helena al crecimiento
económico y el programa de vigilancia a que estará sometida tras el
rescate.
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