Hay
novedades importantes en la comunicación de la política
monetaria del Banco Central Europeo aunque la subida de tipos, tan
esperada y deseada por los bancos comerciales, tendrá que
esperar. El comunicado es claro.
El
Consejo de Gobierno “espera que los tipos de interés oficiales del BCE
se mantengan en los niveles actuales durante un período prolongado que
superará con creces el horizonte de sus compras netas de activos”. Es lo
que pronosticó Luis de Guindos tras comparecer ante la Comisión de
Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento europeo. No ha habido
choque de trenes.
Fue una declaración que sorprendió tanto en ámbitos financieros,
como políticos y económicos. Es inusual que se manifieste sobre la
política económica alguien que está previsto vaya a formar parte del
Consejo de Gobierno del BCE, pues la política de comunicación depende
directamente del presidente de la institución. Pronostica unas futuras
ricas relaciones.
Pese a quienes consideraban que Draghi podría contradecir el anuncio
realizado por Luis de Guindos, no ha sido así. El ya exministro de
Economía, tras afirmar el pasado día 13 de febrero que él nunca comenta
las decisiones del Banco Central Europeo, dijo que las políticas de
bajos tipos de interés serán las habituales a partir de ahora. No era lo
que esperaban los bancos.
El futuro vicepresidente del Banco Central Europeo precisó que su
convicción era que los tipos de interés estarán durante mucho tiempo
todavía muy bajos, en el entorno del 0 por ciento. Y lo vinculó a la
inflación. Con la inflación en el entorno del 2 %, los tipos, reiteró De
Guindos, estarán bajos.
En cambio, del comunicado oficial, emitido de forma previa a la rueda
de prensa habitual del Presidente del BCE para explicar las decisiones
adoptadas por el Consejo de Gobierno del supervisor europeo, lo que sí
ha desaparecido es el párrafo que alude a eventuales aumentos de compras
de activos.
Supone un paso atrás en una de las medidas no convencionales de la
política monetaria del BCE utilizada por Draghi para sacar a la economía
europea del marasmo. El párrafo que ha desaparecido de los anteriores
comunicados es el que dice que “si las perspectivas fueran menos
favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el
progreso del ajuste sostenido de la senda de la inflación, el Consejo
de Gobierno está preparado para ampliar el volumen y/o la duración del
programa de compras de activos”.
La decisión la venían esperando los expertos desde hacía tiempo, y se
daba por hecho que sería así tras dos testimonios muy claros. Por una
parte el de las declaraciones del Gobernador del Bundesbank, Jens
Weidmann, a la televisión alemana el pasado día 27 donde expresó
abiertamente que “era importante reducir gradualmente y de manera
confiable el grado de expansivo de la política monetaria cuando el
panorama de los precios en el área del euro nos permita hacerlo”.
La otra señal clara viene de la publicación de las actas de la
anterior reunión del Consejo de Gobierno del BCE del pasado 25 de enero,
y publicadas el 22 de febrero, que reflejaban que los consejeros ya
habían debatido dejar atrás el compromiso de la entidad de incrementar
los estímulos monetarios en caso de que la situación económica
empeorase.
Estaba claro que tenía que llegar el momento en el que el BCE acabara
tomando esta decisión. Esta decisión no debe tener consecuencias
negativas para el crecimiento de la economía. No solo no espera el BCE
que vaya a ser así, sino que ha previsto lo contrario hasta incrementar
una décima su previsión de crecimiento para la eurozona.
En cambio lo que el Gobierno debería empezar a pensar es en el
momento en que vayan a subir los tipos, momento que indudablemente
tendrá que llegar algún día. Las consecuencias en los costes del
servicio de la deuda serán importantes.Los expertos consideran que esto
no llegará hasta al menos el segundo trimestre del año que viene.
Es uno de los retos que tendrá que afrontar el nuevo ministro de
Economía Román Escolano, junto con el transito a un nuevo modelo
económico, del industrial analógico al digital, además de los retos de
la globalización. Volveremos sobre ello.
(*) Periodista español
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