MADRID.- El turismo de sol y playa se resiente en España
después de que enclaves como Turquía, Egipto y Túnez vuelvan a ser
atractivos para los turistas internacionales. Si se cumplen las
previsiones que se acaban de revisar, sería la primera vez en diez años
que el crecimiento respecto al turismo está por debajo del porcentaje de
crecimiento del PIB nacional, revela el diario Público.
Tal y como han comunicado desde Exceltur (lobby que agrupa a 20 de las mayores empresas turísticas del país), han reducido su pronóstico de crecimiento desde el 3,3% que previeron en abril hasta el 2,6% que establecen ahora en su informe sobre el segundo trimestre del presente año. Las causas responden a dos grandes características coyunturales.
La primera de ellas es una "mayor desaceleración de la
esperada por los factores atípicos", como es el efecto inesperado que se
ha dado en el mercado inmobiliario. Este sector se había recuperado en
los últimos años, pero desigualmente.
Dicha desigualdad estaba
fundamentada en un crecimiento fuerte en enclaves donde la demanda
supera la oferta, como Madrid, Barcelona, la costa mediterránea o los
archipiélagos, en detrimento del interior del país o puntos costeros
secundarios, tal y como apunta un informe del banco suizo UBS 'España: El auge del turismo en declive'.
El segundo estadio que ha propiciado la bajada de turistas en España es la "fuerte recuperación de cuota de mercado de los competidores del Mediterráneo Oriental", apuntan desde la central hotelera Exceltur.
Recuperación económica de competidores directos
El aumento de turistas en lugares rivales sobresale debido a que evidencia la falta de fidelización de estos turistas, denominados como "prestados", y que según Exceltur alcanzaron la cifra de los 14 millones
contabilizándolos desde 2011.
Así lo explica Miguel Ángel González
Suárez, el presidente de la Federación de Centros de Iniciativas y
Turismo de Tenerife (Feciten) y del CIT de Santa Cruz de Tenerife, en un
artículo publicado en Eldía.es: "La
letra de la canción que trasmitíamos los especialistas era que teníamos
que ser capaces de fidelizar estos flujos extras. Pero nuestros dirigentes sólo se aprendieron la música y el resultado está siendo mucho más negativo de lo que se preveía", analiza el experto.
Además de la llegada de turistas prestados de lugares como Egipto y Túnez, que hicieron que los indicadores españoles llegaran a su máximo en el 2017 con 82 millones
y que propició la escalada hasta el segundo lugar en el ranking
mundial, por detrás de Francia, la consolidación de Marruecos también ha
influido.
Del mismo modo, el olvido paulatino del estallido de la
primavera árabe en el norte de África y la intentona golpista en
Turquía, junto con la actual devaluación de la lira que abarata los
costes de viajar a esta área.
España se llevó la mayoría del turismo prestado
La fuga de turistas a países árabes ha hecho mella
en el sector. Las zonas más resentidas por esta nueva dinámica son
Canarias, Baleares y Cataluña. A nivel nacional, de los 17,4 millones de
turistas que perdieron Turquía, Egipto y Túnez entre 2014 y 2015, España se llevó la mitad, según el lobby turístico. Un informe del Banco Suizo UBS cifra numéricamente el retorno de los turistas: esos tres países recuperarán ocho millones de turistas durante este año y otros ocho en el año que viene.
A ello se suman diferentes realidades que hasta ahora no se habían tenido en cuenta, como son la ejecución de políticas orientadas a subvencionar el turismo
por parte de Turquía o Egipto o, en menor medida, el buen tiempo que ha
hecho durante este verano en Gran Bretaña o Alemania.
González Suárez,
el representante tinerfeño, propone una solución: "Hay que promover
otros factores como la seguridad, sanidad, gastronomía, cultura y
deporte". Se refería así a una posible forma de encarar la construcción
de hoteles y zonas de lujo con precios demasiado bajos como para
competir contra ellos.
El turismo en cifras
Por otro lado, la rebaja de siete décimas que hace Exceltur de la previsión de crecimiento se traduce en una pérdida de mil millones de euros,
ya que se pasa de los 138.425 millones con la antigua estimación del
3,3% a los 137.485 millones que se prevén para la nueva estimación del
2,6%.
Esto supondría quedar por detrás de la estimación que los
analistas hacen para el conjunto de la economía española y que
posicionan en un 2,7%. De hecho, sería la primera en la última década que sucede algo así.
El descenso de casi 484.000 turistas entre enero y
junio, según apunta el último dato disponible en el Instituto Nacional
de Estadística (INE), ya presagiaba el descenso del turismo
internacional en el territorio español.
Un mes más tarde, en julio, las
pernoctaciones seguían disminuyendo en un 2,17%, tal y como recoge el Informe de julio de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT). Otra cosa diferente es el gasto que los turistas internacionales
hacen en territorio español, que sí que aumentó en junio de 2018, según
los últimos datos disponibles y aún provisionales, en comparación con
el mismo mes del año anterior, según apunta el INE.
La búsqueda del negocio responsable
La masividad del turismo es un hecho. Por eso, abogar por un turismo responsable,
que no maximice la cantidad en relación a la calidad, o la búsqueda de
la playa y la fiesta en lugar de la cultura pueden ser una solución.
Además, la regulación de los pisos turísticos en las principales
ciudades europeas aún está pendiente, y tendrá sus efectos en torno a la
gentrificación y los pequeños comercios de la zona.
Algunos barrios han comenzado a movilizarse contra el turismo masivo, tal y como recoge el artículo Saturación turística: un problema global creciente , publicado en The Conversation.
La 'Red de Ciudades del Sur de Europa frente a la Turistificación' (Red
SET) es ejemplo de ello, a nivel global, mientras que la 'Assemblea de
Barris per un Turisme Sostenible' funciona desde el ámbito local en la
ciudad condal.
Ciudades como París (Francia), Dubrovnik (Croacia),
Kioto (Japón), Berlín (Alemania), Bali (Indonesia) o Reikiavik
(Islandia) se han resentido por estas aglomeraciones que han hecho que
proliferen las denuncias por congestión y privatización de lo que antes
eran espacios públicos y comunitarios, la presión a la que están
sometidas infraestructuras como el transporte público y, sobre todo, la
exclusión y expulsión de los residentes del mercado inmobiliario.
Tal y como apuntan en la publicación antes
mencionada, "es fundamental planificar y propiciar el dialogo entre los
representantes públicos, el sector privado, la sociedad civil y los
residentes sobre el modelo de ciudad. Una ciudad, que pueda vivir con el
turismo y no solamente de turismo".
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