TRÍPOLI.- La tensión bélica se multiplicó hoy en Trípoli con la llegada de fuerzas
procedentes de vecina ciudad de Misrata a los barrios del extrarradio,
escenario desde hace una semana de los peores combates entre milicias
librados desde que en 2014 estallara la guerra civil.
Un enfrentamiento vital para el futuro del país que ha
segado ya la vida de medio centenar de personas y que llevó hoy a la
Misión de la ONU para Libia (UNSMIL) a convocar una reunión de urgencia
para tratar de alcanzar un alto el fuego permanente.
En comunicado, la UNSMIL explicó que la reunión
responde al deseo de la secretaria general de resolver la situación y a
una petición de ayuda del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) libio, que
sostiene la ONU en Trípoli.
"El diálogo tendrá lugar
el mediodía del martes en un lugar que será anunciado más tarde"
explica la nota sin detallar que grupos y milicias han sido convocadas a
esta reunión calificada "de carácter urgente".
Los
enfrentamientos estallaron el pasado 26 de agosto en un área densamente
poblada del barrio de Salehdin, bajo el control de la "Séptima Brigada" y
de las milicias Tarhouna y Al Kani, antes vinculada al ministerio de
Defensa del GNA.
En el otro bando combaten las
Brigadas Revolucionarias de Trípoli, la Fuerza Especial de Disuasión
(RADA), la Brigada Abu Selim y la Brigada Nawassi, todas ellas adscritas
a los ministerios de Interior y de Defensa del citado Ejecutivo, al que
financia la Unión Europea.
La RADA ha acusado a la
"Séptima Brigada" de ser una quintacolumna del mariscal Jalifa Hafter,
hombre fuerte del Ejecutivo del este de Libia.
Tanto
el Consejo de ancianos de Trípoli como la comisión de mediación
integrada por las ciudades de Tarhouna, Misrata, Zintan, Zawia y Trípoli
tratan desde hace días de negociar un alto el fuego.
Los combates en el citado barrio se han extendido ya a toda la capital
y han obligado a miles de civiles a huir de sus casas y a buscar
refugio en escuelas y hospitales.
Su creciente
intensidad causó que el pasado viernes se cerrara al tráfico aéreo la
base militar de Maitiga, único aeropuerto en funcionamiento de la
capital, y que cerca de 60 familias quedaran atrapadas en el llamado
"Triángulo Suzuki" sin acceso al agua y a la electricidad.
En este contexto, unidades de la coalición militar "Buyan al Marsous",
liderada por la ciudad de Misrata, comenzaron anoche a desplegarse en
el este de Trípoli y a prepararse para intervenir, informó un
responsable militar.
Según su relato, el primer
convoy llegó a la localidad de Tajoura el domingo por la tarde liderado
por el general Mohamad Zain, jefe de la sección de lucha antiterrorista
de esta alianza formada en 2016 para expulsar de la ciudad de Sirte a la
rama libia de la organización yihadista Estado Islámico.
"La unidad está a la espera de órdenes, preparada para proteger
instalaciones vitales. Otra brigada de (la localidad vecina de) Zlintan
se unirá a este despliegue" en las próximas horas, afirmó la fuente, que
prefirió no ser identificada.
De acuerdo con la
prensa local, en el oeste de la capital ya se ha desplegado la nueva
agencia de Seguridad Publica formada por el llamado GNA, que ya colaboró
con la coalición militar de Misrata y la aviación estadounidense en la
ofensiva contra el Estado Islámico en Sirte.
Libia
es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en
2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los rebeldes
sobre la larga y estrambótica dictadura de Muamar al Gadafi.
Desde el inicio en 2014 de la actual guerra civil tiene dos gobiernos
apoyados por distintas milicias, uno en el este y otro en el oeste del
país, ninguno de los cuales tiene legitimidad democrática.
La división ha sido aprovechada por las grupos yihadistas para
asentarse en el país y por las mafias dedicadas al tráfico de armas,
combustible, alimentos y personas para dominar la arruinada economía
nacional.
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