ATENAS.- El
Parlamento griego se plantó hoy ante los acreedores al aprobar sin votos
en contra la iniciativa del primer ministro, Alexis Tsipras, de
conceder una paga extraordinaria a los pensionistas más pobres con
fondos procedentes del superávit.
La medida de destinar 617 millones de euros de los fondos
que han sobrado de los presupuestos de 2016 a una paga para los 1,6
millones de pensionistas que cobran menos de 850 euros al mes había
conducido a que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) congelara
ayer unas medidas para aliviar la deuda griega hasta que se compruebe si
se ajusta al programa asociado al rescate.
Hoy el parlamento griego dejó inusitadamente claro que
respalda esta ayuda navideña a un sector de la población que ha vivido
en los siete años de crisis doce recortes.
La iniciativa recibió el apoyo de los partidos en el
Gobierno -Syriza y Griegos Independientes- así como de socialdemócratas,
comunistas y neonazis, mientras que los conservadores se abstuvieron y
liberales y centristas no participaron en la votación.
A pesar de la ausencia de los primeros espadas y de que no hubo votos en contra, el debate estuvo extremadamente polarizado.
El izquierdista Tsipras y el líder de Nueva Democracia,
Kyriakos Mitsotakis, estaban en Bruselas, y los ministros de Finanzas,
Euclides Tsakalotos, y de Trabajo, Effi Ajtsioglu, en Berlín.
Los representantes de la gubernamental Syriza acusaron Nueva
Democracia de hacerle el juego al ministro alemán, Wolfgang Schauble, y
los diputados conservadores reprocharon a Tsipras tomar decisiones sin
consultar a las instituciones acreedoras.
En un comunicado, Mitsotakis afirmó que Tsipras no quiere
reconocer "una realidad y es que el tercer memorando, que él mismo
firmó, establece que tales iniciativas deben ser aprobadas con el visto
bueno de nuestros socios".
Mientras se celebraba el debate, varios miles de
pensionistas marcharon por el centro de Atenas para protestar por una
medida que calificaron de "migajas" teniendo el cuenta la caída de
ingresos que han sufrido en los últimos años.
Al mismo tiempo, desde Bruselas Tsipras afirmó que Grecia
quiere lograr un acuerdo con sus socios, pero "sin chantajes", y recibió
el espaldarazo del presidente francés, el socialista Francois Hollande,
así como del comisario económico, Pierre Moscovici.
Hollande pidió que la eurozona respete las "decisiones
soberanas" de Grecia y Moscovici se mostró contrario a la iniciativa del
MEDE de congelar las medidas de alivio.
La "Comisión Europea considera que no hay razones para cuestionar el acuerdo de aliviar la deuda griega", dijo el comisario.
Según fuentes gubernamentales griegas, Moscovici, quien vio
hoy a Tsipras en los márgenes de la reunión del Grupos Socialista
Europeo, le dijo que "solo un país está en contra de las medidas de
apoyo" (en alusión a Alemania) y le manifestó su convicción de que
congelar el alivio de la deuda viola una decisión tomada por el
Eurogrupo.
El pasado 5 de diciembre el Eurogrupo aprobó conceder a
Grecia medidas a corto plazo para aliviar su deuda, que, entre otros
aspectos, contemplan extender los vencimientos de los bonos desde los 28
años actuales a 32,5 años.
El anuncio, hace una semana, de Tsipras sobre la paga a los
pensionistas así como de congelar la subida del IVA en las islas
afectadas por la crisis de refugiados dejó boquiabiertos a los
acreedores que no habían sido consultados previamente, pero también a la
opinión pública griega.
Gran parte de la prensa lo interpretó como muestra de que el
líder izquierdista ha optado por ir a elecciones anticipadas, ante el
frenazo que han sufrido las negociaciones con los acreedores y para
detener su caída en picado en las encuestas.
El primer ministro ha intentado en los últimos días
contrarrestar este tipo de especulaciones y ha asegurado que seguirá en
el Gobierno hasta el fin de su mandato, en 2019.
Tsipras, quien en los últimos meses ha intentado recuperar
su perfil social, defiende que la paga será financiada con fondos que
han sobrado del presupuesto y que Grecia puede decidir de forma soberana
a qué destina un excedente.
Para el año en curso Grecia fijó con las instituciones
acreedoras (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Mecanismo de
Estabilidad Europeo y Fondo Monetario Internacional) un objetivo para el
superávit primario (que excluye el pago de intereses de la deuda) de
3.553 millones de euros, pero tan solo en los primeros once meses ha
logrado un excedente de 7.449 millones.
El problema es que mientras la oficina de estadísticas
europea, Eusostat, no confirme estas cifras en abril próximo, no pasan
de ser meras previsiones.
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