ROMA.- Tras el
fracaso de su ampliación de capital, la italiana Banca Monte dei Paschi
di Siena (MPS) se dispone en los próximos días a solicitar la ayuda del
Estado para tratar de paliar sus graves problemas de liquidez y mejorar
su posición patrimonial.
El consejero delegado, Marco Morelli, se dirigió hoy a sus
empleados para asegurar que, aunque "la intervención estatal seguramente
no era la primera opción", acelerará la reducción de los créditos
morosos y generará "una situación diferente y más fuerte".
Las palabras de Morelli se producen después de la agitada
noche del jueves, cuando Monte dei Paschi constató el poco interés que
había suscitado su ampliación de capital por 5.000 millones de euros
(5.221 millones de dólares) entre los inversores privados, que dieron la
espalda a la oferta.
La entidad supone un riesgo para todo el sistema bancario
italiano y, por esa razón, el Gobierno se apresuró a aprobar de
madrugada un decreto con el que dispondrá de 20.000 millones de euros
(20.885 millones de dólares) para inyectarlos en bancos con problemas de
solvencia.
Entre las entidades que podrían solicitar esta ayuda se
encuentra ciertamente MPS, que se prepara para la entrada del Estado con
el objetivo de resolver sus problemas financieros y eliminar además los
27.700 millones de euros (28.925 millones de dólares) en créditos
morosos que acumula.
La operación de recapitalización con dinero público podría
durar algunas semanas mientras que, paralelamente, los planes de
saneamiento podrían prolongarse durante meses, según los analistas.
Por el momento se desconoce cuánto dinero necesitará MPS de
los 20.000 millones puestos sobre la mesa por parte del Gobierno y, por
ende, tampoco es posible vaticinar en qué medida aumentará la
participación del Estado en esa banca, de la que ya posee el 4 %.
Lo que parece claro es que el Estado italiano se convertirá
en el socio mayoritario de la entidad toscana gracias a una operación
que estará bajo la atenta mirada de las autoridades de la Unión Europea,
siempre pendientes de la situación de la deuda italiana.
Además deberá desarrollarse un nuevo plan industrial
dirigido a sanear la entidad, que podría contemplar despidos y cierres
de sucursales y que deberá estar supervisado por el Banco Central
Europeo (BCE).
Y en este nuevo intento de sacar del atolladero al banco se
procederá a atajar su principal problema: la cesión de los 27.700
millones de euros que acumula en forma de créditos morosos, un mal que
afecta a todo el sector bancario italiano.
Precisamente ese decreto "in extremis" del Gobierno de Paolo
Gentiloni, al que se podrán adherir otros bancos, está dirigido
esencialmente a evitar que MPS desestabilice al sector, que acumula
360.000 millones (375.930 millones de dólares) en créditos morosos ,
200.000 altamente insolventes (208.850 millones de dólares).
En cualquier caso, la aprobación del decreto ha
tranquilizado a los mercados, tal y como demuestra evolución de la banca
en la Bolsa de Milán, la mejor de Europa con un alza del 1,17 % en su
selectivo y en la que todos sus títulos bancarios acabaron en verde,
excepto Unicredit, que prepara también un plan de saneamiento para
enero.
Para evitar la volatilidad, el regulador bursátil CONSOB
suspendió para hoy la cotización de MPS en el parqué milanés, una
decisión que ha prorrogado "hasta que, a la luz de la definición y
aprobación del programa de reforzamiento patrimonial de la banca, no se
impulse un correcto cuadro informativo de sus títulos".
El Gobierno cuenta además con el apoyo de la Comisión
Europea, que hoy secundó el objetivo de las autoridades italianas de
reforzar el sector bancario del país siempre y cuando se haga en
conformidad a la regulación comunitaria.
El presidente de la Autoridad Bancaria Italiana, Antonio
Patuelli, valoró la acción del Gobierno, que calificó como "una medida
eficaz para prevenir y evitar crisis bancarias", proteger a los
ahorradores y estabilizar a los bancos.
"Esperamos que este decreto contribuya a mejorar el clima de
confianza nacional e internacional hacia el mundo productivo italiano,
en particular el sector bancario, que es un factor determinante",
aseveró el directivo en un comunicado.
Por el contrario, la asociación de consumidores CODACONS
denunció que el rescate de MPS y del resto de entidades en apuros
costará 333 euros (347,7 dólares) a cada italiano, incluidos los recién
nacidos.
"Una vez más el Gobierno antepone los intereses de los
bancos a los de los ciudadanos, recurriendo a dinero público para salvar
las cuentas de los bancos, privando así a las familias de recursos que
podrían ser destinados a la reducción de impuestos o a la lucha contra
la pobreza", dijo en una nota su presidente Carlo Rienzi.
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