No ha estado afortunado el Rey Felipe VI al decir que espera que la
relación de España con la presidencia norteamericana de Donald Trump
alcance el nivel de ‘excelencia’ que se logró bajo el mandato de Obama.
Usar el término ‘excelencia’ en una relación con Trump es una temeridad
como el tiempo lo demostrará. Y si no que mire el monarca cuales son los
niveles actuales de ‘excelencia’ que Trump está utilizando con México y
que ya han provocado la suspensión del viaje del presidente mexicano a
Washington y una escalada de la tensión entre ambos países.
El gobierno de España debe declarar su apoyo a México ante la
desmedida y burda agresividad -nunca vista en la diplomacia USA- del
presidente Donald Trump contra este país hermano -con el que nos une una
relación histórica- y contra nuestro querido pueblo mexicano.
Y no debe de tardar el presidente Rajoy en posicionarse ante esta
crisis, que por otra parte le brinda a España la oportunidad de
estrechar los lazos con toda Latinoamérica (reforzando así las Cumbres
Iberoamericanas) al tiempo que si hace algo así, rompiendo su
inmovilismo habitual, a buen seguro que Rajoy conectará con el
sentimiento muy ampliamente mayoritario del pueblo español.
Además si Rajoy rehúye esa declaración presidencial puede ser
desbordado por otra declaración ampliamente mayoritaria del Parlamento
español, como cabe esperar que así ocurra en una fecha próxima.
Naturalmente criticar a Trump tiene sus riesgos vistos los modales
que gasta el mandatario USA pero eso dará más valor a la decisión
española porque, a través de las descalificaciones de Trump contra la UE
y la OTAN, España ya ha sido también agredida por este personaje que se
declara favorable a la tortura y al que los primeros dirigentes
democráticos del mundo deben de empezar a pararle los pies.
Que es lo que debía de haber hecho el Congreso de los Estados Unidos
ante la colección de mentiras y disparates que adornan el despegue de
Trump y que están generando una oleada de protestas en USA, donde 30
millones de ciudadanos son de origen mexicano.
España debe mantener una relación correcta y amistosa con los EE.UU
pero no puede callar ante esta agresión a México o cuando Trump anima a
otros países de la UE a seguir los pasos del Brexit británico para
destruir nuestro gran proyecto y realidad europea, de ahí el interés que
despierta la visita que la ‘premier’ británica Theresa May inicia hoy
en Washington.
Además en la relación bilateral de España y USA son los americanos
los que están en posición más delicada por el uso de las bases españolas
como una parte esencial de su estrategia militar en Europa, el
Mediterráneo y África, y ahí incluido el escudo anti misiles que tiene
su base en Rota.
En cuanto a México hora es que España se ponga de su lado en este
trance, como lo van a hacer otros países latinoamericanos y europeos.
Como ocurrió cuando Obama restableció las relaciones diplomáticas con
Cuba, un histórico paso -que Trump puede destruir- y España quedó
rezagada y fue superada incluso por Francia.
Prudencia y firmeza pues con Trump y mucha atención a sus movimientos
en política exterior. Esa debe ser la posición española y también la de
la UE que está asombrada y paralizada ante los continuos desafíos
internacionales del presidente de Estados Unidos que al grito de
¡América First! quiere poner a todo el mundo entre su espada y la pared,
o el muro en México y puede que también y en fecha cercana en
Jerusalén.
(*) Periodista español
http://www.republica.com/el-manantial/2017/01/26/espana-debe-de-apoyar-a-mexico/
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