BRUSELAS.- El presidente del Banco Central
Europeo (BCE), Mario Draghi, defendió hoy su decisión de mantener una
política monetaria expansiva y su programa de compra de activos hasta
que se alcance una inflación estable y sostenible en el conjunto de la
eurozona.
"El apoyo de nuestras medidas de política
monetaria todavía es necesario para que las tasas de inflación converjan
hacia nuestro objetivo con suficiente confianza y de forma sostenible",
dijo Draghi durante una comparecencia en la comisión de Asuntos
Económicos de la Eurocámara.
Draghi recordó que, de acuerdo con las normas de la
entidad monetaria europea, el objetivo es conseguir la estabilidad de
precios -que el BCE fija en una cota inferior cercana al 2 %- pero no
solo de forma momentánea, sino en el medio plazo, de forma "sostenible,
"duradera" y para toda la eurozona, no solo en algunos países.
En este sentido, el jefe del también supervisor europeo afirmó que el
aumento de la inflación en diciembre (hasta el 1,1 desde el 0,6 %) y en
enero (hasta el 1,8 %) son fruto sobre todo del aumento de los precios
de la energía y defendió que debe prestarse atención a la inflación
subyacente, que no tiene en cuenta los elementos más volátiles como el
precio de la energía o los alimentos frescos.
"Hasta
ahora la presión de la inflación subyacente es muy suave y solo se prevé
que aumente gradualmente más adelante", dijo Draghi, quien achacó esa
circunstancia a la debilidad en los costes internos y la debilidad del
mercado laboral.
El presidente del BCE señaló que los
riesgos para la zona del euro están sobre todo relacionados con
"factores globales" y reiteró que la entidad prevé aumentar su programa
de compra de activos si "las perspectivas de inflación son menos
favorables" o si "las condiciones son incompatibles" con que las tasas
se acerquen al 2 %.
En enero el consejo de gobierno
del BCE confirmó que mantendrá los tipos de interés en el 0 % y
proseguirá su programa de compra de deuda pública y privada de la zona
del euro por valor de 80.000 millones de euros mensuales hasta marzo y, a
partir de abril, por 60.000 millones de euros durante nueve meses más,
hasta diciembre.
Draghi defendió que esta decisión
"encuentra un equilibrio" entre la mejora de la recuperación económica
que, dijo, se refleja en aumentos del Producto Interior Bruto, descenso
del desempleo y bajada del ratio entre deuda y PIB, y la "falta de
señales claras" de que la inflación se dirige hacia el nivel deseado.
El presidente del BCE defendió que, en términos de estabilidad
financiera, "los beneficios de la política monetaria han compensado las
posibles inconvenientes" de la misma.
Si bien la
expansión monetaria ha podido reducir los beneficios por rentabilidad de
las entidades bancarias, dijo, la recuperación económica que ha
impulsado ha reducido las quiebras y por tanto mejorado la calidad de
las carteras crediticias de los bancos y ayudado a "sostener las
ganancias de los bancos en el último año".
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