ESTAMBUL.- Pocos antes de la
medianoche del 15 de julio de 2016, una angustiada presentadora de
televisión, claramente coaccionada, leyó una declaración de un sector
del ejército turco que anunciaba el derrocamiento del gobierno.
Antes
del anuncio de los golpistas, aviones militares comenzaron a sobrevolar
Ankara a baja altura y los tanques salieron a las calles.
El balance total de la violenta jornada fueron 249 víctimas inocentes.
Pero 12 horas después, el primer ministro, Binali
Yildirim, dijo desde su despacho que el "ignominioso" intento por
hacerse con el poder había sido "derrotado".
El golpe fue
sofocado rápidamente y las consecuencias tampoco se hicieron esperar,
dando lugar a la mayor purga de la historia moderna del país dirigida
contra los partidarios del clérigo Fethullah Gulen, exiliado en Estados
Unidos, acusado por el gobierno de la intentona.
Pero todavía
quedan interrogantes sobre los acontecimientos de la noche del 15 de
julio, sobre todo de la oposición, que busca respuestas con cada vez más
insistencia.
¿Cómo fue posible que un golpe no haya sido
detectado por los extendidos servicios de inteligencia turcos y luego
haya sido sofocado tan rápidamente?
¿Por qué hubo informaciones de
movimientos fuera de lo normal en la tarde del 15 de julio pero estas
no fueron trasmitidas al presidente Recep Erdogan?
También surgen interrogantes sobre la ausencia de altos cargos ante la comisión parlamentaria encargada de la investigación.
"No
estamos viendo que haya una investigación abierta, esto es muy
decepcionante y la verdad es que es muy atemorizante", dijo
Gareth Jenkins, académico del Instituto de Estudios de Asia Central y el
Cáucaso del centro Silk Road.
El gobierno insiste en que no
esconde nada y ha negado las acusaciones de que está encubriendo algo,
desestimándolas como un insulto hacia quienes perdieron sus vidas
intentando paralizar la trama golpista.
Según
los testimonios publicados por la prensa turca, a partir de la
audiencia en el Parlamento y los juicios contra los sospechosos, el jefe
de inteligencia Hakan Fidan y el jefe militar turco Hulusi Akar estaban
al tanto de la trama en la tarde del 15 de julio.
Un piloto de
helicópteros, identificado sólo con el cargo de mayor y las iniciales
O.K. fue a la sede de la agencia de inteligencia en Ankara a las 14:20
del 15 de julio para advertir a los responsables de que había algunas
acciones en ciernes.
"Yo dije que podría ser una acción a gran
escala incluso un golpe de estado", declaró supuestamente el testigo.
"Recuerdo muy bien que utilicé la palabra 'golpe'".
Esa
información fue transmitida al mando del ejército cerca de dos horas
después, hacia las 16:30, por lo cual Fidan se reunió con Akar.
Sin
embargo, Erdogan afirma que se enteró del golpe por su cuñado durante
la noche y que no recibió la información de los servicios secretos.
Akar
fue secuestrado por los golpistas durante la noche y luego fue liberado
y se dirigió en helicóptero al centro de crisis de Ankara.
Pero,
por razones que se desconocen, viajó acompañado por el general Mehmet
Disli, que fue arrestado, acusado de estar entre los conspiradores.
En octubre, un comité
parlamentario compuesto por parlamentarios de los partidos representados
en el congreso comenzó a investigar la trama.
La oposición pidió
que tanto Fidan como Akar fueran convocados. Pero ambas peticiones
fueron denegadas por el partido oficialista.
"Nosotros no somos
fiscales, ni jueces. No condenamos a nadie. Sólo queremos recibir una
respuesta a nuestras preguntas", dijo Sezgin Tanrikulu,
parlamentario de la principal fuerza de oposición, el Partido
Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata).
"Desafortunadamente, ellos denegaron esta oportunidad
(...) y los interrogantes van a persistir", dijo Tanrikulu, miembro del
comité.
Después de escuchar a los antiguos altos mandos
militares, al exdirector de inteligencia y a funcionarios y testigos, a
la comisión se le ordenó terminar sus funciones en diciembre, un mes
antes de lo previsto.
"Quizás es que el gobierno tiene algo
siniestro que ocultar, quizás es que sólo está escondiendo su
incompetencia en la respuesta al golpe, que fue muy caótico, mal
organizada", dijo Jenkins.
"Esperamos que algún día la verdad salga a la luz", agregó.
El
líder de CHP, Kemal Kilicdaroglu, causó escozor al gobierno cuando
utilizó el término "golpe controlado", denunciando que las autoridades
supieron con anticipación del golpe, lo que les permitió beneficiarse de
la trama después de que ésta fuera sofocada.
Según algunos
testimonios, el plan original de los conspiradores era lanzar el golpe a
las 03:00 de la mañana, pero que adelantaron a la acción a las 22:00
debido a que las autoridades estaban al tanto.
Las interrogantes
también planean sobre quién está detrás del golpe y qué líderes
políticos querían derrocar los conspiradores en caso de haber logrado el
plan.
Según el gobierno, el plan era un intento de los
seguidores de Gulen de hacerse con el poder, un movimiento que el
gobierno denomina por el acrónimo FETO (organización terrorista de los
partidarios de Fethullah).
Sin embargo, algunos observadores ven una realidad con más matices.
"Probablemente
fue un conjunto de circunstancias entre el gulenismo, cargos cercanos
al kemalismo (un islam moderado) y oportunistas", dijo una fuente
europea. "Estuvo mal preparado y mal ejecutado", sentenció.
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