El Gobierno
español ha recomendado "tino" y "mesura" a la Comisión Europea a la
hora de responder a las medidas arancelarias que el presidente de
Estados Unidos tiene previsto firmar en los próximos días. Después de
que Donald Trump lo anunciara la semana pasada, pese a los mensajes
enviados desde la Unión Europea y China, y a la dimisión de su
principal asesor económico, Donald Trump tiene previsto mantener su
apuesta.
Tan
decidido está el líder norteamericano en seguir adelante con su
propósito de poner los aranceles al acero y el aluminio que su principal
asesor económico, Gary Cohn, ha anunciado su renuncia al puesto en las
próximas semanas. La razón de su decisión es justamente su total
desacuerdo con Trump sobre la imposición de aranceles a las
importaciones de acero y aluminio.
En la rueda de prensa conjunta que ha dado el presidente americano y
el primer ministro sueco, Stefan Löfven, de visita en EEUU, Trump ha
justificado su decisión diciendo que la Unión Europea no ha tratado bien
a EEUU, añadiendo que si levanta sus barreras comerciales se
replanteará si aplica o no aranceles.
Donald Trump ha obviado hacer ninguna alusión a que las relaciones se
rigen según los acuerdos alcanzados en con la Organización Mundial del
Comercio.
Como la Comisión Europea ha dado por seguro que Trump mantendría su
amenaza en las últimas horas ha fijado los principios que regirán en sus
medidas de retorsión. Según las fuentes consultadas por
Capitalmadrid.com conocedoras de los detalles de la decisión de
Bruselas, el Ejecutivo comunitario ha optado porque las medidas de
respuesta afecten, además de al acero y al aluminio, al sector
industrial y al sector agrario de EEUU.
De acuerdo con las normas de la Organización Mundial del Comercio los
países que se ven afectados por la decisión unilateral de un miembro de
la OMC de imponer barreras arancelarias no previstas, estos pueden
responder imponiendo a su vez otras medidas equivalentes, pero que sumen
solo la mitad de la iniciativa del país que abre el proceso.
Además, Bruselas también tiene previsto denunciar ante la OMC la
decisión de Donald Trump, una vez que se conozcan los detalles de la
decisión del presidente de EEUU, para que sea este organismo con sede en
Ginebra quien decida sobre la improcedencia de los nuevos aranceles.
Aunque el Ejecutivo comunitario ha preparado la respuesta a Trump en
constante contacto con el Consejo, algunos sectores españoles temen que
la represalia europea pueda conllevar consecuencias negativas para sus
intereses exportadores.
Según fuentes comunitarias lo aprobado por la Comisión es solamente
un acuerdo político, un preacuerdo, entre los Estados miembros y
Bruselas para tener preparada la respuesta a la que califican de actitud
irresponsable de Donald Trump. En caso de que las medidas afectaran
negativamente a alguna empresa de los Estados miembros se adoptarían
medidas para resolver el conflicto. Pese a ello se da por descontado que
el proceso generará imprevistos.
El sector agrario español mira con cierto recelo la situación. Un
tercio de las medidas del preacuerdo de Bruselas para responder a Trump
están relacionados con el sector agrario.
(*) Periodista español
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