martes, 11 de septiembre de 2018

Trump hace otra de las suyas y maquilla el acuerdo comercial con México / Luis Alcaide *

La gran ha­bi­lidad de un mago con­siste en con­cen­trar la aten­ción del pú­blico en un punto para ocultar la ela­bo­ra­ción de sus tru­cos; así evita ser des­cu­bierto. Cuando sus trucos están ur­didos con en­gaños y a punto de ser des­ve­lados por sus más ín­timos co­la­bo­ra­do­res, abo­gados y ase­so­res, el mago tiene que acudir a prác­ticas to­davía más atra­bi­lia­rias. Es el caso de Donald Trump y su in­tento de des­ar­ti­cular la North America Free Trade Area (NAFTA), su úl­tima y más re­ciente mar­tin­gala. 

El nuevo acuerdo comercial bilateral firmado por los dos presidentes norteamericanos tiene, por otro lado, la virtud de desactivar el gran temor de los exportadores mexicanos y de tranquilizar a los inversores extranjeros. La cotización del peso mexicano sube, lo que facilita al presidente electo López Obrador, concentrar su atención en los problemas internos como la corrupción y la violencia. Obrador nunca ha estado interesado en los temas internacionales y ahora ha evitado estampar su firma en el documento del acuerdo comercial modificado. El nuevo tratado quedará como un asunto de la anterior administración.

Trump vuelve a apuntarse un tanto político frente a sus electores. El NAFTA -según él- significaba menos puestos de trabajo para los auténticos norteamericanos. México se empobrecería y los EEUU serían más ricos. Hay, sin embargo, un problema de procedimiento porque los acuerdos comerciales firmados por el presidente necesitan la autorización y aprobación del Congreso. El NAFTA no puede ser modificado sin cumplir ese requisito, aunque posiblemente se conseguirá el beneplácito del Congreso ya que el nuevo texto tiene mucho de lo que los anglosajones llaman un “window dressing”. El escaparate ofrecido al público ha sido rediseñado.

El presidente dispara desde su twit: “me rio de esos senadores y algunos otros que hablan de cómo el libre comercio es bueno para los EEUU; lo que no dicen es que perdemos puestos de trabajo y más de 800.000 millones de dólares al año a causa de esos estúpidos tratados comerciales” Este es el mensaje que se cuelga en el nuevo escaparate.

Lo curioso es que, según la Oficina de Análisis Económico, el PIB norteamericano aumentó un 4,1% en el segundo semestre del año. Un alto porcentaje de los encuestados sobre las perspectivas empresariales, el 38%, las veía como buenas, en tanto que sólo el 10% las consideraba malas. En el primer semestre del año las exportaciones habían crecido un 9,3% y las importaciones sólo el 0,5%. Estas buenas cifras no se han repetido, ha sucedido lo contrario en el mes de julio.

Mejoran cotizaciones
En cuanto se conocieron los nuevos términos del acuerdo con México mejoraron las cotizaciones de las acciones de Ford, General Motors y Fiat Chrysler, había buenas noticias para los fabricantes de coches. En primer lugar, un 75% de los componentes incorporados a los vehículos ensamblados en EEUU-México deben tener un origen norteamericano. Actualmente, el porcentaje de los componentes es del 62%.

En segundo lugar, entre el 40/45% de esos componentes debe ser fabricados por trabajadores que ganen más de 16 dólares a la hora. En este tramo debe haber muchos más trabajadores estadounidenses que mexicanos. No obstante, el ministro de economía de México, Ildefonso Guajardo, afirma que aproximadamente el 70% de los coches exportados por México cumple esas reglas de origen. Las fábricas tienen, además, de plazo hasta el 2020 para ajustarse a las nuevas condiciones.

Cuál sea es verdadero significado y las consecuencias del nuevo acuerdo bilateral están todavía en el escaparate. Lo que sí está verdaderamente sobre el mostrador son las declaraciones del abogado personal de Trump, Michel Cohen, y de su jefe de campaña, Paul Manafort, sobre el silencio comprado a la actriz porno, Stormy Daniels, y a la modelo de Playboy, Karen McDougal. ¿Camino del impeachment?


(*) Economista del Estado en España


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