BRUSELAS.- Los bancos europeos redujeron su red
de sucursales en 5.900 oficinas y su personal en 40.000 empleados en
2017, mientras apostaron por impulsar la banca digital, que ya utiliza
un 51 % de los clientes en la Unión Europea (UE), según el informe anual
de la Federación Europea de Banca publicado hoy.
Además, el proceso de consolidación que comenzó en 2009 con la crisis
financiera continuó con una reducción del 5 % en el número de entidades,
hasta 6.250 frente a 6.596 el año previo, lo que supone que hay 2.275
bancos menos que cuando empezó la recesión.
La consolidación responde sobre todo a la fusión entre
entidades del mismo país y ha estado liderada en 2017 por Alemania (70
instituciones menos) e Italia (65), mientras que solo se dieron aumentos
en Reino Unido (15 más) y Suecia (3 más).
La
reducción de entidades ha estado acompañada de un descenso en sucursales
del 3,1 % (5.900) en 2017, con lo que desde 2007 la red europea ha
perdido un 21 % de oficinas (casi 50.000).
España,
que acometió en 2012 y 2013 una reestructuración de su sector bancario,
lidera esta reducción (18.020 oficinas menos) seguida de Alemania
(8.769) e Italia (5.800).
En línea con el cierre de
oficinas, en 2017 el número de empleados del sector se contrajo en
40.000 personas (1,5 %) hasta los 2,74 millones, el mínimo desde que
comenzaron los registros en 1997 y lejos de los 3,13 millones de
empleados que había en 2009.
De acuerdo con la
Federación de Banca Europea, la reducción de sucursales refleja también
la "rápida implantación" de los servicios de banca en Internet, que ya
utiliza más de la mitad de la población europea cuando en 2009 sólo lo
hacía un tercio.
"La banca de sucursales físicas no
está terminada, pero con el volumen de sucursales que ha tenido hasta
ahora ya no es sostenible", dijo a Efe el jefe de supervisión bancaria
de la Federación, Gonzalo Gasós, quien subrayó que el crecimiento del
digital es "exponencial" y obliga a una transformación "cada vez más
rápida".
En cuanto a la banca española, la Federación
Europea destaca que en enero de 2018 había 12 grupos frente a 14 el año
anterior tras la fusión de Bankia y BMN y la compra de Banco Popular
por el Santander en el marco de su resolución.
A su
juicio esta "limitada variación de la estructura bancaria refleja la
estabilidad" de un sector que, señalan, en 2017 aumentó su ratio de
capital de máxima calidad CET1 hasta el 11,37 %, frente al 10,9 % en
2016, y elevó su ratio de rentabilidad (ROE) al 7,05 % frente al 5,10 %.
Además, redujo los préstamos morosos hasta el 4,53 % de la cartera desde el 5,7 %.
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