ROMA.- El Partido Democrático
italiano (PD, centroizquierda), alicaído desde sus malos resultados en
las legislativas de marzo, intenta movilizar a sus seguidores este
domingo con una manifestación en el centro de Roma.
La dirección
del PD y sus responsables regionales preparan "con ansiedad" la
manifestación del 30 de septiembre, "que será la prueba de que el
partido sigue vivo", aseguraron dirigentes citados esta semana por el
diario La Stampa.
El partido, que dirigió Italia entre 2013 y 2018, inició
su descenso a los infiernos tras las elecciones europeas de 2014 en las
que, liderado por su joven líder y jefe de gobierno Matteo Renzi, logró
una victoria contundente con un 41% de los votos.
A partir de
entonces, el PD empezó a encadenar las derrotas. En mayo de 2015 perdió
la región de Liguria y la alcaldía de Venecia, entre otros bastiones.
En
junio de 2016, sufrió otro varapalo cuando Roma y otra gran ciudad,
Turín, quedaron en manos del antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S).
Y
en diciembre del mismo año, un 59% de los votantes rechazaron en
referéndum una reforma constitucional promovida por Renzi, que dimitió a
raíz de esa nueva derrota.
La mala racha continuó. En junio de
2017, el PD perdió la ciudad de Génova que había gobernado durante
décadas; en noviembre, cedió la región de Sicilia; y en marzo de 2018
tocó fondo al obtener el 18,7% de los sufragios en las legislativas, su
mínimo histórico.
"Y existe el
riesgo de que caiga aún más bajo.
Vivimos tiempos inciertos, es difícil hacer previsiones", declara
Roberto D'Alimonte, director del departamento de Ciencias Políticas
de la Universidad Luiss de Roma y del Centro Italiano de Estudios
Electorales (CISE).
"El PD necesita un nuevo liderazgo. Hoy en día, un partido sin líder no va a ninguna parte", prosigue D'Alimonte.
Aunque
ya no es el líder del PD, Renzi sigue siendo su principal figura y sus
aliados son mayoritarios en el actual equipo dirigente, a la espera del
próximo congreso del partido.
"Es un poco como Silvio Berlusconi para Forza Italia, una presencia molesta" que lastra a su partido, opina D'Alimonte.
Al
igual que otros partidos de centroizquierda en Europa, el PD se ha
hundido al alejarse de su electorado tradicional, y los últimos sondeos,
que le atribuyen un poco más del 16% en intención de voto, no auguran
un cambio de situación.
Según estudios del CISE,
la formación se ha olvidado de las preocupaciones de su base electoral
como la lucha contra las desigualdades económicas o la inmigración
clandestina, que incluso los votantes de izquierdas consideran como un
problema.
La consecuencia es que muchos ven al PD como un partido
"de las élites", con un electorado de la clase "media-alta", asegura el
CISE.
El Partido Democrático ofrece "el espectáculo de un
partido que está en las últimas, de dirigentes que se pelean", escribe
el diario La Repubblica.
¿Se debe esto "a una clase dirigente que no da la talla? Es posible, pero hay una hipótesis aún peor", escribe el periódico.
"El
PD agoniza porque los ideales de democracia política que aún defiende,
pese a todo, son inútiles hoy en día" frente a la ola populista y el
rechazo a las élites, concluye La Repubblica.
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