SKOPIE.- Más de 90% de los
votantes macedonios que participaron en el referéndum del domingo
aceptaron que su país cambie su nombre a "República de Macedonia del
Norte", según resultados de la comisión electoral, lo que abriría el
camino al ingreso a la Unión Europea.
Escrutadas el 80% de las
mesas de votación, el "sí" obtenía 91,2% de votos, pero la abstención
fue muy alta, y apenas uno de cada tres ciudadanos concurrió a las
urnas.
"Más de 90%" de electores aprobaron el acuerdo con Grecia
para cambiar el nombre de Macedonia y el Parlamento "debe confirmar la
voluntad de la mayoría", dijo el primer ministro Zoran Zaev.
El
referendo fue consultivo, y ahora el Parlamento debe estudiar la
iniciativa que necesita por al menos dos tercios de sus miembros para
ser aprobada, una mayoría de la que carecen el gobierno socialdemócrata y
sus aliados de la minoría albanesa.
La Unión Europea urgió a
respetar el resultado. "Espero que todos los líderes políticos respeten
esta decisión y la apliquen con la máxima responsabilidad, y unidad más
allá de los partidos, en interés del país ", dijo Johannes Hahn,
comisario europeo de Negociaciones de Ampliación.
De concretarse,
el cambio de nombre zanjaría un viejo conflicto con Grecia y los
acercaría a la Unión Europea (UE) al levantar Atenas su veto.
El
país balcánico, uno de los más pobres de Europa, quiere entrar en la UE,
a la que muchos consideran como una promesa de estabilidad y de
prosperidad.
Pero su objetivo se ha topado una y otra vez con el
veto de Grecia, que afirma que el nombre de Macedonia sólo puede
designar una de sus provincias septentrionales, alrededor de Tesalónica.
Desde
que Macedonia se independizó de la desaparecida Yugoslavia en 1991, los
griegos creen que trata de usurpar su patrimonio, especialmente el de
Alejandro Magno, y que mantiene ambiciones territoriales ocultas.
Los
años de poder de la derecha nacionalista macedonia (VMRO-DPMNE), que
terminaron en 2017, tensaron aún más las relaciones bilaterales. El país
se llenó entonces de estatuas y de referencias a Alejandro Magno y
Filipo de Macedonia, enojando a los griegos.
En junio, sin
embargo, el nuevo primer ministro, Zoran Zaev, firmó con el griego
Alexis Tsipras un acuerdo para poner fin a esa disputa. Si se aprueba el
nuevo nombre de "República de Macedonia del Norte", Atenas dejará de
oponerse al ingreso de su vecino en la OTAN y en la UE.
Muchos habitantes consideran el acuerdo impuesto desde el extranjero.
"Entiendo lo que sienten
los macedonios (...), es un chantaje", afirmó Abedin Memeti, miembro de
la minoría albanesa, que representa entre el 20 y el 25% de los 2,1
millones de habitantes del país.
"Pero la UE y la OTAN son más
importantes que todos nosotros. Hay que avanzar", dice el joven, que
votará sí como la inmensa mayoría de las personas de la comunidad
albanesa.
Borjan Jovanoski, un periodista especializado en asuntos
europeos, considera que la falta de interés no quita que el referéndum
sea vital para el país, ya que la UE "es la única potencia coherente que
puede preservar la paz entre religiones y comunidades étnicas en un
país tan heterogéneo como Macedonia".
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